La Asociación de Concesionarios de Turismos, Motocicletas y Vehículos Industriales de Sevilla (Asconse) alertó ayer de los efectos adversos que puede tener para la ciudad la propuesta del Ayuntamiento de Sevilla de subir el impuesto sobre los vehículos de tracción mecánica (IVTM), el conocido sellito del coche, para su incorporación a las ordenanzas fiscales del próximo año 2018.
Según la presidenta de la asociación, Carmen B. Moreno, de aprobarse el borrador presentado por el Consistorio hispalense se generaría una situación de desigualdad entre la capital y el resto de municipios del área metropolitana, donde ha emigrado en los últimos años parte de población capitalina. Además, cabe destacar la pérdida de parque móvil de los últimos años, «ya que mientras donde antes había tres coches hoy hay uno», apunta Moreno. De hecho, Sevilla dejado de ingresar durante la crisis en torno a 4 millones de euros por el impuesto de circulación, pasando de 35 a 31 millones.
Por eso, desde el Gobierno de la ciudad apuestan por equiparar el sellito a la media de grandes ciudades españolas como Madrid, Valencia, Zaragoza, Barcelona o Málaga.
Según los datos presentados en el borrador, el gravamen subiría en todas las categorías, excepto en los coches de menor potencia, es decir en los de 8 caballos de potencia fiscal (c.f.), que en la actualidad está a 22,46 euros. Los coches de hasta 11,99 c.f. en Sevilla pagan a día de hoy 60,66 euros, mientras que la media asciende a los 61,78 euros. El vehículo medio –de 12 a 16 caballos– sería el que más incrementaría, en torno a cinco euros, así se pasaría de pagar 128,05 euros a 132,99. El gravamen de los turismos de hasta 19,99 caballos incrementaría hasta la media tres euros, de los 170,26 euros hasta los 173,47.
En este sentido, Moreno teme que ante el incremento del impuesto de circulación prolifere la picaresca y muchos ciudadanos terminen tributando en localidades colindantes del área metropolitana, «lo que provocaría el efecto adverso de lo que pretende conseguir el Ayuntamiento, ya que a la larga no se favorecía que las matriculaciones se realizasen en la capital». La presidenta de Asconse habla en base a la experiencia: en Madrid ya se ha dado el caso de que «grandes empresas de renting tributan sus vehículos en un pequeño municipio de Toledo, donde el impuesto de circulación es más bajo».
Por ello, Moreno cree que el Consistorio hispalense «no puede pretender solucionar el problema de la disminución de ingresos que está sufriendo la hacienda sevillana a base de subidas de impuestos, para compensar la bajada de otros», y menos en un sector como el del automóvil de que dependen en Sevilla más de 5.000 personas. Desde Asconse insisten en que el problema de fondo es «la pérdida de población», por lo que habrá que atajarlo «en base a la aplicación de otras políticas que no pasen por un aumento injustificado de la presión fiscal».
Si afectará o no a los buenos datos registrados en el últimos meses por los concesionarios, Moreno opina que no. «El cliente no se va a retraer en la compra porque no es una subida sustancial, aunque sí le preocupa la noticia de que va a incrementar el impuesto», señala.