Empresas andaluzas bajan la mirada a África para impulsar sus negocios

El potencial energético y agrícola y el boom demográfico impulsan el interés de las empresas por el continente

31 oct 2015 / 22:13 h - Actualizado: 01 nov 2015 / 14:58 h.
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África es una tierra de oportunidades. El Banco Africano del Desarrollo, en sus perspectivas económicas para este año, apuntaba que en base al crecimiento que se espera del 4,5 por ciento, el continente necesitará explotar sectores más productivos, promoviendo la fabricación y el desarrollo de servicios. Además, la explosión demográfica en la que está inmersa –una puerta abierta para el sector de la construcción–, la seguridad jurídica que se instala paulatinamente en aquellos estados que empiezan a conocer el sistema democrático o la riqueza de recursos naturales que ofrece el continente, unida a su potencial energético y agrícola convierten a África en la tierra prometida para las empresas.

El continente africano es cada vez más un objetivo para las compañías andaluzas. Su cercanía geográfica es un punto a favor pero «la mejor carta de presentación que tienen las empresas andaluzas es el saber hacer», destaca la consejera delegada de Extenda, Vanessa Bernad. Especialmente por su capacidad de modernización, sobre todo en sectores como el «energético, infraestructuras, edificación pública y promoción inmobiliaria –especialmente en equipamiento hotelero–, vehículos, telecomunicación y maquinaria y consultoría de agroindustria», explica Bernad.

El año pasado, Andalucía se posicionó como la segunda comunidad autónoma –por detrás de Cataluña– en exportar a África, con un volumen de 2.321,3 millones de euros, el 14 por ciento del total nacional. De estos, 716 millones (el 30 por ciento) correspondieron a las ventas de combustibles y aceites minerales. En segundo lugar se sitúa la exportación de cobre y sus manufacturas, que representó un volumen de 355 millones. El podio de las ventas andaluzas a África lo ocupan los productos de fundición, hierro y acero, que representaron 271 millones de euros. La exportación de aeronaves está en cuarto lugar, seguida de la venta de máquinas y aparatos mecánicos. Los cereales y los vehículos también están entre los diez productos andaluces más exportados.

Del medio centenar de estados que conforman el continente, los que tejen África subsahariana son los que más interés despiertan «por su desarrollo económico y social», incide la consejera delegada de Extenda. Camerún, Ghana, Senegal y Guinea, en la zona oeste, y Angola y Mozambique se perfilan como los principales mercados y con un futuro potencial. Consciente del peso de estas economías locales, Extenda abrirá próximamente una nueva Antena en Sudáfrica para ofrecer servicios de consultoría a las empresas andaluzas que inicien su andadura en la zona. Por el momento, Nigeria es el país subsahariano donde Andalucía más exporta, el quinto de todo el continente por detras de Marruecos, Argelia, Egipto y Túnez.

Los datos hacen que África «se confirme como un mercado de interés para la comunidad», apunta Bernad. De hecho, el número de empresas que exportan más de cuatro años seguidos se ha duplicado en la última década. En la actualidad, ya son 820 las compañías andaluzas que están dentro la bolsa de compañías exportadoras regulares.

Ejemplos de éxito

Eurosemillas, Silos Córdoba o Typsa han sido algunas de las empresas andaluzas que han sabido mirar hacia abajo cuando la economía nacional no pasaba por su mejor momento.

La reestructuración del algodón de la Unión Europea obligó al grupo de innovación vegetal Eurosemillas a fijarse en otros mercados «para mantener su producción de algodón y evitar la fuga de clientes», explica el responsable de África de la empresa, Juan Luis Cano. Tras un intento fallido en Mozambique, Eurosemillas aterrizó en 2007 en Angola, un país de tradición algodonera, con la intención de exportar desde allí. En la actualidad, esta empresa con sede en Córdoba intenta comercializar su algodón dentro del país para abastecer a la industria angoleña de confección, explica Cano.

