El aceite de oliva español volverá a mandar en los precios del aceite de oliva mundial en la próxima campaña. La mala cosecha prevista en Italia y Túnez, con una reducción de la producción que ronda el 30 por ciento, dará al oro líquido español todo el protagonismo porque, pese a no registrarse una muy alta cosecha, la mitad del aceite de oliva mundial procederá de España. Quien quiera aceite de oliva tendrá que viajar a España y pagar por ello.
José Vázquez, técnico de olivar de Asaja Sevilla, explica que en el caso de Italia, hubo una fuerte caída de la producción, alrededor de un 30 por ciento, lo que puede dejar la cosecha en unas 330.000 toneladas.
Túnez, que siempre agita el mercado exportador, estará lejos de las 100.000 toneladas, registrándose otra caída que ronda el 30 por ciento. A esto se suma la tímida cosecha prevista en Grecia, que pasará de las 320.000 toneladas de la pasada campaña a unas 230.000.
Volviendo a Italia, los expertos aseguran que hay zonas de olivar en las que la producción prevista no llegará al 25 por ciento de media. La razón: la climatología y la mosca del olivo, que afectó mucho a la zona centro de Italia. La caída prevista aquí supera el 40 por ciento, algo menor en la Toscana, origen de parte de los aceite de oliva virgen extra italianos más exclusivos y caros. Hacia el norte la caída superará la mitad de una campaña normal.
Según Vázquez, a esta disminución de la producción se suma la «menor calidad» de sus aceites, lo que beneficiará al extra andaluz.
«En todo el mundo el consumo está por encima de la producción, incluso en Europa descendió entre un 9 y un 10 por ciento», indicó el responsable de Asaja Sevilla tras recordar que el precio medio en España estará en 3,2 euros el kilo de aceite de oliva virgen extra, si bien los primeros alcanzaron los 3,80 euros el kilo. El virgen ronda los 3,12 euros y el lampante, los 3,09. «En Italia están por encima de los 4 euros. El mercado dice que irán al alza en España. Las expectativas de cosechas indican que el mercado estará animado», concluyó. Así, los industriales e intermediarios italianos tendrán que buscar en España el aceite que no encontrarán en suelo transalpino.
En cuanto a la campaña española, que arrancó oficialmente el 1 de octubre y en la práctica será en noviembre, Vázquez explica que se prevé una producción de 1.350.000 toneladas, «por lo que tendremos una cosecha ligeramente por debajo de lo que consumimos y un stock de unas 300.000 toneladas». Es decir, que el aceite de oliva en la nueva campaña «estará ajustado».
Mientras, los olivareros miran al cielo. Para Asaja, el déficit de lluvia no se soluciona con precipitaciones que ronden los 20 litros, se necesitan entre 60 y 70 litros pero no se prevé tanta lluvia. Eso sí, las últimas ayudaron. «Algo es algo».