La tierra en Sevilla suma su sexto año de descenso

Frente al primer repunte regional, en 2014 se abarató el 0,7% por el revés en frutales, naranjos y olivar

02 abr 2015 / 11:00 h - Actualizado: 03 abr 2015 / 00:55 h.
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  • Jornalero recogiendo naranjas en una finca de la localidad sevillana de La Algaba. / Pepo Herrera
    Jornalero recogiendo naranjas en una finca de la localidad sevillana de La Algaba. / Pepo Herrera

El precio de la tierra en la provincia de Sevilla empalmó en 2014 su sexto año consecutivo de descenso, sin apuntarse, pues, a la remontada que experimentó en el conjunto de Andalucía. La cotización media se vio arrastrada principalmente por la caída de los frutales de hueso, los naranjos y los olivares, mientras que el pastizal –incluida la dehesa– fue el único terreno que mostró un encarecimiento, pero escaso. El año pasado, por tanto, los suelos agroganaderos aún fueron un valor refugio frente a la vivienda, dado que ésta se abarató en mayor medida, pero no frente a la inversión bursátil.

La Consejería de Agricultura publicó ayer su estadística provisional de los precios de la tierra en 2014, que para Sevilla muestran un deterioro del 0,7 por ciento respecto al ejercicio anterior, a 14.192 euros por hectárea. Eso sí, ese revés fue muy inferior a los registrados en los cinco años precedentes, a saber: -5 por ciento en 2009, -4,6 por ciento en 2010, -4,8 por ciento en 2011, -9,4 por ciento en 2012 y -4 por ciento en 2013, según la evolución marcada por las series de datos disponibles en el departamento dirigido ahora en funciones por Elena Víboras.

En cambio, la cotización media para el campo andaluz contabilizó al cierre del ejercicio pasado su primer aumento en siete años. En concreto, del 1,4 por ciento, para así quedar la hectárea a las puertas de los 18.000 euros (17.995 para ser precisos). Las cifras regionales son remitidas al Ministerio de Agricultura, el encargado de calcular los valores medios definitivos para todas las autonomías.

La primera distinción estadística nos diferencia entre las tierras de labor en secano –están, por ejemplo, las grandes producciones de cereales de invierno, como trigo o cebada, y también el girasol– y las cultivadas en regadío –algodón, maíz, etcétera–. El precio de las primeras apenas varió una décima a la baja, hasta 12.057 euros por hectárea, mientras que en las segundas el recorte fue de ocho, a 18.454.

El naranjo en regadío, otrora la estrella del campo sevillano, ya perdió en 2013 su primacía en cotización a manos del arroz, y en 2014 se apuntó otra caída, esta vez del 1,9 por ciento, a 25.679 euros por hectárea. Pero mayor revés afloró en los frutales de hueso, del 2,4 por ciento, con la hectárea a 25.272 euros en las operaciones de compraventa. El olivar, por su parte, se abarató en todas sus modalidades: -3,5 por ciento en riego y -1,6 por ciento en secano cuando su producción se destina a aceite de oliva, y -1,3 por ciento y -1,2 por ciento para cosechas de aceituna de mesa.

Los arrozales, con 28.416 euros por hectárea, y los viñedos tanto en secano (15.379) como en regadío (17.430) se estancaron, mientras que la hectárea de pastizal cotizó a 4.720 euros, un 0,4 por ciento más que en 2013.

A precio de oro

En el conjunto de Andalucía, a precio de oro se compra y vende la hectárea de cultivos bajo plástico en Almería: 178.083 euros, después de revalorizarse el 5,1 por ciento en un año. Sin embargo, la mayor subida se encontró entre los frutales carnosos en riego (entre ellos, el aguacate) en Málaga, nada más y nada menos que el 20,7 por ciento, para superar ampliamente el listón de los 100.000 euros por hectárea (104.221).