«En Sevilla tenemos talento, pero nos falta cultura emprendedora»

Como promotor de Startup Weekend Sevilla, Jaime Aranda es claro: «Hay que fomentar profesionales que emprendan, no emprendedores profesionales».

25 abr 2017 / 06:00 h - Actualizado: 24 abr 2017 / 22:05 h.
"Empresas","Emprendedores","Startup","Innovar o morir"
  • Uno de los promotores de Startup Weekend Sevilla, Jaime Aranda. / El Correo
    Uno de los promotores de Startup Weekend Sevilla, Jaime Aranda. / El Correo

¿En qué estado se encuentra el emprendimiento sevillano?

—En los últimos años ha habido una aceleración, una actualización. Se han generado iniciativas y empresas que parecen estar más en consonancia con el ritmo y las preocupaciones en las que otros grandes ecosistemas estaban funcionando. Si bien, no dejamos de estar en la juventud del ecosistema sevillano. Sevilla va cogiendo el ritmo que necesita y produce empresas y sobre todo profesionales, que son los que al final se apropian de ideas, constituyen equipo y desarrollan empresas que tienen futuro.

—¿Qué es más importante: crear muchas empresas o formar a buenos profesionales?

—Lo más importante es crear grandes profesionales. Nosotros siempre hablamos de talento, cultura y densidad; luego viene capital y entorno regulatorio. Las tres primeras son básicas para el arranque de un ecosistema. En Sevilla tenemos talento, pero todavía no tenemos cultura. Tenemos una ciudad que atrae profesionales y además los genera con la universidad, pero el problema es que no tenemos una cultura que los repesca.

—¿Cuál es la receta para generar esa cultura?

—Educando profesionales, sobre todo cuando nos enfocamos al mundo de las startups, que son empresas que tienen un tasa de mortalidad tan alta, porque validan una idea rápido y si el mercado no la respalda no tiene cabida. Quien constituye esas ideas y esos equipos deben ser profesionales con experiencia, capacidades y habilidades. Si lo que creamos son emprendedores profesionales en lugar de profesionales que sepan emprender, tenemos un problema. Necesitamos gente que sea capaz de sobreponerse al fracaso de una idea y seguir trabajando, y que esté atenta a la siguiente oportunidad. Lo importante no es la idea, sino el equipo y la ejecución.

—Es crítico con las aceleradoras en las que participa la Junta de Andalucía...

—No cabe duda de que este tipo de programas tienen un carácter positivo, pero cuando el apoyo al emprendimiento se convierte en algo politizado es muy difícil cruzarlo con cosas poco políticamente correctas como la competitividad o la diferencia de oportunidades. Los programas de aceleración que funcionan bien son los que se enraizan en el hecho de crear innovación y competitividad. Por eso, la mayoría a nivel mundial están basados en capital privado. ¿Por qué? Porque si invierto mi dinero quiero que genere retorno y si lo hace es porque la empresa lo está haciendo bien. Hay que transformar la mayoría de programas de emprendimiento que hay en la actualidad.

—¿Todo el mundo puede crear una empresa?

—Ahora parece que emprender deber ser un derecho o gratis, como lo estamos infantilizando todo, ya no eres empresario, sino emprendedor, y tampoco es empresa, sino startup. Nos alejamos del meollo de la cuestión, que se trata de crear empresas, y no queremos que todo el mundo cree empresas, sino que lo hagan aquellos que están preparados.

—Parece que hoy sólo se emprende si el proyecto es de base tecnológica...

—El problema está en el lenguaje. Hay empresas que dicen que están transformándose digitalmente y la realidad es que están jubilando el fax, incorporando una base de clientes o vendiendo online; y sí es tecnología. Pero ésta no debe ser una opción, sino una herramienta más.

—¿Hay una burbuja?

—Hace poco leía que hay un efecto donut del emprendimiento. En el agujero está el emprendedor y el donut es cada vez es más gordo por la cantidad de servicios, programas y de asesoramiento para fondos europeos. Si eso está inflado, pasa que surgen emprendedores profesionales. No hay que olvidar que el objetivo de cualquier startup es convertirse en una empresa que ofrece servicios y cobra por ello. Tenemos que acelerar la parte de facturar.

—Los círculos empresariales hablan de impulsar las empresas para que crezcan y en cambio ustedes no hacen más que crear pymes...

—Cualquier gran compañía fue pequeña al principio. Toda empresa tiene dos grandes fines: el primero es crecer, crecer, crecer; y el segundo, ser comprada o adquirida. Pero eso empieza por un autónomo. Es positivo que haya grandes empresas porque generan puestos de empleo y foco en ciudades, como Airbus. Nosotros estamos en la base, y son profesionales que deben conocer a otros profesionales y compartir ideas. Es el caso de Oblumi, que eran tres desconocidos y ahora venden a toda Europa y son 20 trabajadores. Dentro de esa juventud del ecosistema sevillano, la asociación intenta fomentar esa actividad.

—Dice que Sevilla es el lugar perfecto para empezar una empresa, ¿por qué?

—Por un lado tenemos este ecosistema que se está armando y, por otro, una ciudad que atrae mucho talento internacional, sobre todo por el clima y la calidad de vida que ofrece. Somos la única ciudad de España con esta intensidad en Startup Weekend. Hace poco estuvimos en un evento en Valencia y nos dimos cuenta de que éramos el equipo más veterano. Nos preguntaron que por qué pasaba esto si visto desde fuera Sevilla no parece muy activa a nivel de nuevas empresas. Nosotros no lo tenemos muy claro, lo único que sabemos es que proponemos y sucede. Empresas nacionales y extranjeras buscan aquí profesionales porque sus ecosistemas están muy maduros. Sin embargo, muchas no acaban de enganchar porque se ven huérfanas a la hora de referentes y eso es lo que intentamos mejorar desde Startup Weekend, promoviendo una cultura más internacional.