Un termómetro infantil en el móvil

Oblumi es el proyecto de cuatro emprendedores que ‘parieron’ la iniciativa en un fin de semana y que han logrado captar la confianza de un ‘business angel’

07 abr 2015 / 12:00 h - Actualizado: 07 abr 2015 / 13:02 h.
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  • El equipo de Oblumi lo integran Miguel Ángel Martín, Ana María Molina, Juan José Flores y M. Fernando García Cabello. / El Correo
    El equipo de Oblumi lo integran Miguel Ángel Martín, Ana María Molina, Juan José Flores y M. Fernando García Cabello. / El Correo
  • Dispositivo de Oblumi incorporado a un iPhone5 con la app <br />instalada. <br />/ El Correo
    Dispositivo de Oblumi incorporado a un iPhone5 con la app
    instalada.
    / El Correo

Se trata de un dispositivo un poco más grande que una moneda de un euro que se conecta a la salida de audio del teléfono móvil –la de los auriculares– y que permite, gracias a su sensor de infrarrojos, medir la temperatura de un bebé. Lo novedoso es que, al estar asociado a una app y tener conexión a internet, permite seguir el historial de las tomas de temperatura y, por ejemplo, enseñar el gráfico al pediatra o enviar por mensaje la notificación al móvil del padre o la madre si es una tercera persona la que cuida al niño, calcular la dosis de Apiretal o Darsy que se debe suministrar o recibir el aviso de cuándo hay que volver a tomar la temperatura. Así lo explica Ana María Molina, consejera delegada de Oblumi, la startup que pretende «aportar tranquilidad a los padres» porque, hoy día, para aquéllos que trabajan que el niño tenga fiebre y no poder estar cerca de él «genera angustia y nerviosismo».

Oblumi, que vio la luz en noviembre de 2013, fue alumbrado en apenas un fin de semana –«la idea es de Juan Flores», precisa– por cinco personas que no se conocían de nada. Es la dinámica que se suele emplear en los eventos del estilo de Sevilla Startup Weekend: dos días para poner a prueba la consistencia de una idea de negocio o la respuesta que tiene entre el público asistente. Oblumi ganó esa edición, a la que han seguido otras distinciones como la recibida por la Fundación Everis o por ser finalista de Spain Startup. Pero sin duda el mayor éxito cosechado hasta el momento y el que todos los emprendedores ansían es ganar la confianza de un inversor que apueste por su idea pero de verdad, con financiación. Ese momento le llegó a esta startup sevillana a finales del año pasado, lo que les ha permitido a los cuatro integrantes (uno de los cinco decidió no continuar) dejar sus respectivos trabajos –sí, todos ellos tenían un empleo previo– y poder dedicarse a tiempo completo a esta iniciativa, explica Molina, que pone el acento en que, en su caso, ninguno buscó la opción del autoempleo, sino que les unió, además del azar, la inquietud de hacer cosas diferentes y de reciclarse. «Uno de los miembros ha dejado un empleo fijo en el que llevaba doce años», lo que prueba la pasión y la confianza en su proyecto.

Ahora se hallan inmersos en la fase previa de comercialización, que se materializará el próximo mes de septiembre a un precio que se situará entre los 32 y 35 euros, y que se desarrollará a través de tres grandes canales para lo que ya están contactando con empresas: el tecnológico, vinculado a tiendas de venta on line de accesorios para móviles; tiendas de puericultura y farmacias, «muchas de las cuales han mostrado un claro interés por nuestra apuesta porque también quieren innovar». El objetivo a alcanzar es vender 200.000 unidades en tres años, aunque si se logran acortar los tiempos, «mejor».

¿Y dónde apareció este business angel? Pues el responsable del «primer empujón económico» no lo encontraron precisamente en los foros habituales. Y he aquí un aviso a navegantes emprendedores. «Nos vio en un artículo de prensa... Muchas veces nos encabezonamos con las rondas de inversores, pero nunca se sabe dónde puede estar esa persona. No siempre aparece en el canal que se presupone».

Eso, sin desmerecer la amplísima oferta de eventos de startups o emprendimiento que harían posible, si así lo quisieras, «acudir todos los días a un foro de este ámbito», abunda. Comparte, así, en cierto modo, la creencia de que hay un poco de «burbuja» en el segmento emprendedores, algo que no entiende que sea negativo a priori «porque hay que fracasar. Solo se aprende así». Y además defiende que un emprendedor «no es alguien ingenuo que sale súper feliz de una conferencia... eso sería simplificar». No se atreve a dar consejos a quienes estén pensando en hacer realidad una idea, pese a que éste es su segundo proyecto empresarial. Mejor dicho, solo se lanza a dar uno en base a su experiencia: «Hay que tener mejor equipo que proyecto». Tomen nota.