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El consejero delegado de Andalucía Económica, Tomás de la Cruz, durante la presentación. / El Correo
El optimismo sigue presente en los empresarios andaluces, aunque con matices. Para los directivos andaluces 2017 será un buen año para las empresas y para la economía, aunque no tanto como 2016. Se instaura la estabilidad, según el XVII Barómetro de Expectativas Empresariales, realizado por la revista Andalucía Económica en colaboración con la empresa Concepto Comunicación, que se presentó ayer en el Acuario.
Facturación, rentabilidad, inversión y empleo seguirán por la senda del crecimiento a lo largo del próximo año, aunque factores externos como el Brexit o el triunfo del populismo del presidente electo Donald Trump relajarán el avance, así como el agotamiento de factores como la rebaja fiscal, los bajos tipos de interés o la apertura al crédito.
La encuesta realizada a más de 200 empresarios andaluces entre los meses de septiembre y octubre –cuando todavía no había gobierno– muestra su recato a la hora de dar previsiones positivas en materia empresarial. El 90 por ciento de los encuestados es optimista al hablar de facturación. De hecho, seis de cada diez aseguran que sus ingresos mejorarán y tres de cada diez creen que los mantendrán con respecto a este año. Sin embargo, si se compara con el barómetro de 2016, son más los que opinan que disminuirá su facturación, un 6,62 por ciento, frente al 3,61 de hace un año. La rentabilidad y las inversiones se estabilizarán para la mayoría de directivos.
El empleo sigue siendo uno de los parámetros que más dudas genera entre los empresarios. Aunque cerca del 40 por ciento asegura que incrementará su plantilla durante el próximo año, la mayoría estima que no realizará ningún contrato; e incluso el porcentaje de aquellas que reducirán su plantilla aumenta levemente.
A pesar de la relajación del crecimiento, sólo el 10,6 por ciento de los empresarios andaluces asegura que la economía empeorará en 2017 a nivel nacional. Más agoreros son cuando se trata de la comunidad, dado que cerca del 30 por ciento sostiene que Andalucía «lo hará peor o mucho peor». En este sentido, Ricardo Castilla, consejero delegado de Concepto Comunicación, hizo referencia a las previsiones de BBVA Research, que rebajó el crecimiento del PIB andaluz para el próximo año hasta el 2,4 por ciento. El motivo de esta desaceleración: el Brexit, la debilidad de la inversión y una caída de la demanda global.
¿Cómo ven los empresarios andaluces la coyuntura para el próximo año? Seguirá estable aunque estiman un ligero repunte de la inflación, «lo que implica cierto crecimiento», señaló Castilla. Además se consolidará la caída de la morosidad. Por otro lado, la demanda interna seguirá tirando hacia arriba de la economía, aunque en menor medida por el agotamiento de los factores de crecimiento.
Las previsiones de los directivos andaluces muestran el efecto de la incertidumbre política previa a la investidura de Mariano Rajoy; no obstante, el consejero delegado de Andalucía Económica, Tomás de la Cruz, recordó que «la gobernanza en minoría no será fácil», menos si se tiene en cuenta la situación internacional con los países emergentes en proceso de recesión y los cambios políticos en Europa –con el futuro incierto de la Constitución italiana, las futuras elecciones en Francia y Alemania y la salida del Reino Unido de la Unión Europa–. Ante este escenario, el adjunto a director de la Universidad Loyola Andalucía, Francisco Pérez Fresquet, insistió en que los empresarios deben «aprender a vivir en la incertidumbre, tener mayor resiliencia y aprender a desaprender» con tal de avanzar hacia un nuevo modelo de organización.