El precio de la leche, el lastre de los criadores de cabra florida

En Sevilla hay 9.000 ejemplares de esta raza con ADN hispalense

20 feb 2017 / 07:00 h - Actualizado: 19 feb 2017 / 21:48 h.
"Economía","Agricultura"
  • Un rebaño de cabra florida, que nació en el Valle del Guadalquivir. / El Correo
    Un rebaño de cabra florida, que nació en el Valle del Guadalquivir. / El Correo

A principios de los años 80, el Ayuntamiento de Villaverde del Río y la Universidad de Córdoba firmaron un convenio para trabajar en el desarrollo de una raza de cabra con documento de identidad sevillano, la cabra florida. Una raza que la Junta de Andalucía definió en el año 1996 y que el Ministerio de Agricultura incluyó en el catálogo de especies ganaderas hace apenas 15 años. Una raza de alto interés dada su elevada producción de leche, que, sin embargo, se ve lastrada por la batalla de los precios.

Andalucía está a la cabeza en la cría de esta raza con 15.893 ejemplares y 40 ganaderías, según datos del Ministerio de Agricultura, a 31 de diciembre de 2016. Pero la patria de esta raza es Sevilla y como tal la provincia cuenta con el mayor número de ejemplares, en torno a los 9.000, apunta el presidente de la Federación Andaluza de Asociaciones de Caprino de Raza Pura Cabrandalucía, Manuel Gutiérrez.

Otra de las mayores zonas productoras es Extremadura, con 6.105 animales, aunque también se cría en Castilla-La Mancha, la Rioja, Castilla León, Cataluña e incluso en Portugal. En total 76 ganaderías en la península ayudan a mantener la cabra florida, que ahora mismo está catalogada como raza de fomento, después de salir del peligro de extinción en el año 2010, explica Gutiérrez, también secretario de la Asociación Nacional de Criadores de Ganado Caprino de Raza Florida (Acriflor).

El interés por esta especie es cada vez mayor, «dada su alta productividad de leche», así como su adaptación a cualquier zona geográfica y condición climática. Una cabra florida puede llegar a producir hasta 706 kilos de leche al año, «aunque hay ejemplares que superan los mil litros», lo que indica el alto potencial genético de esta raza para seguir creciendo, recalca Gutiérrez.

Sin embargo, los criadores tienen que luchar con la lacra de los precios, pues la industria paga 10 céntimos por debajo de los costes de producción. «Mientras que un kilo de leche tiene un coste para el criador de 70 céntimos, la industria lo paga a 0,60 euros».

La leche de esta cabra se utiliza principalmente para la elaboración de queso, que transforma el 90 por ciento de la gran industria del lácteo. Es decir, fuera de la comunidad. «Apenas un 10 por ciento se transforma en Sevilla o Andalucía, y lo hacen pequeñas granjas», explica el presidente de Cabrandalucía. Es el ejemplo de Quesos El Bucarito, en Rota, o lácteos Mare Nostrum, ubicada en Castilblanco de los Arroyos, en plena Sierra Norte sevillana.

Investigación

El trabajo que empezaron hace tres décadas sigue hoy en día en marcha dada la elevada rentabilidad de la raza florida. Cabrandalucía y la Universidad de Córdoba trabaja en esquemas de selección en mejora genérica, además de contar con un sistema de inseminación artificial, explica Gutiérrez. Asimismo, ponen a disposición de los ganaderos, estén o no acogidos a la asociación, centros de testaje con sementales, como los que tiene en el municipio cordobés de Hinojosa del Duque, en Valdepeñas o en Badajoz.