«Huimos de la quema vistiendo a la mujer para los eventos»

Tras 30 años dedicada a la moda femenina, esta firma se ha adaptado a los cambios de un mercado altamente competitivo. A pesar del cambio en el consumo, han sacado cabeza como titanes con una prenda de calidad

María Montiel marmondua /
13 oct 2017 / 09:37 h - Actualizado: 13 oct 2017 / 09:41 h.
"Empresa familiar","Moda","Marcaje al empresario"
  • Francisco Paque, en las instalaciones de Nuribel, ubicadas en Marchena. / M. M.
    Francisco Paque, en las instalaciones de Nuribel, ubicadas en Marchena. / M. M.

—¿Dónde se encuentran los orígenes de Nuribel?

—Nació el 15 de febrero de 1987. Yo trabajaba en una empresa del gremio, no sabía nada de esto pero empecé desde cero y fui aprendiendo en los talleres, la venta, a cortar, etc... Estuve catorce años pero yo tenía otra idea en mente. Lo inicié desde cero y, aunque no tenía una peseta, para eso estaban los bancos, donde pedí un préstamo de cinco millones de las antiguas pesetas. Con eso y mi vehículo comencé y así hasta ahora en la lucha, echando muchas horas.

—¿Cuántos puntos de ventas tiene la empresa?

—Actualmente en torno a 700 puntos entre el territorio nacional y los diferentes lugares de Europa.

—¿Cómo ha sido la evolución en estos treinta años?

—Viendo lo que el mercado ha ido necesitando en su momento y hemos tenido la habilidad de cambiar las prendas que estábamos haciendo en formato y el mercado lo ha acogido bastante bien. También tuvimos que salir huyendo de la quema de la globalización, con las prendas Chinas y baratas, porque nos comían. Y dentro del mismo gremio encauzamos la dirección vistiendo a la mujer de otra forma, en este caso, para los eventos: Semana Santa, comuniones, bodas, bautizo, etc. Y es lo que seguimos manteniendo. Así hemos huido de la competencia tan desleal que hay con prendas que entran sin impuestos.

—¿Cuántas firmas tienen?

—Ahora dos: Nuribel y NB Style y estamos creando otra que saldrá en verano de 2019 y la vamos a presentar en las ferias de Milán y Barcelona. Con la nueva firma vamos a vestir a la hermana y la madre de la novia.

—¿Dónde fabrican las prendas?

—Fabricamos en Málaga, Sevilla y Talavera de la Reina.

—¿De dónde traen los tejidos?

—Los tejidos vienen una parte importante de Cataluña y otra la importamos porque están dando otras calidades.

—¿Cuándo se produjo la expansión al exterior?

—Empezamos hace cinco años y se está fortaleciendo con comerciales y clientes que nos conocen por la página web. Sin embargo, este año lo vamos a reforzar exponiendo en Milán y Barcelona, dos ferias internacionales bastante importantes a nivel mundial. Es ahí donde queremos coger parte del pastel tan grande que hay en Europa.

—¿Qué supone el mercado exterior?

—Es una ventana muy importante pero no es fácil porque vamos a pulmón. Siempre lo intentamos y es el futuro porque aquí hay un techo que no da para más. Ahora, en 2017, ha bajado el consumo.

—¿Cuál es la facturación actual de la empresa?

—En 2016, tres millones de euros. En 2017 no vamos a llegar y una de las causas fundamentales es por la climatología, ya que no se está vendiendo y lo que se vende es barato. Y ahí no nos podemos meter. Sin embargo, el que hacía este tipo de prenda ha cambiado y se ha metido en fiesta pero también barata, y nos está haciendo una competencia desleal. Antes éramos 200 y ahora somos mil en el mercado. Antes te comprabas un vestido para una boda de 300 euros y hoy no. También ha cambiado la forma de vestir de la mujer, del consumo. Hace años era muy importante la ropa y hoy día también salir a cenar, ir a la playa, etc.

—Y en facturación, ¿qué porcentaje corresponde el mercado externo?

—El mercado nacional es un 80 por ciento aunque el exterior cada vez va creciendo más, principalmente Italia. Siempre nos han gustado los retos y hemos ido buscando pelearnos con los más importantes, primero Barcelona, luego Galicia, que fue en un tiempo la zona donde más vendíamos, y ahora Italia.

—¿Además de Italia tienen más puntos de ventas fuera?

—Tenemos también puntos en Israel, Inglaterra y Alemania. Estamos invirtiendo pero recuperando poco. Vamos poco a poco, ya que estamos acostumbrados a dar un servicio. Si vendemos mil prendas, servimos 999. Eso en este gremio es como encontrar una aguja en un pajar. El cliente confía en que si compra 100 prendas se las sirvas todas y en fecha. Nosotros tenemos una estructura y no puedo liarme la manta a la cabeza y vender más de lo que podemos servir y fallar al cliente. Vamos paso a paso y si vamos a más, invertimos más. Si se queda parado nos quedamos parados. Avanzando según nos va demandando el mercado.

—¿Cuántas personas componen la plantilla?

—Empecé con tres personas y actualmente somos veinte, que se han mantenido en los tiempos de crisis.

—¿Cómo se ha sobrellevado esa época?

—La crisis la hemos pasado bien. Hemos resistido sin problemas porque tenemos una prenda que en el mercado está muy bien situada. En relación precio-calidad está muy bien y eso nos ha mantenido. Si hubiésemos estado en la guerra de lo económico no estaríamos aquí casi seguro.

—¿Hacia dónde avanza la empresa?

—Para nosotros no existe la meta. Yo siempre he caminado y no sé hacia dónde voy a andar. Teníamos una barquita y ahora tenemos un transatlántico.