Tomás Peñato, con 30 años, pidió un crédito para montar su empresa en plena crisis, no le fue bien, acabó cerrándola y con siete acreedores. Se veía «enterrado en vida». Un juez le exoneró de su deuda, 147.800 euros, gracias a la Ley de la Segunda Oportunidad. Francisco Capilla, Valentín Martínez y Francisco Mula siguieron sus pasos, al igual que 1.400 personas en España en 2017. Actualmente, en Sevilla hay alrededor de medio millar de ciudadanos que pretenden que se les perdone sus deudas gracias a esta ley poco conocida, no sólo por los endeudados sino también por muchos jueces y abogados.
Con la Ley de la Segunda Oportunidad, en vigor desde septiembre de 2015, las personas sobreendeudadas tienen la posibilidad de llegar a un acuerdo de pago acorde con sus posibilidades y si éste falla, pueden solicitar el Beneficio de la Exoneración del Pasivo Insatisfecho (BEPI), o lo que es lo mismo, la cancelación total de sus deudas. Es un procedimiento largo, que puede durar «entre 14 y 16 meses», enfocado a particulares y autónomos que sirve para liberarse de las deudas, según explica Eladio Díaz, portavoz en Sevilla de Repara tu Deuda, la primera empresa en aplicar esta normativa en España.
De los 1.400 casos que se registraron el pasado año en el territorio español, 800, según Eladio Díaz, los gestionó Repara tu Deuda, con 20 oficinas en el país y dos años y medio de vida. Actualmente tienen en curso «1.500 procedimientos en todo el país, de los que más de cien son en Sevilla». «Tres o cuatro de estos están en su última fase», añade Díaz tras indicar que Repara tu Deuda abrió en la capital andaluza en noviembre de 2016 y empezó a captar clientes a principios de 2017, por lo que «están a punto de salir los primeros casos resueltos positivamente», ya que se requieren unos 16 meses de tramitación.
Otro de los despachos más especializados es Moreana Abogados, que tiene entre manos más de 300 casos en toda España, «la mayoría en Sevilla», según Carlos Fidalgo, que ya cuenta con muchos clientes a los que la ley le ha brindado una segunda oportunidad.
El origen de la norma
Esta ley, según Eladio Díaz, proviene de Estados Unidos, donde funciona desde hace más de cien años como «ayuda ante el fracaso». «Famosos como Donald Trump, Steve Jobs y Walt Disney se acogieron a ella en varias ocasiones y consiguieron levantar sus imperios», asegura.
La Comisión Europea vio que esta norma era una salida a la crisis y que evitaría que muchas de las personas que se encuentran en una situación de bloqueo financiero trabajen en negro y no paguen impuestos al tener sus cuentas embargadas. Por eso está en vigor en países como Francia e Italia desde hace más de siete años. De hecho, en 2017 se acogieron a esta norma 7.000 italianos. Eso sí, es necesario demostrar «la buena fe».
¿En qué consiste?Es un procedimiento administrativo que pasa por el juzgado y con el que se pueden lograr dos cosas, o un acuerdo extrajudicial de pagos con lo que le sobra al cliente después de descontar sus gastos para vivir dignamente o la cancelación de las deudas.
Esta normativa (Real decreto 1/2015 de 2 de febrero) está pensada para los autónomos y particulares que se encuentran en una situación de sobreendeudamiento. Así, las personas que hayan fracasado en sus finanzas ya no tendrán que afrontar sus deudas con la garantía de su patrimonio (casas, coches, nóminas, etcétera) futuro y presente.
Eso sí, para acogerse a esta ley que palia los efectos de la crisis económica es necesario que se cedan todos los bienes y activos exceptuando los que son imprescindibles para el desarrollo de la actividad profesional, por ejemplo un taxi, un camión, maquinaria industrial o un local comercial. «Desde enero se saca del procedimiento el coche porque se considera herramienta de trabajo», apunta Díaz.
«El gran inconveniente es que hay que deshacerse de todos los bienes no imprescindibles, pero así se tiene la oportunidad de empezar una nueva vida», remarca el abogado de Repara tu Deuda.
Los requisitos
El primer paso es hacer un acercamiento con todos los acreedores y hacerles una propuesta de pago con lo disponible, aunque sean cantidades muy pequeñas. En caso de que los acreedores no acepten la propuesta de pago, situación que se da en un 90 por ciento de los casos debido a la pequeña capacidad económica que tienen los afectados, según Repara tu Deuda, se procederá a solicitar la cancelación de las deudas. Si el juez considera que el particular deudor ha actuado siempre «con buena fe» y que cumple con los requisitos que exige la ley, el juzgado concederá la exoneración que ofrece la Ley de la Segunda Oportunidad.
Y, según Díaz, por «buena fe» se entiende, entre otras cosas, que se ha intentado la realización de un acuerdo extrajudicial, que no se escondan bienes o activos y que el deudor expone su situación económica real.
Sin deudas públicas En el caso de que una persona consiga el Beneficio de la Exoneración del Pasivo Insatisfecho (BEPI), sus acreedores no pueden interponer demandas en su contra, las empresas o particulares no cobran. No obstante, la ley, después de la última enmienda introducida, recoge una excepción. Si se recibe una herencia o lotería grande se le da la opción a los acreedores de recurrir el BEPI para poder cobrar.
Pero no sólo en eso se quiere cambiar la normativa. Actualmente, la ley no permite perdonar ni las deudas con la Seguridad Social ni con Hacienda, pero si se obtiene el BEPI se puede negociar «y reducir el impago hasta la mitad». Ciudadanos y PSOE ya han presentado una enmienda, que aún no ha sido aprobada, para poder eliminar toda la deuda pública.
En primera personaJosé trabajaba en el sector de la construcción, pero hace ya casi ocho años se quedó en paro. Se recicló haciendo cursos de informática y programación, pero con casi 40 años sigue sin encontrar empleo. Tiene un hijo de cinco años y su mujer, Carmen, es funcionaria con una nómina que oscila entre los 1.000 y los 1.300 euros. Cuando disponían de dos sueldos vivían bien y por eso se embarcaron en la compra de un buen piso, de mobiliario y de un coche, éste con el dinero de un crédito rápido. Desde que José se quedó parado, su madre le ayudaba a pagar todos los gastos acumulados, pero la muerte de ésta les hizo llegar al límite. «Con tal de pagar la hipoteca teníamos la nevera vacía», lamenta Carmen. «Intentamos renegociar la hipoteca, y nada, menos mal –añade– que nos enteramos que existía esta ley».
Ahora están en la última fase del trámite para obtener el BEPI y que se le perdonen sus deudas, no saben aún si tendrán que perder su piso pero «es un mal menor que tenemos asumido, aunque lloré mucho cuando me lo dijeron», admite Carmen, que lo que quiere es «volver a empezar».
«El mediador nos controla el gasto, estamos encantados con él, ve que tenemos buena fe y que miramos por cada céntimo. Para nosotros va a ser una segunda oportunidad al pie de la letra. No volveremos a caer y espero que la gente aprenda, como nosotros, que esos préstamos rápidos por internet son un fraude, la losa crece y crece y te arruina la vida», asegura esta mujer con nombre ficticio porque «esta crítica situación la llevamos en secreto, no queremos señalarnos».