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Representantes del Ayuntamiento, la Diputación, partidos políticos, sindicatos y empresarios, este martes en Sevilla. / El Correo
La capacidad productiva sevillana está «en niveles de récord negativo», lo que se refleja en una caída sin precedentes del empleo industrial. La fotografía es, si no desoladora, preocupante por los cierres de empresas señeras y noveles, los recortes en la inversión productiva y la ausencia de proyectos vertebradores que aglutinen al sector público y privado.
Y más... La crisis puso de manifiesto la debilidad de la estructura productiva de Sevilla, sustituida por una terciarización, un gran predominio de actividades de bajo valor añadido, alta estacionalidad en el empleo, baja productividad, necesidades de recualificación profesional y déficits profundos en materia de innovación. Por todo ello, según explica el documento Sevilla [en]clave industrial la provincia necesita el ansiado «cambio de modelo productivo» y «un mayor y más participativo capital social».
Es lo que quieren los autores de este manifiesto, CCOO, UGT y la Confederación de Empresarios de Sevilla (CES), que se han marcado un objetivo: que el PIB industrial alcance el 20 por ciento, unos deberes puestos por propia UE a sus estados miembros. Por ahora, la actividad industrial suma casi 28 meses consecutivos a la baja en Sevilla y la caída durante la crisis fue del 23 por ciento.
Los secretarios generales de la CES, Antonio Montero, de UGT-Sevilla, Juan Bautista Ginés, y de CCOO-Sevilla, Alfonso Vidán, junto al alcalde, Juan Espadas, el presidente de la Diputación, Fernando Rodríguez Villalobos y la subdelegada del Gobierno en Sevilla, Felisa Panadero, participaron este martes en la presentación de este documento, con el que empresarios y sindicatos quieren dar un paso adelante para la «reindustrialización» de la provincia, en la que sólo se salvan sectores como el aeronáutico y de automoción. Y no estuvieron solos, puesto que al acto se sumaron diputados nacionales, autonómicos y provinciales de PSOE, PP, IU, Ciudadanos, Participa Sevilla y Podemos, que apoyan que se abra un debate sobre los desequilibrios del modelo económico actual para diseñar una nueva estructura productiva en Sevilla.
Así, ahora comienza una serie de jornadas de trabajo en las que técnicos, empresas y trabajadores, debatirán a lo largo de este mes sobre los principales problemas que afectan a los sectores, las soluciones de futuro que se plantean para, sobre todo, «sensibilizar sobre la necesidad de grandes alianzas entre las fuerzas políticas, sociales, académicas y empresariales para revertir la actual situación y afrontar el futuro de otra forma, con garantías».
«Tenemos que hacer las cosas de otra forma, la tremenda crisis por la que estamos atravesando nos debe hacer reflexionar sobre lo que hemos hecho mal, las medidas que tenemos que tomar y, muy especialmente, hacia dónde vamos», defendió Montero, quien insistió en que «sin industria no hay futuro».
Un futuro que el documento Sevilla [en]clave industrial no pinta de color de rosa. Parte de una descripción de la situación actual, para definir las carencias y las necesidades de todos los sectores industriales. Ejemplos hay muchos: se necesita una «apuesta seria por el desarrollo de un sector auxiliar alrededor de la línea principal de fabricación» de Renault, financiación y colaboración con las universidades para que las empresas apuesten por el I+D y potenciar los instrumentos de diálogo relativos a la subcontratación en el sector aeroespacial, entre otras medidas que se apuntan.