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Los asistentes mostraron una estelada, junto a banderas independentistas andaluzas. / Manuel Gómez
Resulta paradójico que la plaza que abre sus brazos, en actitud de acogimiento, a la ciudadanía española acogiera ayer una concentración a favor del derecho a decidir en Cataluña. Los asistentes acudieron arengados por las formaciones políticas a las que pertenecen, si bien ningún partido de los presentes –IU, Podemos, Corriente Roja y PCOE– quiso responsabilizarse de la convocatoria a las puertas de la Subdelegación del Gobierno en Andalucía.
Una convocatoria que no fue tramitada ni debidamente comunicado a dicho organismo público, según confirmaron a este periódico fuentes de la Policía Nacional. Versión que fue corroborada por el coordinador general de Izquierda Unida en Andalucía, Antonio Maíllo, que tuvo que identificarse ante los agentes. La Policía explicó que es un «trámite habitual» en este tipo de concentraciones que son «proclives» a congregar también a «grupos de ideologías contrarias». Por ello, insistieron los agentes a los presentes, «es necesario seguir el procedimiento» para movilizar a los cuerpos de seguridad y equipos sanitarios necesarios «en previsión de un posible incidente».
El acto puso de manifiesto que el conflicto generado entre el Govern catalán y el Gobierno central está mucho más enquistado de lo que parece, incluso por estos lares. Además, el hecho de que cerca de un centenar se manifieste al respecto es una prueba de que todos quieren o tienen algo que decir, ya sea de un modo u otro.
Sin embargo, pocos, por no decir nadie, se ve legitimado por la soberanía nacional que recoge la Constitución para participar en un hipotético referéndum. «¿Quién soy yo para decidir que Cataluña se independice o no?», afirmó una mujer que explicaba que se manifestaba «en solidaridad con el pueblo de Cataluña». Pero, si le dieran la oportunidad de votar, ¿estaría a favor de la independencia? «Estoy a favor de que voten y estaré encantado con lo que decidan», indicó otro asistente.
Incluso un asistente afirmó sin pudor: «si no hay más remedio, hay que saltarse la ley. Las leyes me dan igual», e insistió en que las detenciones y registros que se produjeron ayer en Cataluña son «oportunistas» y afirmó que en España «hay presos políticos».