«Más que nuevas obras, toca mejorar y mantener las que hay»

UG21 es una consultora de ingeniería para obra civil, nacida en 2001, que decidió apostar por el mercado latinoamericano para evitar la crisis nacional. A día de hoy, tiene presencia en Perú, Colombia, México, Bolivia y Panamá, que aportan el 95% de su negocio

27 abr 2018 / 17:19 h - Actualizado: 28 abr 2018 / 23:01 h.
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  • Ozgur Unay es uno de los dos socios de esta consultora de ingeniería que tiene su sede en el polígono PISA en Mairena. / Manuel Gómez
    Ozgur Unay es uno de los dos socios de esta consultora de ingeniería que tiene su sede en el polígono PISA en Mairena. / Manuel Gómez

¿Cuándo y por qué deciden poner en marcha este proyecto?

—Somos dos socios, ingenieros de caminos, que nos conocimos haciendo el doctorado en la Universidad de Sevilla y decidimos aunar esfuerzos y montar la empresa en 2001. Desde entonces estuvimos tres años en Sevilla capital y cuando superamos los diez empleados pasamos a las oficinas actuales en el polígono PISA.

—¿Con qué actividad comenzaron?

—Mi socio, Manuel González Moles, es especialista en puertos y yo siempre he trabajado en cálculo de estructuras. Cuando fundamos la empresa trabajamos mucho en transporte, en carreteras y en dar servicio a firmas constructoras.

—¿Qué les hizo dar el salto y dejar la comodidad de una nómina?

—Yo trabajaba en otra empresa del sector, muy parecida y grande, y mi socio trabajaba en la administración. Cada uno de nosotros tenía sus inquietudes, los dos somos amantes de la ingeniería civil y en ese sentido queríamos tener la satisfacción de hacer proyectos y ver los frutos de ese trabajo directamente.

—Corría el año 2001. Aún no se vislumbraba lo que se avecinaba con la crisis. ¿Cómo fueron esos primeros años de andadura?

—Fueron años de crecimiento constante. En esos años lo que se preveía era un aumento y de hecho tanto a nivel nacional como autonómico fueron años de un crecimiento sin parar de infraestructuras, tanto de carreteras, ferrocarriles, puertos, abastecimiento, saneamiento... una modernización en toda regla.

—¿Cuándo empieza a notarse esa ralentización?

—La crisis ha llegado un poco más tarde al sector de la licitación pública. El Plan E fue el último gran programa de obra pública. A partir de ahí hubo un bajón importante. También la idea generalizada era que la crisis iba a durar un par de años. Los años de grandes infraestructuras, al nivel de 2004-2007, creo que ya han pasado a la historia y que a partir de ahora tendremos que mejorar la infraestructura que tenemos y por supuesto mantenerla. En materia de depuración o de puertos, siempre va a haber necesidades.

—¿Cuáles serían las ramas con mayor potencial de crecimiento?

—En principio, todavía tiene que llegar el AVE a la ciudad de Granada; tenemos que terminar la conexión por ferrocarril con el Puerto de Algeciras; tenemos que terminar de conectar Andalucía occidental con la oriental a través del eje ferroviario.

—¿Se puede dar por cerrada la crisis en la obra pública tras los años de parón?

—No, todavía no, pero estamos muy esperanzados porque a nivel autonómico y nacional estamos viendo que hay mejoría.

—La empresa tiene una presencia importante en Latinoamérica. ¿Cuándo deciden cruzar el Charco?

—Desde 2008 teníamos en mente que nuestro crecimiento pasaba por salir al extranjero. Después de hacer unos tanteos tanto en Europa como en Latinoamérica, nos decidimos por Perú y más tarde por Colombia. Latinoamérica para nosotros es un mercado natural, son países en vías de desarrollo y con una necesidad importante de infraestructuras y luego hay una afinidad cultural y de idioma.

—¿Cómo ha sido la experiencia en estos países?

—En principio, precisamente por el crecimiento en infraestructuras en los años anteriores a la crisis se ha producido un crecimiento tecnológico importante en ingeniería tanto en España como en Andalucía. Hemos sabido exportar esa tecnología a otros países en los que la ingeniería española está muy bien vista. Tenemos sucursales en Colombia, Perú, México, Bolivia y Panamá y cada país es un mundo, pero dan facilidades a las empresas extranjeras.

—¿Y la cuestión de la seguridad jurídica?

—No hemos sentido en ningún momento que no la hubiera. Nuestra experiencia en ese sentido es muy buena.

—¿UG21 en cifras?

—Facturamos 4,5 millones de euros en 2017 y somos unas cien personas, 45 en Sevilla y 55 en el extranjero. Las previsiones para 2018 pasan por crecer a doble dígito. El negocio internacional supone actualmente el 85-90 por ciento del total.

—¿Cuáles son las líneas maestras de su plan de expansión los próximos años?

—Queremos afianzar la apuesta por Bolivia –donde hemos abierto oficina este año– y México, aunque estamos explorando otros países.

—¿Algunos proyectos destacados?

—Ahora estamos redactando el proyecto de tren urbano en Cochabamba (Bolivia), el primer metro ligero eléctrico del país y hemos realizado la dirección de obra de la torre de control del aeropuerto de Bogotá, de 90 metros de altura.