Su paisana Silos Córdoba también probó suerte en África. Esta compañía agroindustrial empezó hace siete años con proyectos en Túnez, Marruecos, Libia y Maurtitania y desde hace año y medio están en Angola y Mozambique, donde ya han levantado varias instalaciones, explica el director general adjunto de Asuntos Estratégicos, Aresh Amirkhorosvi. Silos Córdoba se ha expandido por África gracias al trabajo de sus area manager y los distribuidores de la zona. Su presencia en África es cada vez mayor, «hasta el punto de representar en torno al 15 por ciento de la facturación», explica Amirkhorosvi.

De las tres, la consultora de ingeniería civil y arquitectura Typsa es la más veterana en el continente, ya que inició su andadura africana a finales de los 70. La crisis del petróleo, en 1973, les hizo darse cuenta de que para sobrevivir «había que estar en el mundo», explica el director ejecutivo de África y Asia-Sur del grupo, Pepe Pachón. Seis años después desembarcaban en Argelia con el proyecto y la supervisión de dos presas. Pero no fue hasta principios de los 90 cuando Typsa apostó fuerte y se asentó en el continente. Lo hizo de la mano de la Comisión Europea y sus proyectos de ayuda al desarrollo. En concreto, Typsa proyectó una carretera en Kenia y la rehabilitación de las calles de Kampala (Uganda). Y así hasta el día de hoy, en el que Typsa suma más de un centenar de contratos y 37 proyectos en marcha.

Luces y sombras

La paciencia es la clave para desembarcar en África, según la experiencia de las empresas. La formación, el déficit de infraestructuras o la escasa estructura logística son algunos de los problemas más habituales. Aunque no hay que olvidarse de los culturales, esos que son más difíciles de solucionar. «Los países africanos son lentos en reaccionar», asegura el responsable de África de Eurosemillas, Juan Luis Cano. Hay que entender la cultura, la forma de pago, sus métodos de negociación...

«Hasta ahora vivían en una situación similar a la colonial: el Estado suplantaba muchas de sus tareas, les daba de comer y la vivienda», explica Cano. Tras décadas de guerra, los empresarios son conscientes de lo complicado que es cambiar sus costumbres y su forma de afrontar las responsabilidades. «No valoran la repercusión que tienen sus actos sobre el trabajo; los beneficios que podrían reportar las condiciones meteorológica a las ganancias de la empresa corren los puedes perder por esos pequeños detalles», recalca el portavoz de Eurosemillas.

Uno de los condicionantes para poder hacer negocio con éxito es «tener humildad para aprender qué quieren o necesitan los clientes e investigar sus usos y costumbres», explica el director ejecutivo para África de Typsa, Pepe Pachón. «La llave del éxito está en la confianza con los socios y colaboradores locales» y asegurándoles que sus problemas se van a resolver «con lealtad, respetando siempre sus procedimientos y limitaciones», recalca Pachón.

Si no se tienen en cuenta estos pequeños detalles, uno de los riesgos que corren es ser engañados por las tramas de corrupción africana. El director general adjunto de Asuntos Estratégicos de Silos Córdoba, Aresh Amirkhorosvi, avisa de que hay que tener cuidado con los proyectos que proceden de países donde la corrupción está a la orden del día, como Camerún o Uganda. «Antes de ir y firmar nada hay que contactar con las embajadas y preguntar sobre los riesgos», apunta Amirkhorosvi; si no, siempre está la posibilidad de obtener información sobre el país a través de la página web del ICEX o en las distintas jornadas informativas que organiza Extenda, como la que se celebrará en Sevilla el próximo 25 de noviembre, dentro de sus actividades del Plan África, que puso en marcha a principios de año para guiar a las empresas andaluzas interesadas en el continente.

La formación del capital humano es otro de los hándicaps a los que se enfrentan. «No les interesa la calidad del proyecto, solo van a la parte económica, a lo más barato», explica el portavoz de Silos Córdoba, quien asegura que en materia de precio, son países como China o Turquía con los que se entra en la guerra de precios. «Además, la mano de obra es lenta. Si hay un funeral, dejan todo lo que tengan que hacer, sin tener en cuenta la repercusión que puede tener el dejar el trabajo a medias», puntualiza Cano.

Todos coinciden en que África es el futuro, «aunque lamentablemente está tardando en arrancar», apunta Pachón. Por eso, la clave para que la aventura empresarial en el continente tenga éxito está en entender que África es «una inversión a largo plazo», apostilla Amirkhorosvi.