La aceituna de mesa busca fijar su reputación en el mapa

El sector lucha por tener dos Indicaciones Geográficas Protegidas. Esta figura le protegería de fraudes y otorgaría seguridad al consumidores

18 sep 2016 / 23:33 h - Actualizado: 19 sep 2016 / 10:43 h.
"Aceituna de mesa","Asaja","El campo y su agroindustria"
  • Un jornalero descarga una espuerta cargada de aceituna de mesa durante una jornada de verdeo en los olivares sevillanos. / Javier Cuesta
    Un jornalero descarga una espuerta cargada de aceituna de mesa durante una jornada de verdeo en los olivares sevillanos. / Javier Cuesta

La aceituna de mesa se reconoce en el mundo como un producto típicamente español. Y es que lo es. En España se produce el 72 por ciento de la aceituna de mesa de Europa y el 34 por ciento a nivel mundial. Aceituna que en el 50 por ciento sale de olivares afincados en Sevilla, siendo la provincia con mayor producción –el 80 por ciento– de Andalucía. Unas cifras brillantes que, sin embargo, no son nada rentables, apunta el director general de Producciones y Mercados Agrarios del Ministerio de Agricultura, Fernando Miranda.

Variedades como la manzanilla y la gordal se comercializan con facilidad en los mercados más exquisitos pero lo hacen sin ningún tipo de protección ante otros países productores. Por ello, la Jornada de Aceituna de Mesa, que organiza Asaja-Sevilla desde hace 34 años, ha puesto sobre la mesa los retos a los que se enfrenta el sector en esta campaña. Entre ellos, el de conseguir la Indicación Geográfica Protegida (IGP) para las dos variedades más sevillanas.

Obtener una figura de calidad como una IGP, que está vinculada al territorio, permitiría dar a los productores sevillanos un salto de calidad. No tanto en el producto, que ya lo tiene, sino a la hora de posicionarse en el mercado, ya sea nacional o extranjero.

Como recuerda el secretario de Agricultura y Alimentación de la Consejería de Agricultura, Rafael Peral, la IGP es un sello que garantizaría la calidad diferenciada de la aceituna de mesa sevillana respecto a otras variedades. De esta forma, la Manzanilla de Sevilla y la Gordal de Sevilla las dos marcas que se han solicitado– estarían «protegidas de falsificaciones, fraudes y sustituciones». Además, le «da seguridad al consumidor», ya que la IGP imprime un nivel de calidad superior al producto, apunta Peral.

Pero la figura de calidad «no es la solución a todos los problemas» de los productores de aceituna de mesa. Los altos costes de producción y los bajo precios no se solucionarán de la noche a la mañana. Por ello, Peral insiste en que hay que invertir «tiempo, dinero y esfuerzo», sobre todo en la promoción del producto.

En este sentido, el responsable de la aceituna de mesa de Asaja-Sevilla, José Vázquez, reclama al sector que se implique y sea consciente de los beneficios de obtener esta figura de calidad, sobre todo, a los industriales, que son los más reacios a entrar. «El sector debe multiplicar las ventas al exterior y conseguir más ayudas públicas», insiste, un camino que sería más fácil de allanar si las variedades sevillanas están respaldadas por una sello de calidad como la IGP.

Pertenecer a una Indicación Geográfica Protegida es voluntario, aunque no todos pueden estar dentro. Los productores deben cumplir unos requisitos mínimos que se vinculan al territorio, en este caso que se cosechen en Sevilla. También en la elaboración, que en la provincia se basa en un primer proceso de lavado, pero luego se cuecen en cáustica y se sumergen en salmuera.

En cuanto a la tramitación de la IGP, la Junta de Andalucía ya le ha dado el visto bueno y lo ha elevado al Ministerio del ramo para que éste lo transmita a la Unión Europea, administración encargada de otorgar el citado sello de calidad y que tendrá que volver a abrir un periodo de alegaciones antes de darle luz verde a esta figura de calidad. Un examen para el que los agricultores sevillanos van muy bien preparados, asegura el secretario general de Agricultura y Alimentación.

Las oportunidades de la aceituna de mesa de reforzar su valor son infinitas. El producto «se asocia con la salud y la dieta mediterránea», apunta Miranda. Además, es un producto que preparado puedo llegar a cualquier punto del mapa.

Sin embargo, la aceituna de mesa, como el resto de productos agrarios, deben de solventar un par de detalles sobre el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP) entre Estados Unidos –su principal mercado– y la Unión Europea. Según está estipulado en estos momentos, el país norteamericano no reconocería las figuras de calidad (IGP, DOP...) que otorga Bruselas, por lo que la aceituna de mesa seguiría sin tener protección ante fraudes.

UN 17% MENOS DE COSECHA

Según vaticinó Vázquez, podría ser peor si de aquí a que empiece el verdeo no llueve entre 50 y 70 litros, ya que la producción podría caer en torno a un 10 por ciento, lo que la situaría en las 450.000 toneladas. De darse este supuesto, «será una tragedia para el agricultor y para el empleo», dado que el verdeo es una de las campañas agrícolas que más trabajo da y en la que se estima trabajen unas 40.000 personas este año.

Por variedades sevillanas, la producción de manzanilla será de 170.000 toneladas, cerca de un 26 por ciento más que en la campaña 15/16, según las previsiones de Asaja. En cuanto a la gordal, la cosecha será un 22 por ciento inferior, pasando de las 41.000 toneladas de la campaña anterior a las 32.000 que se prevén para la actual.

La caída de la aceituna verdeable en los olivares de secano, por falta de calidad y tamaño, unida a la buena marcha de mercado del aceite de oliva, con precios que oscilan los 3,2 euros el kilo, propiciarán un alza en el valor de la aceituna de verdeo, asegura Vázquez. En el caso de la variedad manzanilla, con poco stock (100.000 toneladas) y gran demanda, el mercado debe romper con unos precios en torno a 0,03 de euro por kilogramo superiores a la media de las cotizaciones de la campaña pasada. El valor medio del kilo de aceituna manzanilla en 2015 fue de 0,75 euros, recuperando el nivel de hace una década. En la campaña de 2014 el precio era de 0,51 euros el kilo.

No obstante, el responsable sectorial de Asaja apunta que pese a la mejora de los precios, los altos costes de producción de la aceituna de mesa ofrecen una escasa rentabilidad al agricultor. Los costes de una explotación media oscilan entre 0,67 y 0,70 euros por kilo.