Los niños ya no vienen con panes, sino con tabletas

Empresas de base tecnológica reinventan productos básicos para los padres. Más allá de los libros de texto en las tabletas, ya hasta la fiebre se detecta gracias a un ‘smartphone’

08 oct 2016 / 23:11 h - Actualizado: 06 oct 2016 / 23:35 h.
"Tecnología","Empresas","Innovación","Startup","Se buscan sevillanos"
  • El pie de foto debe ser descriptivo, no un sumario. El pie de foto debe ser descriptivo. / josé luis montero
    El pie de foto debe ser descriptivo, no un sumario. El pie de foto debe ser descriptivo. / josé luis montero
  • Los niños ya no vienen con panes, sino con tabletas
  • El equipo de Thermibody con su producto. / El Correo
    El equipo de Thermibody con su producto. / El Correo
  • Los niños ya no vienen con panes, sino con tabletas
  • El equipo de Oblumi en sus instalaciones. / El Correo
    El equipo de Oblumi en sus instalaciones. / El Correo

Aquello de que los niños vienen con un pan bajo el brazo se ha quedado anticuado. Ahora nacen y llevan consigo tablets, smartphones y todo tipo de dispositivos de última generación que escapan al entendimiento de muchos de los padres y abuelos. Ya no es que sea su medio de comunicación o aprendizaje natural, es que la sociedad se está preparando para darle todas las facilidades y las tablets ya no sólo sirven para ver dibujos animados, ahora le sacan el máximo partido para que sea un recurso didáctico más.

Así que dentro de unos años no le pidamos a los más de 19.450 niños que nacieron el año pasado que sepan lo que fue un libro de texto ni le hablemos de un CD e, incluso, si nos ponemos finos ni le pidamos que nos describan un termómetro tal como ahora los conocemos.

No sabrán hacerlo porque ya hay empresas que han aprovechado los avances de la tecnología y los han aplicado a productos para los más pequeños de casa. Así lo han hecho Oblumi y Thermibody, dos empresas sevillanas de reciente creación que le han dado la vuelta a un producto imprescindible para cualquier casa con niños: el termómetro.

Hace tres años, Ana Molina se presentó a un evento de emprendedores donde conocería a los compañeros que junto a ella hoy conforman Oblumi. Por entonces su hijo era «muy pequeño» y aprendió que los niños lloran por tres motivos: tiene sueño, hambre o fiebre. Pero pensó más allá, «hoy los niños tienen un móvil en la mano, los mapas han desaparecido y las horas de sueño casi que también las marca el propio smartphone», reflexiona Molina, hoy CEO de esta empresa. La tecnología es «el lenguaje universal de esta época», así que quisieron darle una visión «más humana», como ocurrió con el coche o con el propio móvil. Y es que «ya hemos vivido el enamoramiento de la tecnología, y ahora se quedará lo que nos sirva, lo que no, lo cambiaremos», sostiene Molina.

Y así nació Tapp, un accesorio para el smartphone que no sólo lo convierte en un termómetro, sino que permite registrar el historial de temperatura del niño.

De la necesidad surgió otra propuesta sevillana, Thermibody. Un body dotado de un sistema electrónico que permite monitorizar la temperatura del niño, sin necesidad de tener que molestarle con un termómetro convencional. El proyecto surgió en la cabeza de José Ignacio Berdún hace tres años un día que su hijo pequeño tenía fiebre. «Quería algo como un termómetro que pudiera ver en el móvil y que no necesitara ponérselo, porque si está dormido es incómodo. Por la noche, los padre tenemos el temor de que le va a subir la fiebre al niño, pero no sabemos cuándo», relata Berdún.

Empezó a darle vueltas y utilizó su bagaje como teleco en el ámbito sanitario y trasladó la tecnología que se utiliza en las incubadoras de los neonatos al ámbito doméstico. A través de un sensor incorporado a un body y el desarrollo de un sistema electrónico, los responsables de esta startup han conseguido enviar información sobre la temperatura del niño al móvil de sus padres. De esta forma, miden continuamente la temperatura y en el momento que el niño tiene algunas décimas envía una señal en forma de alarma al smartphone de sus progenitores.

Eso sí, Berdún matiza que el producto «no está pensado para vestirlo 24 horas al día, sino cuando el niño está malito o parece que va a tener fiebre». No hay que olvidar que el objetivo de Thermidody es prevenir.

Las empresas lideradas por Molina y Berdún son solo dos ejemplos de un mercado que, aunque pequeño todavía, tiene un gran potencial. «Es cuestión de tiempo que el sector del e-health la salud conectada se termine de implantar, pero es una realidad», sostiene la CEO de Oblumi. Por eso, luchar contra esta tendencia «es imposible» y es que, como recuerda, tener una primera consulta desde tu casa o la oficina es un servicio que ya ofrecen casi todas las mutuas de salud, por eso «sólo falta que las herramientas se adapten a estas nuevas necesidades que el mercado tiene implantado», apunta Molina.

Para que se termine de consolidar habrá que romper la gran, y paradójica, barrera de los padres. Y es que, los niños aprenderán a usar estos dispositivos móviles por imitación, buscarán vídeos, se harán fotos e incluso servirán como método de entretenimiento, sin mayor miramiento que el que no haga una llamada o visite una página que pongan en un compromiso. Pero el miedo consume a muchos progenitores cuando el producto es para el bien de su hijo. ¿Será o no seguro? Es precisamente este reparo el que no permite un desarrollo más veloz del sector, según los propios empresarios.

En este sentido, el CEO de Thermibody cree que hay una gran tarea de concienciación por hacer. «Son productos muy novedosos y hay padres para los que este tipo de productos no resulten fiables». Pero la clave está en que esté certificado como producto sanitario, entonces será inocuo y fiable. «El sector está súper controlado por la Agencia Española del Medicamento y el Producto Sanitario que regula todos estos productos, hasta los termómetros», explica Berdún. El sello se denomina marcado CE y « es el que da garantía», puntualiza.

Oblumi y Thermibody tiene el reto de impulsar el e-health en la provincia, pero también de engrosar el número de fabricantes sevillanos de productos de puericultura. Tienen un largo recorrido por delante, pero una buena base donde coger impulso y otros ejemplos de éxito como es el caso del fabricante de productos infantiles –sillas, cunas o hamacas– Asalvo o el desarrollador de soluciones tecnológicas para el sector educativo Solutia It.

La directora general de Asalvo, Ana Toscano, lleva más de una década en el sector y desde sus inicios ha luchado por hacerse un hueco en una industria ya de por sí pequeña, «donde cualquier mínimo cambio es muy lento», sostiene. Y es que, a pesar de que los niños cada vez están más conectados a las redes sociales, en los productos de puericultura tradicionales el simple hecho de hacer campaña por esta vía todavía no se ve como algo natural.