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El Reino Unido prevé crecer un poco más este año sin importar el Brexit

El Gobierno conservador de Theresa May anuncia antes de negociar con Bruselas un alza del PIB del 2%, superior a las previsiones anteriores

08 mar 2017 / 21:28 h - Actualizado: 08 mar 2017 / 21:31 h.
"Unión Europea","Brexit","Theresa May"
  • Bandera británica junto a otras de la UE en el Consejo Europeo. / Efe
    Bandera británica junto a otras de la UE en el Consejo Europeo. / Efe

El Gobierno británico presentó ayer su último presupuesto antes de activar las negociaciones del Brexit, con una visión optimista de la economía y una previsión de crecimiento del 2%, superior en unas décimas al anterior pronóstico.

El ministro de Economía, Philip Hammond, aseguró que sus prioridades presupuestarias, que mantienen la línea de la austeridad con inversiones puntuales en sectores en crisis, promoverán un Reino Unido «más fuerte, más justo y más global», y ofrecerán al país «una plataforma fuerte y estable» para las conversaciones con la UE.

Este es el último presupuesto del Gobierno conservador antes de que la primera ministra, Theresa May, active este mes el artículo 50 del Tratado de Lisboa, lo que iniciará los dos años de negociaciones con Bruselas para la salida de la Unión.

En una reunión con su gabinete, May lo describió como «un plan a largo plazo para el Reino Unido, que pone en marcha las ruedas para un futuro de crecimiento y prosperidad».

Según la jefa del Gobierno, «mantiene una mano firme en el timón fiscal al tiempo que aborda los principales desafíos que afronta el país».

En contra de lo que se esperaba, Hammond no anunció una provisión específica para afrontar el eventual coste del Brexit, que aún no se ha concretado, pero que fuentes comunitarias han cifrado en unos 70.000 millones de euros.

La partida más importante, de más de 2.300 millones de euros en tres años, la destina al sistema de atención social, con el fin de aliviar la presión que la falta de recursos impone en el sistema nacional de salud (NHS).

El líder laborista, Jeremy Corbyn, lo considera un presupuesto «autocomplaciente» que ignora la crisis rampante de los servicios públicos.

Lo más destacado de la presentación de Hammond fue la revisión al alza de la previsión de crecimiento.