El olivar, pendiente del cielo de septiembre

Los agricultores estiman que sería necesario que cayeran en torno a 250 litros de agua antes del otoño

07 jul 2017 / 22:23 h - Actualizado: 08 jul 2017 / 08:36 h.
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  • Un olivar en Estepa. / El Correo
    Un olivar en Estepa. / El Correo

Si hay un sector de la población afectado por la falta de agua, ese es el campo. Las altas temperaturas y la ausencia de lluvias han provocado que un cultivo emblemático como el olivar, especialmente característico de la Sierra Sur, sufra de estrés hídrico. Y a pesar de que dicha meteorología afecta al calibre del fruto, lo cierto es que el aumento de superficie de cultivo de los últimos años ha salvado la producción de la cooperativa Oleoestepa, que apenas disminuyó su volumen de producción en un 1,5 por ciento el último año.

Pero de cara a la próxima campaña las condiciones climatológicas de los meses venideros serán cruciales. Según Oleoestepa, es necesario que caigan en torno a 250 litros de agua entre septiembre y octubre para que sea una buena campaña. No es cuestión de horas o un día, sostienen, sino de que caiga agua de forma gradual durante semanas. De ello dependerá que la aceituna tenga suficiente calibre para atender la demanda de los productores de aceituna de mesa (en el caso de aquellos que cultiven hojiblanca) o se destine a molturar.

En torno al 25 por ciento de la producción de Oleoestepa depende de las cooperativas de Casariche, Lora de Estepa, Badolatosa y La Roda de Andalucía, municipios azotados por la falta de agua. Sin embargo, los cortes de esta semana no han afectado sobremanera a los agricultores ya que el suministro se paraliza de noches y el riego se produce por la mañana.

Más allá de los cortes de agua de la Sierra Sur, ha habido otras zonas afectadas por la adversa climatología. Es el caso de los regantes de Torre del Águila, que por el descuido de las instalaciones, se vieron desprovistos de un sistema de riego cuando el calor más castigaba a los agricultores, inmersos en plena siembra del algodón. Tras varias reuniones con la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y protestas, los regantes podrán atender las necesidades hídricas de sus cultivos a lo largo de esta semana.

A pesar del excesivo calor, sobre todo en los meses de primavera, y la falta de agua, las organizaciones agrarias son prudentes y aseguran que la sequía no es dramática, sostienen tanto el secretario provincial de COAG Sevilla, Ramón García, como el responsable de cultivos herbáceos y olivar de Asaja Sevilla, José Vázquez. «Será un año de cosechas medias, pero nada catastrófico», matiza Vázquez.

Los cereales, por ejemplo, se salvaron de los calores, porque estaban en plena recolección. Otros como la remolacha, al ser cultivos de verano, no tienen por que verse afectados, «mientras que no falte el agua prometida por confederación», señala García. Mientras que la campaña del girasol, que está a la vuelta de la esquina, servirá de termómetro para saber cómo los vientos de levante y una primavera seca han afectado a los cultivos sevillanos, explican los responsables agrarios.

Salvar la situación de determinados cultivos y zonas depende del respaldo económico de las administración. Ni la Junta de Andalucía ni el Estado contemplan paquetes de ayudas ante episodios de sequía, porque se agarran al plan de seguros agrarios estatal. La única ayuda con la que cuentan los agricultores es con la reducción de módulos en las campañas del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, cuando se dan situaciones extremas de sequía, explica Vázquez. Por ello, Asaja Sevilla reclama que se articulen planes o ayudas ante este tipo de episodios.