La parálisis política desacelera la caída del paro en el país

Andalucía resta 28.100 desempleados, crea 18.400 puestos de trabajo y pierde población activa (9.700 personas menos) entre abril y junio. El Gobierno central estima cerrar el año con una tasa de paro por debajo del 19%

28 jul 2016 / 19:21 h - Actualizado: 28 jul 2016 / 19:21 h.
"EPA","Desempleo"
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  • Oficina de empleo del barrio de Sevilla Este, provincia donde la tasa de paro se situó en el 27 por ciento. / José Luis Montero
    Oficina de empleo del barrio de Sevilla Este, provincia donde la tasa de paro se situó en el 27 por ciento. / José Luis Montero

La lista del paro sigue perdiendo peso. Eso sí, la parálisis política, sazonada con la campaña electoral que reinó en junio, hizo que el descenso durante el segundo trimestre fuera lento, pausado. En España, 216.700 personas salieron del paro entre abril y junio, una bajada algo menor que en el mismo periodo de 2015, cuando se rozaron las 300.000 salidas y un tercio menor que hace dos años. La rebaja de personas sin empleo logra colocar la tasa de paro en la línea del 20 por ciento, su cifra más baja desde el tercer trimestre de 2010, y se encaminada hacia las previsiones del Gobierno central, que estima cerrar el año con una tasa por debajo del 19 por ciento. En total, en el territorio nacional hay 4,5 millones de personas sin empleo, según los datos de la última Encuesta de Población Activa.

Andalucía vuelve a ser una de las regiones que mejor se comportan en el segundo trimestre, al restar 28.100 personas de la lista negra. Sin embargo, el adelanto de la Semana Santa ha provocado que el descenso con respecto al segundo trimestre de 2015, cuando el desempleo bajó por encima de las 98.700 personas, sea mucho menor. Si se echa la vista atrás doce meses, el paro cayó en 99.400 personas. El descenso de la población activa andaluza y la creación de puestos de trabajo han sido claves para que la comunidad vuelva a ser de las que más resten al paro nacional; concretamente, la tercera región, por detrás de Cataluña y las Islas Baleares.

Así, la región empieza a acercarse a la frontera psicológica del millón de parados, al situarse en 1.161.100 el número de personas en situación de desempleo en la comunidad. Sin embargo, Andalucía mantiene la segunda tasa de paro más alta del país, del 29,07 por ciento, y sólo es superada por la ciudad autónoma de Melilla.

En el último trimestre, 9.700 andaluces abandonaron el circuito laboral. Una cifra aún más sangrante cuando se mira la evolución anual: desde abril de 2015, la comunidad perdió 75.200 activos, es decir, andaluces mayores de 16 años que están en disposición de trabajar.

La creación de 18.400 puestos de trabajo, todos ellos del sector privado, ha sido uno de los salvavidas laborales del segundo trimestre. Empleos, sin embargo, que se caracterizan por ser temporales y deficientes, una fórmula que resta calidad y «enmascara la precariedad» del mercado laboral andaluz, advierten los sindicatos.

Todos los sectores, a excepción de la agricultura, crearon puestos de trabajo. El que más, servicios. El turismo, impulsado las tensiones crecientes en destinos como Turquía, ayudó a que se crearan 25.000 empleos en el sector. Por su parte, construcción e industria contrataron a 18.500 y 15.300 personas, respectivamente. Sin embargo, el agro andaluz incorporó a las listas del paro 40.500 personas.

En materia de género, la mujer sigue perdiendo. La tasa de paro femenina (31,97 por ciento) sigue siendo superior a la masculina (26,66 por ciento). Así, cerca de 580.000 mujeres en Andalucía siguen a la espera de una oportunidad laboral.

Una de las cuentas pendientes sigue siendo el paro juvenil. Aunque la tasa de paro de los menores de 25 años se reduce en dos puntos, hasta el 58,62 por ciento, el número de jóvenes en situación de desempleo es insostenible (168.700). Un total de 5.800 andaluces menores de 25 años abandonaron la lista del paro, pero sólo 3.400 encontraron empleo. El resto desistieron en su búsqueda y dejaron el circuito laboral.

Junto a los colectivos femenino y juvenil, los parados de larga duración completan la tríada del problema estructural del mercado laboral andaluz. Del más de un millón de parados, 476.700 llevan más de dos años sin empleo. Son 25.400 personas menos que en el primer trimestre del año, pero representan el 41 por ciento de los parados andaluces.

¿Qué ocurre en Sevilla?

Sevilla fue una de las provincias andaluzas que mejor se comportó en el segundo trimestre. No sólo redujo el número de parados, sino que además creó empleo. Entre abril y junio, la provincia demostró que su tirón turístico no depende sólo de su Semana Grande y restó 14.100 personas de la lista negra.

Si el descenso de más de 10.000 parados del primer trimestre se debía a la elevada pérdida de activos (entre abril y junio sólo salieron del circuito un millar de personas), el del segundo trimestre del año se sustenta en la creación de empleo. A la lista de ocupados se unieron 13.100 personas, lo que sitúa el número de sevillanos con contrato laboral en 678.200 personas. Sólo Cádiz supera a la provincia sevillana en la creación de empleo, con 18.400 nuevos contratos.

Industria y servicios fueron las que tiraron del carro laboral en Sevilla durante el primer trimestre. En el caso de la industria, se incorporaron 8.000 personas, mientras que actividades como el turismo y el comercio generaron 6.900 contratos entre abril y junio. En el lado opuesto, el campo sevillano y la construcción agregaron a la lista negra 1.400 y 400 personas, respectivamente.

Pese a los buenos datos, aún hay 251.000 sevillanos en situación de desempleo, lo que sitúa la tasa de paro en el 27,01 por ciento.

El paro cae a todos los niveles, sí, pero nadie hace aspavientos. Nadie, a excepción del Gobierno en funciones, claro, que vuelve a reafirmarse en su previsión de que la tasa de paro nacional cerrará el año en el 18,7 por ciento. Sin embargo, el viento favorable que ha empujado el mercado laboral en el último medio año empieza a dejar de soplar. Así lo advierten los empresarios españoles que, aunque hablan de consolidación y recuperación, subrayan el freno en el ritmo de creación de empleo (dependiente en su totalidad del sector privado). Así, desde la CEOE ponen de manifiesto la necesidad de que la estabilidad reine en el Gobierno para que vuelva a haber un clima de confianza y se ahonden en las reformas estructurales que impulsen la actividad económica.