Sin noticias de Agricultura (II)

28 may 2015 / 13:25 h - Actualizado: 28 may 2015 / 13:32 h.
"Agricultura","Ricardo Serra"
  • Un agricultor observa el arado de un campo. / El Correo
    Un agricultor observa el arado de un campo. / El Correo

Cuando se acaba el mes de mayo y apenas quedan doce días hábiles para que expire el plazo ya prorrogado (al día 15 de junio) para la presentación de las ayudas agrarias comunitarias, la Junta de Andalucía sigue sin publicar las normativas autonómicas que regulan sus condiciones. Es decir, que al campo regional se le echa el tiempo encima y no sabe aún a qué atenerse. A la patronal Asaja se le ha agotado la paciencia, y acaba de denunciar que la Consejería del ramo no está en funciones, sino que está realizando una auténtica “dejación de funciones, en una de las peores gestiones” que se recuerdan en este departamento, a pesar de las muchas reformas que ha habido de la Política Agraria Común (PAC).

Es un caos por la descoordinación y los retrasos, sí, es un lío horroroso e incomprensible, un despropósito”. Ricardo Serra, presidente de Asaja-Andalucía, no ha escatimado duras críticas hacia la Consejería dirigida por Elena Víboras, que lleva, dijo, meses anunciando la inminente publicación de las distintas normas, y hasta la fecha no hay noticias –el pasado martes, vía nota de prensa, este departamento señaló que era cuestión de días–.

Por la “indefinición” de una de ellas, la que más duele a los ganaderos y reguladora del denominado Coeficiente de Admisibilidad de Pastos (CAP) o fórmula de cálculo para las subvenciones públicas al monte mediterráneo, incluida aquí la dehesa, la patronal ya ha convocado un acto de protesta a las puertas del sevillano palacio de San Telmo, sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía. La fecha: el 10 de junio, que según el calendario son las vísperas de la constitución de los ayuntamientos tras las elecciones del pasado domingo. Y la artillería podría venir también de la mano de un recurso judicial, que sería, eso sí, el último paso debido a la acostumbrada tardanza de la Justicia.

Serra ha recitado la cantidad de normativas que dependen de Víboras y que todavía duermen el sueño de los justos: la que regula las ayudas ecológicas y agroambientales, la del Sigpac, la de incentivos a los jóvenes agricultores, la de la llamada condicionalidad de las ayudas, la del Registro de Explotaciones Agrarias y Ganaderas (REGA) y la del CAP, que ha de venir dentro de las modificaciones al Sigpac (la radiografía aérea digitalizada que te dice qué hay allí y que sirve para confeccionar la PAC).

Es decir, a estas alturas de la película, sólo los productores del campo que reciben el pago base (el más básico y sencillo, sin complementos) y que no tienen ganadería pueden presentar sus solicitudes, mientras que el resto ha de aguardar a las noticias de la Consejería y del Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) o hacer la PAC “a ciegas” para al menos cobrar anticipos del banco, y después Dios dirá los ajustes.

Como en anteriores ocasiones, en la rueda de prensa de Asaja, con presencia de tres presidentes provinciales de la patronal (Sevilla, Córdoba y Cádiz), Ricardo Serra ha hecho especial hincapié en las consecuencias del CAP, que en cierta medida se ha desbloqueado, tal y como contó este periódico el pasado sábado. Sin embargo, ha matizado el patrón, el acuerdo está basado en “la buena fe y las buenas promesas”, y nada hay sobre el papel que confiera garantías.

Grosso modo, el pacto, alcanzado en una reunión triparta entre organizaciones agrarias, Consejería y Ministerio del ramo, se basa en: uno, la adjudicación de un coeficiente a cada ganadero y una revisión de oficio posterior en los casos de errores de bulto; dos, que se tomará en cuenta el tronco y no toda la copa del árbol para restar superficie de pastos con derecho a las ayudas; y tres, se tendrá en cuenta las cabezas de ganado declaradas en años anteriores para determinar cuánto pueden comer en una finca. Pero cuidado, ha apuntado Ricardo Serra, si el ganadero presenta una disconformidad y en el resultado final su alegación supera el 20 por ciento –ejemplo, si alegas 68 y te asignan 47–, se queda sin ayudas, según impone la normativa de Bruselas.

Al final, según aduce Asaja, mientras más arbustos y encinas o alcornoques tiene una dehesa, propiciando la regeneración del monte mediterráneo y la alimentación del ganado en régimen extensivo, peor te tratan.