Un pollo bajo rayos X e infrarrojos

Una técnica desarrollada en Andalucía y en el centro tecnológico Ainia y basada en la visión espectral permite detectar cualquier materia extraña en los alimentos

08 jun 2015 / 08:00 h - Actualizado: 08 jun 2015 / 09:47 h.
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  • Un técnico en planta piloto de visión hiperespectral de Ainia Centro Tecnológico. / José Luis Montero
    Un técnico en planta piloto de visión hiperespectral de Ainia Centro Tecnológico. / José Luis Montero

Damos la vuelta al muslo de pollo y aparecen unas alas, diríase que de mosquito o mosca, quién sabe, pero de insecto seguro que es. En la cadena de envasado posiblemente no lo vieron, y basta este diminuto hallazgo para echar a perder toda una partida de carne. Es complicado, sí, ver el muslo íntegramente en 3D para detectar los intrusos, sea animal o cosa, salvo que se ejecute un escaneo con rayos X e infrarrojos.

La compañía SADA Andalucía ha desarrollado un sistema, en colaboración con la empresa valenciana Multiscan Technologies y el Centro Tecnológico Ainia, que permite inspeccionar íntegramente la producción en líneas de proceso y envasado de productos cárnicos para comprobar si cumplen de veras con los parámetros de calidad y seguridad antes de su distribución comercial y llegada a los hogares.

«Este sistema es mucho más riguroso y eficaz que los equipos de inspección existentes en la actualidad, ya que permite detectar materias extrañas en la carne (plásticos, restos orgánicos como cartílagos o huesos, pequeños insectos, etcétera) de una manera más eficaz. Estas detecciones hasta ahora era imposible realizarlas por los métodos de detección tradicionales», comentan en Ainia, con sede en Valencia.

Para lograrlo, agregan, se ha utilizado una combinación de sensores de diversas tecnologías: rayos X y visión multiespectral, que obtienen mayor información de cada producto escaneado de forma automática y no invasiva, y con la que se puede controlar los elementos extraños.

Las tecnologías de visión espectral e hiperespectral son técnicas que obtienen la huella espectral de la materia de todos los puntos de una muestra. «Para ello se ilumina el producto con luz infrarroja, que es absorbida de diferente modo según la estructura molecular de cada punto. Analizando la respuesta espectral es posible medir la cantidad de un determinado compuesto o identificar de qué materia se trata», según explica Ricardo Díaz, jefe del Departamento de Instrumentación y Automática de Ainia Centro Tecnológico.

Estas nuevas tecnologías de imagen, agrega, podrán aplicarse a cualquier producto alimentario, reduciendo los costes de inspección y mejorando la eficiencia y seguridad, puesto que permite medir en tiempo real toda la producción y separar el producto apto del no apto, con defectos o con presencia de materias extrañas.

Pero, ¿por qué se reducen los costes? «Dado que detectar materias extrañas con los medios convencionales no es siempre posible, cuando se detecta la presencia de alguna que se haya introducido accidentalmente o bien tras alguna reclamación puede ser necesario retirar grandes cantidades de producto, que al ser perecedero, supone una pérdida económica importante», sostiene Ricardo Díaz.