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Huevos desechados en una granja de Yangju (Corea del Sur), el pasado agosto, por friponil. / Efe
El escándalo de los huevos contaminados con fipronil llegó el pasado verano a casi una veintena de países europeos e incluso a Hong Kong, según informó la Comisión Europea, que precisó que solo en cuatro Estados (Holanda, Bélgica, Alemania y Francia) se confirmó la comercialización de huevos con trazas del insecticida cuyo uso está prohibido en la cadena alimentaria.
España no estaba entre las naciones donde se han comercializado estos huevos, según la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan), si bien el departamento de Salud del Gobierno Vasco inmovilizó una partida de 20.000 unidades de huevo líquido contaminado con el producto en una empresa de Vizcaya antes de que llegasen a la producción para el consumo.
Con todo, España y, por ende, Andalucía, se ha beneficiado de esta crisis porque ha exportado más huevos. Algo que ha provocado un incremento de los precios en origen. Eso sí, esta subida de precios apenas se ha visto reflejada en el lineal de los grandes supermercados.
En 2017 el precio medio del huevo en las categorías más consumidas, L y M, subió un 66,4 por ciento. En concreto en enero 2017 en España se pagaba aproximadamente 100 euros por 100 kilogramos de huevos, mientras que al cierre de 2017 se estaba pagando a 167,26 euros, según el último informe del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente.
Productor clave en la UE
En Europa sucedió lo mismo, pero el incremento fue del 46,30 por ciento, alcanzando los 190,53 euros por cada cien kilos. En Europa el precio medio en enero 2017 era de unos 127 euros.
«España no es de los productores más importantes de la Unión Europea, pero al no haber contaminación el pasado verano se registró mucha más demanda de compradores de otros países», aseguró a esta redacción una portavoz de Inprovo, la Organización Interprofesional del Huevo y sus productos.
El pasado año, en Andalucía y, por extensión, en Sevilla, el precio en origen del huevo, independientemente de su categoría, subió un 34 por ciento de media respecto al pasado año, si bien los consumidores no lo notaron en las grandes superficies «porque éstas compran muchas cantidades y con contratos a precio cerrado a largo o medio plazo». «En las pequeñas tiendas sí se notó la subida de precio», explican desde la Interprofesional.
En cuanto a la campaña lanzada por Lidl anunciando que ya no vende huevos de gallinas criadas en jaulas, la Interprofesional asegura que es una fórmula para diferenciarse de la competencia, pero «es preocupante» porque «las gallinas en jaula dan huevos igual de sanos que los criados en suelo o campo». «No son más sanos ni de más calidad. Se crea una mala imagen de una forma de crianza que está totalmente reglada y que también es compatible con el bienestar del animal», aseguran.