«Queremos decorar con nuestros paneles las mezquitas del Golfo Pérsico»

Las estatuas de Juan Pablo II junto a la Catedral o de Aníbal González de la plaza de España pasaron por este taller que conjuga artesanía e innovación. La empresa, de origen carpintero, intenta exportar al mundo sus paneles decorativos mozárabes

12 jun 2016 / 17:03 h - Actualizado: 13 jun 2016 / 10:35 h.
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  • Alberto José Santos, uno de los cuatro fundadores de Woodart World, en sus instalaciones. / El Correo
    Alberto José Santos, uno de los cuatro fundadores de Woodart World, en sus instalaciones. / El Correo

Cuentan con una década de vida, ¿cómo nació Woodart World?

—La iniciativa parte de dos carpinteros ebanistas, otro chico, que estaba especializado en carpintería en serie, y de mí, que acababa de terminar la licenciatura de Administración y Dirección de Empresas. Queríamos recuperar la carpintería del barroco ecijano en el mueble, pero desde el primer momento pensamos que había que darle un toque de innovación a la empresa. Así que dos años después de fundarla, y en plena crisis, hicimos una importante inversión y adquirimos un equipo de producción basado en el control númerico de cinco ejes y un escáner en 3D. Invertimos todo nuestro desempleo en la empresa.

Pero no es una carpintería al uso...

—La situación demandaba un giro, pensamos que había que incorporar un equipo innovador de carpintería y que este fuese extrapolable a la reproducción de esculturas. Dado que no ha sido una buena época para la carpintería, hemos ido tirando gracias a la reproducción de esculturas a gran escala y nos hemos convertido en un referente, sobre todo, en lo que se refiere a las destinadas a bronce.

Exactamente, ¿en qué consiste su trabajo en la pieza escultórica?

—Realizamos el paso intermedio en porexpan entre la obra modelada a tamaño académico por el autor y su reproducción al tamaño final. Acudimos al estudio del escultor y escaneamos la obra en 3D para generar una imagen tridimensional que luego incluiremos en el control númerico de cinco ejes para crear un prototipo de la medida definitiva. Pero el trabajo fino y de verdad lo hace el escultor. Nosotros le facilitamos su labor, sobre todo en cuanto a los tiempos, ya que adelantamos entre mes y mes y medio la ejecución; pero la máquina tiene sus limitaciones y, tras nuestra intervención, al autor le queda un arduo trabajo para retallar, matizar los detalles y darle la policromía, que es la que le da vida a la obra.

¿Han participado en alguna escultura emblemática?

—En la de Juan Pablo II, ubicada en la plaza Virgen de los Reyes, de Juan Manuel Miñarro; también en la Duquesa de Alba de Sebastián Santos; y en la estatua de Aníbal González que está ubicada en la plaza de España, del equipo de Manuel Nieto. También hemos participado en imágenes de Semana Santa, como un caballo y un romano de la hermandad de la Expiración de Écija, un San Juan de la iglesia de la Soledad o un Cristo yacente de un escultor ecijano que está en México.

Recientemente su empresa sonaba en los medios por un trabajo para una mezquita en Bahrein...

—Hace cuatro años iniciamos una nueva gama de producto que se basa en paneles decorativos inspirados en el arte mozárabe, como los de la Alhambra de Granada o la Mezquita de Córdoba, y que tiene su principal nicho de mercado en los países árabes. Gracias a un comercial que cogió con mucho cariño nuestra idea empezamos a hacer contactos en El Cairo y Riad, pero no salieron bien. Sin embargo, hace un año fuimos a una feria de interiorismo en Bahrein donde hicimos contacto con el Ministerio de Cultura, que es el responsable de las mezquitas en el país. Ahora estamos ultimando la negociación para empezar con pequeñas muestras, pero nuestro deseo es ir a más y decorar poco a poco las habitaciones de las mezquitas.

¿Tienen pensado conquistar algún otro país?

—Queremos potenciar este producto en el Golfo Pérsico y en Marruecos. Para ello hemos empezado a hacer contactos y gestiones con redes comerciales de la mano de Extenda y la Cámara de Comercio de Sevilla.

Dado que el cliente ha optado por un mueble más económico, ¿en qué mercado realizan su labor de carpintería?

—Trabajamos con una empresa de construcción que opera en la zona de Marbella. Son piezas costosas y muy singulares porque están hechas a medida, pero estamos presentes desde el año 2012.

También hacen prototipos. ¿Alguno destacable?

—Entre 2009 y 2010 hicimos el prototipo de un vagon del tren de alta velocidad de Arabia Saudí. Trabajamos a partir de archivos en 3D, lo que nos permite darle forma física a piezas de ejecución compleja. Todos los años nos entra algún trabajo importante en cuanto a prototipo.

Pese a venir de un sector muy tradicional, su trabajo es muy innovador, ¿cómo se conjugan estos factores?

—El conocimiento de la profesión es determinante. No basta con saber de software, hay que tener conocimientos de carpintería. El equipo facilita la tarea, pero factores como el montaje y el diseño dependen en un 90 por ciento de la artesanía. En el trabajo de escultura, la apuesta por la innovación que hemos hecho es indispensable; mientras que en los paneles decorativos el diseño es un 30 por ciento, la innovación un 50 y el resto depende de la cualificación del ebanista.

Hace una década, ¿era difícil convencer a un cliente sobre los beneficios del 3D?

—Fácil no fue. Teníamos que convencer a la clientela de que había otro proceso para hacer prototipos y que ellos depositasen en nosotros la confianza.