La vía de entrada y salida de la industria local

El Puerto busca nuevas rutas comerciales, hacer crecer las consolidadas y atraer inversión privada con concesiones de terreno. La nueva Zona Franca y el astillero son sus bazas

26 oct 2016 / 07:00 h - Actualizado: 26 oct 2016 / 07:36 h.
"Economía","Empresas","Industria","Puerto de Sevilla","Crecimiento económico","La ciudad fluvial"
  • Dársena del Batán, con varios barcos descargando chatarra. La media de barcos atracados en el Puerto de Sevilla es de unos 9 buques, sin embargo, el pasado agosto se registraron hasta 15. / El Correo
    Dársena del Batán, con varios barcos descargando chatarra. La media de barcos atracados en el Puerto de Sevilla es de unos 9 buques, sin embargo, el pasado agosto se registraron hasta 15. / El Correo
  • Barco cargado de granel líquido, a su paso por la nueva esclusa del Puerto hispalense. / El Correo
    Barco cargado de granel líquido, a su paso por la nueva esclusa del Puerto hispalense. / El Correo
  • Instalación del vallado de la Zona Franca, el pasado mes de agosto. / Pepo Herrera
    Instalación del vallado de la Zona Franca, el pasado mes de agosto. / Pepo Herrera
  • Buques atracados con la imagen del puente del V Centenario al fondo. / El Correo
    Buques atracados con la imagen del puente del V Centenario al fondo. / El Correo

Para hablar de industria en Sevilla hay que mirar al Puerto. Y para encontrar movimiento económico, también. Sólo la aeronáutica, la agroalimentación y la minería pueden restar protagonismo al histórico polo industrial de la ciudad.

Aunque no puede despegar como quisiera porque el dragado de profundización del río ha vuelto a la casilla de salida, las mejoras introducidas en sus infraestructuras y sus más de 800 hectáreas de terreno están dando mucho juego. En los últimos años la Autoridad Portuaria centró sus esfuerzos en impulsar el tráfico de mercancías con nuevas rutas comerciales, en consolidar las más exitosas –como la canaria– y en atraer inversión privada con concesiones administrativas para el desarrollo de la actividad productiva industrial, como por ejemplo, la fabricación de torres eólicas offshore. La reactivación de la antigua zona de los astilleros y la puesta en marcha de la Zona Franca avanzan lentamente, pero son casi la única esperanza para que la industria sevillana gane peso.

ZONA FRANCA, EN MARCHA

Tras las dificultades económicas por parte del Ayuntamiento de Sevilla y la falta de tiempo por el retraso en los trámites, por fin acabó la obra del vallado del recinto, en el que ya están instaladas seis empresas: Jannone, TRH, CIL Torrecuéllar (Inabensa de Abengoa), Sevitrade, Reciclajes Navales e Hispalense de Líquidos, si bien el Puerto ya autorizó la venta del taller de Inabensa a Cuadros Eléctricos Nazarenos.

Por ahora, estas empresas están adaptándose al software de contabilidad de existencias para que Aduanas y el consorcio de la Zona Franca tengan datos del movimiento de mercancías. Una vez vallada, ahora la Guardia Civil y las cámaras de seguridad se encargarán de la vigilancia de este recinto, activo desde el pasado día 1 de septiembre pero a la espera de concretar los últimos detalles y, lo más importante, de la llegada de inquilinos.

Se prevé que la quinta Zona Franca de España mueva al año 1,7 millones de toneladas de mercancías y genere una facturación anual de más de mil millones de euros. Pero para eso necesita que se instalen nuevas empresas.

El delegado especial del Gobierno en la Zona Franca, Javier Landa, presentó el Plan Estratégico en el que se detallan los beneficios fiscales, como la bonificación del 20 por ciento del IBI, si bien el principal es que estar en la Zona Franca permite importar y exportar mercancías entre la Unión Europea y el resto del mundo sin tener que pagar por adelantado los aranceles aduaneros ni el IVA mientras las tengan allí en depósito. Las tasas sólo se liquidan cuando la mercancía se vende y sale.

Según Javier Landa, hay mucho interés empresarial y se mantienen contactos, pero habrá que esperar un poco más para poder anunciar la incorporación de nuevas firmas a la Zona Franca.

En cuanto a las que ya están allí, se espera que antes de final de año estén plenamente integradas en el recinto. 2017 tiene que ser su año de arranque. No en vano se espera que en dos ejercicios se pueda ampliar a terrenos aeroportuarios, una vez se consolide Torrecuéllar. Entonces, Airbus y su industria auxiliar serán el objetivo.

Por ahora se buscan empresas que no estén instaladas en Sevilla, industriales o logísticas. Despachos de consultorías, agregados comerciales de embajadas y visitas puntuales serán las herramientas para captar inquilinos. Elevar el nivel industrial de Sevilla es el objetivo.

Además, queda por resolver cómo se financiará el recinto. Su mantenimiento se sufragará a través del Impuesto de Sociedades de las empresas allí instaladas, pero ante su falta de actividad, Javier Landa ya ha reclamado al Gobierno estatal 1,6 millones de euros hasta 2019.

ASTILLEROS, AL 80%

Otro punto estratégico del Puerto que se ha reactivado es el de los antiguos astilleros, consolidándose la actividad industrial principalmente en el sector metalmecánico. En total, son cinco las empresas instaladas en la zona: Astilleros del Guadalquivir, Ditecsa y Metalúrgica del Guadalquivir, además de Tecade y GRI Towers Sevilla (Gestamp). Prácticamente el 80 por ciento de su superficie está ya ocupada.

Todo ello gracias a las últimas concesiones aprobadas, incluso en las inmediaciones, como la última ampliación de terreno a favor de Estibadora Sevillana, que construirá una nave de 3.000 metros cuadrados para almacenar.

La multinacional vasca Gestamp anunció su llegada a Sevilla con una inversión de 54 millones de euros y una previsión de 400 empleos.

INVERSIÓN EN LA TERMINAL

Además, el Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria adjudicó (en el segundo intento) la gestión de la terminal de contenedores de la dársena del Batán a la única aspirante, Terminal Marítima del Guadalquivir, formada por la alemana OPDR (25 por ciento) –la tercera naviera más importante del mundo– y por el grupo valenciano Boluda (75 por ciento). Ambas gestionarán a partir de 2017 y durante 30 años el tráfico de contenedores, lo que supone la tercera parte de todo el tráfico de mercancías en el Puerto (el hispalense es el noveno en tráfico de contenedores de España y el segundo de Andalucía, por detrás del de Algeciras).

Según T erminal Marítima del Guadalquivir, se reforzará el número de líneas regulares que operan con las Islas Canarias y el norte de Europa y en el primer año de explotación se moverán 1,3 millones de toneladas, cifra que aumentará a lo largo de los 30 años de gestión. Para todo esto, Terminal Marítima del Guadalquivir se compromete a realizar una inversión en los dos primeros años de alrededor de 14 millones de euros.