El ‘greening’ dispara la produción de legumbres

Andalucía recogió un 49% más de legumbres que dos años antes. Hasta mayo, la producción superó las 26.700 toneladas. El garbanzo es la más rentable

21 ago 2017 / 08:23 h - Actualizado: 21 ago 2017 / 08:23 h.
"Agricultura","El campo y su agroindustria"
  • El garbanzo es la luguminosa más popular en Andalucía por sus diversos usos y su valor en el mercado. / El Correo
    El garbanzo es la luguminosa más popular en Andalucía por sus diversos usos y su valor en el mercado. / El Correo

La aprobación, relativamente reciente, de las nuevas normas del marco de la Política Agraria Común (PAC), como el greening –también conocido como pago verde– han disparado la producción de leguminosas por encima de un 49 por ciento en los últimos dos años en Andalucía, según datos de la Consejería de Agricultura. En la última campaña, la de 2016, salieron del campo andaluz 86.317 toneladas de leguminosas. En el último lustro la producción de leguminosas en la comunidad creció más de un 200 por ciento.

Otro de los factores determinantes para explicar este incremento, según el responsable de herbáceos de COAG Andalucía, Ramón García, es la falta de cultivos alternativos al cereal y girasol.

De todas las variedades de leguminosas que se producen en Andalucía, el garbanzo es la más rentable para el agricultor. La comunidad es la principal productora del territorio nacional. Hasta mayo de este año se sembraron 20.921 hectáreas de este grano –en torno a 1.800 más que un año antes– en el territorio andaluz de las que salieron 26.732 toneladas de garbanzos. Una producción ligeramente inferior a la de un año antes, según el avance de superficies y producción correspondiente al mes de mayo –últimos datos disponibles– de la Consejería de Agricultura. De las campañas de 2015 a 2016, la producción de garbanzo andaluz mejoró en un 75 por ciento, al pasar de las 15.670 toneladas hasta las 27.231.

La complicada meteorología de este año agrario también ha afectado a las leguminosas, aunque en menor medida. Según el responsable de herbáceos de COAG Andalucía, «los golpes de calor provocados por el viento de levante del mes de mayo» han afectado levemente la campaña. Sin embargo, el garbanzo es un cultivo que requiere de poca lluvia.

La falta de humedad ha sido un factor clave para que las plagas no sean un problema para la producción, «dado que es un cultivo muy sensible a enfermedades fúngicas», explica García. Una circunstancia que también ha beneficiado al bolsillo del agricultor, «que no ha tenido gasto de fungicida», lo que compensa el nimio descenso de producción.

Los precios también han ayudado esta campaña, y es uno de los motivos por los que ha crecido la superficie. En el caso del garbanzo lechoso, uno de los más populares de la región, el precio en origen oscila entre 1,20 y 1,40 euros el kilo. Otras variedades como el vulcano están en torno a 0,80 el kilo, apunta García. Estos precios también han sido posibles por la evolución de la campaña en el norte de España, principal competidor de Andalucía de este producto, donde la meteorología sí ha afectado a su producción, «por lo que se han duplicado los compradores». También ha influido la bajada de la importación de garbanzo procedente de México, y que en la actualidad se consume en África.

Es precisamente el garbanzo vulcano una de las variedades más interesantes, según el portavoz de COAG, ya que tiene más posibilidades de salir al mercado exterior, sobre todo al norafricano.

Pero la legumbre que más superficie ocupa en Andalucía es el haba, un total de 33.029 hectáreas. Eso sí, en relación al mes de mayo de 2016, la superficie es menor. Esta tendencia se sustenta, según el responsable de herbáceos de COAG Andalucía, en que «al contrario del garbanzo, el haba sólo es de consumo animal», además «se trata de una proteína cara, por lo que no se puede competir con la soja que entra por los puertos desde Argentina o Brasil». La producción de haba seca alcanzó las 32.598 toneladas, frente a las 33.345 de la anterior campaña.

En cuanto a otro tipo de leguminosas, tiempo atrás se intentó con los guisantes, del que en esta campaña se han producido 17.450 toneladas, un incremento leve respecto a un año antes en el que se superaron las 16.800 toneladas. No obstante, «la semilla no ha terminado de adaptarse al suelo ni a la climatología», explica García, ya que éstas son en su mayoría de origen francés, donde el clima es más húmedo. La superficie, por su parte, descendió muy levemente hasta situarse en las 14.900 hectáreas.

En el caso del altramuz, la superficie y la producción incrementaron de forma igual en torno a un 11 por ciento. Así, de las 1.593 hectáreas que hay en Andalucía se recogieron 2.126 toneladas.

En la comunidad, Sevilla es la provincia que lidera la producción de leguminosas, con un 49,6 por ciento del total. La provincia cuenta con 31.800 hectáreas dedicadas a la producción de garbanzo (11.562 toneladas), haba seca (14.250), guisante seco (4.632), altramuz dulce (743) judía seca (5), veza (578, yeros (22) y lenteja (2).

Impulsar el consumo

A pesar de la evolución favorable de la producción, para el consejero de Agricultura, Rodrigo Sánchez Haro, hay una asignatura pendiente: el consumo. Las legumbres «son un pilar esencial del paradigma de la alimentación sana y equilibrada», señala. Una opinión que comparte el responsable de herbáceos de COAG, quien sostiene que legumbres como los garbanzos «no sólo están buenos en los potajes, también ensaladas». Pero el consumo es bajo: 8,6 gramos por persona y día (según datos de 2015). Para ello, desde Agricultura proponen impulsar figuras de calidad ya que es un «hecho contrastado» que el consumo es mayor allí donde existen marcas de calidad. El Gobierno andaluz tiene la firme voluntad de no dejar de potenciar los productos de calidad; de hecho, hay 63 figuras inscritas en los registros europeos con implantación en Andalucía. En la comunidad, por el momento, sólo el garbanzo de Escacena está reconocido con una Indicación Geográfica Protegida.