El negocio del culto al cuerpo

Fraude. Sin personal cualificado y en centros no autorizados. Las dietas personalizadas han generado mucho intrusismo en un mercado muy lucrativo

19 oct 2016 / 07:00 h - Actualizado: 17 oct 2016 / 22:10 h.
"Economía","Empresas","Alimentación","El riesgo de la obesidad"
  • Modelo en la Pasarela Cibeles de una edición pasada. / Óscar Moreno (Efe)
    Modelo en la Pasarela Cibeles de una edición pasada. / Óscar Moreno (Efe)
  • Lineal de un supermercado con productos para adelgazar. / N. J.
    Lineal de un supermercado con productos para adelgazar. / N. J.
  • El presidente de Naturhouse, Félix Revuelta, en su estreno bursátil. / El Correo
    El presidente de Naturhouse, Félix Revuelta, en su estreno bursátil. / El Correo

En herboristerías, parafarmacias, centros de estética, gimnasios... hasta en peluquerías se pueden encontrar básculas y dietas personalizadas. Y bajo el título de «experto en nutrición» se esconde «mucho fraude». El culto al cuerpo y el ansia por adelgazar ha generado un mercado que mueve miles de millones de euros y bastantes negocios que intentan burlar la ley. Una legislación que en Andalucía prohíbe que un dietista-nutricionista recete un plan de comida fuera de un centro de salud. Y herboristerías, parafarmacias, centros de estética, gimnasios o peluquerías no lo son.

Así lo explica el decano del Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de Andalucía, Luis Morán, quien recuerda que en la ciudad de Sevilla sólo hay varios gimnasios con la autorización de centro de salud, como es el caso de Galisport, pero «pocos más». En el resto de centros se recetan dietas «fuera de la ley», «ni en centros habilitados ni por personal cualificado».

Un 80 por ciento de las personas con sobrepeso inicia todos los años alguna dieta, la del vecino o la de una publicidad que encuentra, y sólo un 20 por ciento busca orientación médica, según Basilio Moreno, presidente de la Sociedad Española para el estudio de la Obesidad (Seedo), que alerta del riesgo de alteraciones metabólicas cuando hay una rápida pérdida de peso. Entre estos ocho de cada diez ciudadanos que hacen dieta por su cuenta, el cien por cien abandona antes de tiempo y gana peso, apostilla.

Eso mismo opina Morán, quien recomienda no caer en las dietas milagro: aquellas que prohíben el consumo de algún alimento, que prometen resultados rápidos sin esfuerzo y fomentan el uso de alimentos alternativos. «El retorno al peso está asegurado o incluso que se engorde más», sentencia.

Morán recuerda que los dietistas-nutricionistas tienen que ejercer en un centro de salud, deben contar con un seguro de responsabilidad civil y estar inscritos en el registro de la Agencia de Protección de Datos. Unos requisitos que garantiza que «con la salud no se juega». Sin embargo, las denuncias van en aumento.

Sólo en lo que va de año el Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de Andalucía ha cursado alrededor de una veintena de denuncias (los ciudadanos puedan hacérselas llegar en http://codinan.org/denuncias) y no hay más «porque necesitamos pruebas y es difícil conseguirlas». Esto es, porque se requieren imágenes, publicidad, dietas recetadas y testimonios que avalen ante los servicios sanitarios de la Junta de Andalucía que se está ofreciendo un servicio de forma ilegal.

«Un centro de estética no puede poner dietas para obesos, hipertensos o intolerantes a la lactosa», advierte el decano, quien equiparó el intrusismo en su profesión al que existe en fisioterapia «con los centros de masajes».

Uno de los últimos casos denunciados en Sevilla tuvo como escenario un gimnasio, donde a los nuevos socios se les ofrecía «un formulario de bienestar en el que pedían datos personales y clínicos para luego recomendar productos de Herbalife». «Ni se les podía ofrecer una dieta personalizada ni estaban autorizados por la Agencia de Protección de Datos para manejar esa sensible información sobre, por ejemplo, sus patologías», alertó el decano.

Según la legislación vigente, un consejo dietético lo puede dar cualquier profesional, pero «elaborar una dieta personificada, no». «En Naturhouse dicen que no hacen dietas para pacientes determinados, como los hipertensos, pero después sí las elaboran. Y las farmacias no son centros sanitarios, así que tampoco están habilitadas para que ejerzan dietistas-nutricionistas», apostilla Morán.

Sin embargo, la interpretación de la ley no es igual por parte de los farmacéuticos. Ruperto Núñez, vocal de Alimentación del Colegio de Farmacéuticos de Sevilla, asegura que siempre se asesoró a los pacientes sanos, sin patologías, sobre alimentación en las farmacias y que éstas son instalaciones sanitarias, por lo que sí están habilitadas para que en ellas ejerzan los farmacéuticos con doble titulación, es decir, que también son dietistas-nutricionistas.

Lo cierto es que son muchas las personas que se acercan al mostrador de una farmacia para preguntar qué pueden o no comer porque son hipertensos, tienen colesterol o el ácido úrico alto, como comenta Núñez, quien apostilla que en estos momentos no hay un producto estrella para adelgazar. «El mercado –explica– es muy dinámico, pero no hay nada revolucionario, sólo la mezcla de lo de siempre: reductores de grasa, coadyugantes para adelgazar, productos para quitar el apetito, sustitutivos como barritas, zumos o batidos». Hay para todos los gustos. De hecho, el negocio ha ido creciendo.

El éxito de Naturhouse

Uno de los máximos exponentes es la empresa española Naturhouse. Esta compañía «especializada en la venta de productos dietéticos y la reeducación de hábitos alimenticios» mejoró sus números en el primer semestre del año gracias al impulso del negocio internacional y al crecimiento del mercado doméstico.

Las ventas totales del grupo aumentaron un 3,7 por ciento hasta los 54,5 millones de euros de enero a julio. Su beneficio bruto de explotación (Ebitda) se situó en 19,93 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 2,9 por ciento respeto a ese periodo de 2015.

Naturhouse, que cotiza en la Bolsa española y cuenta con 440 trabajadores –sin contar las franquicias–, basa su modelo de negocio en el Método Naturhouse, «que combina la venta de complementos alimenticios con el asesoramiento y seguimiento personalizado gratuito por parte de un especialista titulado». Desde la apertura de su primer centro en Vitoria en 1992, Naturhouse ha asesorado a más de 5.500.000 personas, tiene presencia en 31 países y 2.214 centros propios y franquiciados. Sin duda es un buen ejemplo de lo que mueve el sector.