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Anselmo y Jesús Benito, fundadores, pero ya retirados, de Jamones Benito. / M. Montiel
«Garantizamos la calidad criando al 70% de la materia prima»
Fundada hace 60 años por estos salmantinos, Jamones Benito ha crecido cuando sus competidores han caído. Asentados en Arahal, la segunda generación trabaja por profesionalizar la compañía, misión dirigida por Javier Benito, director comercial
—¿Cómo fueron los inicios de una empresa tan diferente a la zona donde se encuentra asentada?
—Fundamos la compañía ambos hermanos en 1956. Somos de Santibáñez de Béjar (Salamanca), y al principio nos dedicábamos a vender mulas, pero la reconversión industrial nos obligó a cambiar de sector y empezamos, poco a poco, a comercializar productos hasta asentarnos en Arahal, donde abrimos nuestra primera fábrica de jamones, paletas y derivados del cerdo y también conservas.
—¿Por qué Arahal y no en otro municipio?
—Se vendía también en Osuna, Marchena, además de otros municipios y Arahal era un punto intermedio en la zona. Aquí se construyó una fábrica y, con los años, hemos ido creciendo y hoy disponemos de cinco instalaciones: dos en Jabugo –una de ellas en una pedanía en Castaño de Robledo- una en Guijuelo y dos en Arahal.
—¿Cuándo se hizo cargo de Jamones Benito la segunda generación?
—La segunda generación cogió las riendas de la empresa hace quince años. Nosotros solo vendíamos en Andalucía pero ellos no se querían estancar aquí. Decidieron abrir el negocio por todo el Levante, no se conformaban y siguieron por el País Vasco y actualmente por toda España.
—¿Fue entonces cuando ampliaron las instalaciones con las fábricas fuera de Arahal?
—Sí, porque cada parte de España tira para una zona de fabricación de jamón diferente. Por ejemplo, el País Vasco tira para Guijuelo y Cataluña para Jabugo y decidimos tener género fabricado en todas las zonas emblemáticas. Arahal no sonaba a tierra de jamones, la realidad es que hacíamos jamones muy buenos pero estábamos afincados en Arahal, que se conocía por la aceituna pero no por el jamón. Nos faltaba el toque de marketing. En nuestros productos no aparecía la palabra de Guijuelo ni Jabugo y eso nos dio un plus cuando hicimos las instalaciones allí.
—¿Cuál es la producción que tenéis?
La mayor producción se hace en las instalaciones de Arahal, de donde salen en torno a unas 500.000 ó 600.000 piezas. En total, al año llegaremos a los 800.000 piezas.
—¿Cuánto factura actualmente la empresa?
—Hoy día Jamones Benito factura 40 millones. Hemos pasado de facturar en los últimos quince años 6 millones a la cifra actual y la empresa va como un tiro.
—¿Qué porcentaje de facturación corresponde a cada producto?
—Un 40 por ciento es paleta y otro 40 es jamones. El 20 por ciento restante son embutidos –caña de lomo, chorizo y salchichón– que hacemos en Guijuelo. Los embutidos están creciendo en la misma producción que los jamones.
—¿Prevén diversificar el mercado del cerdo al que se dedica la empresa desde los inicios?
—Tenemos una finca con 36 hectáreas de aceitunas manzanilla y hemos decidimos molturarla nosotros para hacer aceite virgen extra. Tenemos una producción de 40.000 litros que llevamos cuatro o cinco meses comercializando y que irá para Suiza. Para que le pongamos al aceite el nombre de Benito tiene que ir en consonancia con nuestros productos en cuanto a calidad.
—¿Cómo garantizan esa calidad?
—Hace unos años, los cerdos no eran nuestros, pero ahora tenemos un porcentaje bastante alto de engorde de cochino propio en las Sierras Norte de Sevilla y Hueva. Completamos el ciclo de producción. La materia prima, desde el origen hasta el final la hacemos nosotros en un 70 por ciento, así nos garantizamos la calidad de nuestros productos.
—¿Cómo ha cambiado la empresa en los últimos años?
—La segunda generación ha aportado los conocimientos que aprendieron en la universidad. Teníamos el producto y la tradición, y le hemos aplicado imagen, redes sociales, etc. A partir de ahí, Benito empezó a ser conocido y le ha dado un vuelco total, que nos está dando resultados. Precisamente, eso ha hecho que, en época de crisis, cuando otros han caído, nosotros hayamos crecido.
—¿En la crisis vino su gran oportunidad?
—Los números se han hecho bien en estos años. Nosotros hemos seguido la mentalidad de los inicios en cuando a financiación, nunca hemos querido préstamos con los bancos y, debido a la crisis, todo el que estaba hipotecado ha caído y eso a nosotros nos ha beneficiado porque, al estar saneado, hemos tenido mercancía. Otros han quedado desabastecidos y los clientes y comerciales nos han llamado a nosotros. Hemos puesto a los comerciales en cada zona, creando a partir de entonces una red comercial. Cuando hemos experimentado el mayor crecimiento ha sido en la época de crisis, que ha sido cuando compramos la fábrica de Guijuelo y Jabugo.
—¿Cuántos trabajadores componen la plantilla?
—Ahora tenemos unos 60 empleados directos y 35 comerciales, más una buena cantidad de empleos indirectos.
—¿Qué retos se plantean de ahora en adelante?
—Nos gustaría que la empresa se profesionalizara más de lo que está y parcelarla puesto que el crecimiento ha sido mucho en los últimos años y hay que ordenarlo al máximo, si no, se nos escaparía de las manos. Y una vez que eso lo consigamos, crecer. Modernizar la empresa internamente, parcelarla en departamentos porque crecer mucho sin tener una estructura bien organizada es mal camino porque se desmadra todo.
—¿Cómo prevén el ejervcicio 2017?
—No queremos crecer mucho más porque nos da hasta miedo, pero si tuviéramos una fábrica más la venderíamos. Según los datos que tenemos a día de hoy, llegaremos a 45 millones.
—¿Jamones Benito vende también fuera de España?
—Estamos vendiendo en Francia, es un mercado bastante fuerte, y en Alemania. Ahora vamos a cerrar acuerdos con cuatros cadenas de supermercados en Suiza. En España uno de nuestros principales clientes es El Corte Ingles donde se pueden encontrar todos nuestros productos.
—¿Tienen previsto ampliar las instalaciones?
—Nos planteamos ampliar aquí o en Jabugo; sin embargo, nuestra intención es ampliar aquí en Arahal en el terreno de una de las fábricas