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La actividad siguió creciendo en los concesionarios. / Javier Cuesta
Los particulares fueron los que sustentaron el crecimiento de las matriculaciones en Sevilla el pasado febrero, mes que se saldó con 2.540 turismos y todoterrenos comercializados, una cifra un 6,6 por ciento superior a la registrada en idéntico mes de 2017. Este canal soportó el grueso de las matriculaciones al acaparar casi 8 de cada diez –contabilizó 1.964 en febrero, un 5,9 por ciento más–, mientras que el canal empresas, con 544 vehículos, creció un 3,6 por ciento. El canal RAC (alquiler) matriculó 32 turismos, volumen no significativo pero que contrasta con las dos unidades matriculadas en febrero del año pasado.
En el acumulado de los dos primeros meses del año los vehículos matriculados aumentaron un 13,3 por ciento, hasta 5.214 unidades, según los datos aportados por los fabricantes (Anfac), concesionarios (Faconauto) y vendedores (Ganvam).
Por marcas, las preferidas de los sevillanos el mes pasado fueron Seat (221 matriculaciones), Peugeot se colocó en segundo lugar pisándole los talones con 220 unidades, mientras que Kia ocupó la tercera plaza, al registrar 209 turismos y todoterrenos vendidos. Por detrás se situaron Volkswagen (192 coches), Toyota y Opel, con 158 y 157 vehículos matriculados, respectivamente y Renault, con 152 unidades.
El comportamiento del mercado automovilístico en Sevilla fue de los más moderados de Andalucía, donde se registraron un total de 11.400 turismos y todoterrenos, una cifra un 13,6 por ciento superior a la de febrero de 2017. En lo que va de año la mejora es del 17,6 por ciento, al sumar 23.095 matriculaciones.
Desde la Asociación Nacional de Comerciantes de Vehículos (Ancove) se advirtió de que se está «acostumbrando al cliente español» a los grandes descuentos en la adquisición de vehículos y resaltó que, una vez suprimidos los incentivos de los planes PIVE, «el mecanismo del kilómetro cero está cogiendo el relevo con gran fuerza». Ancove indicó que las matriculaciones del canal de empresas están «infladas» por las «autocompras» de los concesionarios que, en su opinión, están presionados por unos objetivos superiores a la capacidad real de absorción que tiene el mercado español en la actualidad.