La Junta se compromete a mejorar la ayuda agroambiental al arroz

El viceconsejero de Agricultura avanza que atenderá la petición del sector y le presentará a Bruselas una modificación que no se podrá aplicar hasta 2018

04 dic 2016 / 22:11 h - Actualizado: 05 dic 2016 / 07:00 h.
"Agricultura"
  • Campos de arroz en el municipio sevillano de Isla Mayor en una imagen de archivo. / Txetxu Rubio
    Campos de arroz en el municipio sevillano de Isla Mayor en una imagen de archivo. / Txetxu Rubio

La Junta de Andalucía atenderá la petición trasladada por el sector arrocero y modificará la ayuda agroambiental –que perciben los productores para compensar los costes que tiene el cultivo por adoptar medidas más exigentes con el medio ambiente, en este caso de protección a las aves– al arroz que contempla el actual Plan de Desarrollo Rural (PDR) de Andalucía.

La intención de la Consejería de Agricultura es presentar la «reformulación» de la ayuda, que en Andalucía tiene una cuantía mucho más baja que en las comunidades de Extremadura, Valencia, Cataluña o Aragón, después de verano y aprovechando que las comunidades autónomas tienen la posibilidad de presentar una vez al año las modificaciones que consideren oportunas a su Plan de Desarrollo Rural (PDR) tras constatar el éxito o fracaso de algunas actuaciones para que las refrende Bruselas.

Así lo anunció el viceconsejero de Agricultura, Ricardo Domínguez, durante su intervención en la XVI edición del Día del Arroz, jornada organizada por Asaja y la Federación de Arroceros, en la que apostilló que «necesitamos el resultado de esta campaña para presentarle a Bruselas que las cuentas no salen», después de recordar que costó mucho trabajo convencer a la Comisión Europea para calcular la ayuda al arroz en el pack de ayudas agroambientales. Además, apostilló, todas las ayudas al sector se pagarán antes de que concluya el año. Por lo tanto, las modificaciones que se autoricen no podrán aplicarse antes de la campaña de 2018.

Domínguez destacó en su análisis del sector que la actual campaña «no ha sido mala» pero hay que seguir peleando ante Bruselas –que «tiene que tomar conciencia», dijo– la salvaguarda de la producción nacional frente a las de terceros países porque no es posible competir con India o Camboya con las actuales condiciones. Asimismo, instó a los arroceros a no permanecer quietos y «a tomar medidas» en el sentido de adaptarse al mercado con las variedades que más crecen «y buscar así tener un producto diferencial en los mercados».

Por su parte, el director gerente de la Federación de Arroceros de Sevilla, Manuel Cano, insistió en denunciar en este sentido el perjuicio por las importaciones de arroz de terceros países a la Unión Europea libres de aranceles con el que el europeo no puede competir y que provoca su hundimiento de precios. «En junio fuimos al Ministerio porque es hora de hacer balance del tratado EBA (Todo menos armas)» con países como Camboya, India, Paquistán, Tailandia o Birmania, aunque se da la paradoja de que es Agricultura dijo quien «nos pide que demostremos nuestras pérdidas con este tratado» en la producción de grano largo, lamentó.

Según precisó, el mercado ha abierto a 265 euros la tonelada para el arroz de variedad índica (de grano largo) y de 288 euros la de grano redondo (variedad japónica). Razón por la cual Cano aconsejó a los productores que todo aquel que tenga capacidad de almacenar grano lo haga y así espere para negociar precios. Y es que las cotizaciones del año pasado estuvieron marcadas por valores en torno a los 310 la tonelada de grano largo y 335 en la variedad japónica.

Otro tema que preocupa y mucho es la restricción del uso de fitosanitarios, después de que en esta campaña la UE decidiera no renovar los permisos del registro al Triciclazol, la única sustancia efectiva para combatir este hongo. En esta jornada del arroz, celebrada en La Puebla del Río, se prestó una especial atención a varios proyectos de investigación que ponen el foco en el estudio sobre las malas hierbas en este cultivo y su control y resistencia. Uno de ellos fue el proyecto presentado por el Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura, en el que también participan los arroceros sevillanos y la Universidad de Sevilla.