«En España no se aprecia tanto la calidad como fuera del país»

Esta empresaria sevillana decidió crear su firma de moda infantil, Carolo Baby, tras pasar por el mundo de la moda flamenca. Sus prendas ya han llegado a EEUU y México

30 abr 2016 / 22:06 h - Actualizado: 30 abr 2016 / 22:08 h.
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  • Rocío González, fundadora de la firma sevillana Carolo Baby. / El Correo
    Rocío González, fundadora de la firma sevillana Carolo Baby. / El Correo

¿Cómo y cuándo nació Carolo Baby?

—La primera idea surgió en mayo de 2014. Estaba separada del mundo de la moda y la costura, pero empecé a trabajar para otra empresa haciendo servicios de patronista y me despertó el gusanillo. Quería volver, pero necesitaba un socio por la escala en la que me quería mover. Así que hablé con mi primo Julio Aparicio González y me dijo que sí. En noviembre de 2015 creamos Carolo Baby. Quería darle una visión internacional a la empresa y Julio era la persona más apropiada porque viaja por todo el mundo. Él actúa como mis ojos en un montón de países y es un embajador extraordinario de la empresa por todo el mundo.

Venía del mundo de la moda flamenca, ¿no?

—Sí, pero quería hacer algo totalmente diferente. Todo lo hacía a medida y ahora quería hacer algo industrial y llegar a los máximos puntos de venta posibles. Me decanté por la moda infantil porque como madre que soy de tres hijas conozco las carencias del mercado.

¿Por qué dejó el mundo flamenco?

—Porque me quedé embarazada, tenía que descansar y como había conseguido tanto en tan poco tiempo en ese momento no me importaba dejarlo un poco atrás. Sólo tenía 26 años y ya tenía un nombre reconocido en Sevilla dentro del mundo de la moda flamenca. Era más importante mi vida personal que la profesional.

Y precisamente por la familia decidió enfocar su proyecto a la moda infantil.

—Efectivamente. Como cualquier madre soy una apasionada de mis hijas y auné eso con mi pasión por la moda.

¿Qué les diferencia?

—Desde el principio apostamos por la calidad y la comodidad. Una de mis hijas tiene piel atópica y muchos tejidos le pican, así que decidí trabajar con tejidos de calidad, con el mayor porcentaje posible de fibras naturales. Y la confección es íntegramente española, algo que encarece pero que aporta acabados de mucha más calidad. Poniendo, además, un granito de arena en la creación de empleo en nuestra tierra. También es importante que queremos vestir a los niños como niños. Tienen que saltar, caerse, brincar, estar cómodos.

¿Cómo ha evolucionado la facturación de Carolo Baby?

—Se ha ido duplicando por temporada. Tenemos tres en la calle y esta última ha dado un salto importante porque hemos empezado a vender en Estados Unidos y en México. Entre la primera y la segunda temporada hubo un crecimiento del cien por cien y entre la segunda y la tercera, de casi el 400 por ciento.

¿Qué retos se plantean?

—A nivel internacional queremos distribuir nuestra ropa infantil en el Reino Unido y seguir potenciando el mercado nacional.

¿Por qué el Reino Unido?

—Porque se busca mucho la calidad en las prendas de moda infantil y porque la moda española gusta mucho y está muy bien valorada.

¿Cuánto representa la venta nacional e internacional?

—Alrededor del 50 por ciento cada una.

¿Es complicado vender en España?

—La pena que tengo es que en España no se aprecia tanto la calidad como fuera. En México, por ejemplo, se valoran mucho las terminaciones que ofrecemos y en Estados Unidos, también. Las prendas van totalmente forradas, con terminaciones interiores muy buenas. En España se mira más el precio que la calidad. No se mira si la etiqueta pone cien por cien poliéster y nosotros con una etiqueta así no podríamos salir de España porque no te compra nadie.

¿Dónde confeccionan?

—En nuestro taller de Salteras hacemos todos los prototipos y muestrarios y luego cortamos las prendas. Después, se las entregamos a varios talleres de localidades sevillanas para acabarlas siguiendo nuestras indicaciones.

¿Con qué materias primas trabajan?

—El 95 por ciento de nuestros proveedores son nacionales. La mayoría, además, ha vuelto a España porque hubo un periodo en el que fabricaban fuera del país para abaratar costes. En cuanto a tejidos, el que más utilizamos es el algodón. En verano, tejidos frescos como piqué o batistas y, para el invierno, lana y algodón.

¿Cómo ve el sector? ¿Se recupera?

—Complicado. Aunque estemos saliendo de la crisis, se compra con miedo, si bien la ropa de niño no decayó tanto. Las tiendas no compran como antes y el invierno cálido no ayuda a las ventas. Aunque mover una firma nueva no es fácil, estamos contentos porque los clientes están satisfechos con nuestro producto. Es importante que el cliente final le pida a la tienda la marca, de ahí que queramos darnos a conocer y nos estemos moviendo mucho en las redes sociales.