Es lógico que Sevilla esté ya con resaca tras la noche del Pescaíto y después del primer día de feria –encima, domingo previo a un festivo–, así que la manifestación del Primero de Mayo con lo primero que tuvo que luchar fue con los efectos del rebujito. Los sindicatos convocaron a las 12.00 horas, pero la Puerta de Jerez empezó a teñirse de banderas un poco más tarde. Poco a poco, des-pa-ci-to, la manifestación tomó cuerpo hasta que, con la cabecera en la Plaza Nueva, la marea abarrotaba casi toda la Avenida de la Constitución. 10.000 personas, según los sindicatos, reivindicaron derechos laborales, unas 2.000 más que el pasado año. Todo un éxito para una cita que, esta vez, no contaba con la presencia de los líderes sindicales regionales.
Con 10.000 o con 5.000, porque para esto de la cifra de manifestantes pocos se ponen de acuerdo, la convocatoria se fue animando paso a paso. No hay Excusas. Empleo estable, salarios justos, pensiones dignas y más protección social, ese era el lema de un Primero de Mayo que evidencia que cada lenguaje tiene su ritmo. «Algo se muere en el alma cuando un interino se va?», «escúchanos Susana Díaz, escúchanos por favor, que hasta la guitarra mía muere cuando dice adiós»? Así cantaban las sindicalistas, de flamenca y con guitarras, que piden oposiciones en el conservatorio sevillano en 2018, «CCOO con el profesorado».
Los estibadores del Puerto de Sevilla eran más rudos: «Ni un paso más», gritaban. UGT y CCOO se unían «por el convenio del campo» y por un «turno de oficio digno». IU optaba por exigir «que no nos joden la vida, acabemos con la precariedad», mientras que las minorías que cerraban la manifestación defendían que «la reforma laboral la manda Donald Trump» y que «no queda dinero para las pensiones y la Cospedal se lo gasta en Cañones». Y es que no hay lenguaje con más ritmo que el de las protestas laborales, sobre todo en plena Feria.
Con o sin resaca, Mari Carmen, del barrio sevillano del Fontanal, gritaba junto a los periodistas que intentaban hablar con el socialista Mario Jiménez antes de comenzar la marcha. «Sólo se acuerdan del 1 de Mayo porque están en primarias. El PSOE engaña al pueblo como han hecho con el desgraciado de Pedro Sánchez». Sólo Verónica Pérez, secretaria general del PSOE de Sevilla, intentaba calmar a Mari Carmen, que desde que tenía 15 años no ha faltado a ninguna manifestación del Primero de Mayo. «Y tengo 67», apostillaba cerca del grupo del Partido Feminista de España, de los militantes del PCPA y de los de Equo, que reclamaron una apuesta decidida por el empleo verde en Andalucía.
Y como estamos en Feria, Antonio recordó unos tientos: «La verdad a mi me engañó, yo me fíe de la verdad, la verdad a mi me engañó, cuando la verdad me engaña, de quien me voy a fiar yo». Por Góngora la entonó para concluir que «todos los capitalistas se han enriquecido». «Hay más capitalistas que antes y menos conciencia. La corrupción es un deporte», sentenció.
Con la corrupción muy presente en consignas y lemas, el secretario general de UGT Sevilla, Juan Bautista Ginés, y el secretario general de CCOO de Sevilla, Alfonso Vidán, reafirmaron que «ya no hay excusas» para no tener empleo, salarios justos y pensiones dignas. «Si hay recuperación económica, ¿por qué no se nota?», alegaba la familia Pérez al completo a la altura del Archivo de Indias.
Vidán, ante los periodistas, indicó que hay que estar en la calle «pensando en aquellas personas que no tienen ningún tipo de protección, exigiendo la renta mínima garantizada y, en la negociación colectiva, aumentos salariales suficientes para que el aumento de la riqueza también revierta en el bolsillo de los trabajadores».
Juan Bautista hizo suyo el lema porque «no hay excusas para seguir manteniendo lo que está ocurriendo, no hay excusas para no tener empleo, para ser más pobres, para que el reparto de la riqueza se la lleven los que más tienen, no hay excusas que no tengamos pensiones dignas, ni para todo lo que está ocurriendo en esta país», que «sólo de 2011 hasta aquí ha hecho posible que con dos reformas laborales acaben con todos los derechos de los trabajadores».
Y ya en la Plaza Nueva, tocó la hora de los discursos y los responsables de UGT y CCOO agradecieron la participación en esta tradicional cita a todos los partidos políticos, a todos menos a dos: el PP, que no se sumó a la convocatoria, y Podemos. Olvido, o no.