Una naviera eslovena compra Astilleros del Guadalquivir

Pulchra Mare se hace con el 90% de la empresa que fundó el gallego Urbano Alonso en 2014

20 mar 2017 / 13:55 h - Actualizado: 20 mar 2017 / 21:30 h.
"Astilleros"
  • Rio Chara fue el primer barco que entró en el dique seco para ser reparado. / El Correo
    Rio Chara fue el primer barco que entró en el dique seco para ser reparado. / El Correo

La naviera eslovena Pulchra Mare ha adquirido el 90 por ciento de las acciones de Astilleros del Guadalquivir, compañía asentada en la zona del dique seco de los antiguos astilleros y que hace apenas tres años recuperó la actividad original de reparación y construcción de embarcaciones. Según confirmaba ayer el hasta ahora director general de Astilleros del Guadalquivir, Urbano Alonso, la operación «no va a afectar al proyecto; sólo supone un cambio de administrador». De hecho, se mantendrán la plantilla (formada por ocho trabajadores) y los proyectos.

La operación de compraventa se culminó a finales de febrero y contempla que la nueva empresa asumirá la plantilla, los pagos y los proyectos contratados o en proceso de contratación, tanto de reparación de barcos como de construcción de nuevas naves. Según anunciaba a finales de año la empresa, a lo largo de este año repararían en sus instalaciones cinco barcos y construirían una nuevo, con la intención de duplicar la facturación del pasado año, cifrada en dos millones. Ayer salía el primero de uno de los barcos en reparación, perteneciente a la flota de Transmediterránea.

La empresa no cambiará de nombre y seguirá trabajando bajo la marca Astilleros del Guadalquivir. Pero sobre la operación no han trascendido más datos, ni tan siquiera el importe de la compraventa. Eso sí, el empresario gallego apuntó que la compañía no tiene actualmente ninguna deuda, y que cuenta con ocho trabajadores fijos, cifra que se multiplica en función de los trabajos a desarrollar.

Alonso está convencido de que la decisión es «la más acertada» y cree que la naviera eslovena tiene «un buen proyecto». Es más, traerá «continuidad a la factoría», como confirmaron también fuentes de la Autoridad Portuaria de Sevilla. Tanto es así, que a lo largo de este mes entrará al dique seco el ferry Poeta López Anglada de la compañía Balearia.

Pulchra Mare nació en Eslovenia en el año 2013 y se dedica al transporte marítimo. La proyección de la firma en estos cuatro años de actividad ha sido tal que ya cuentan con oficinas en Reino Unido, Croacia y España, concretamente en Algeciras.

El secretario general de Industria de CCOO Sevilla, Juan Antonio Caravaca, se enteraba a última hora de la tarde del cambio de dueño de Astilleros del Guadalquivir, un movimiento que calificó de «muy buena noticia» para los astilleros sevillanos y para el sector naval. Desde el desembarco del gallego en el dique seco, CCOO apostaba porque su proyecto contara «con una naviera que impulsase la construcción de navíos para uso civil, algo para lo que se necesita tener capacidad financiera, porque la cualificación para retomar la construcción de grandes buques ya está en Sevilla».

De hecho, cuando cerró la anterior empresa que explotaba la infraestructura, los astilleros no entregaron la licencia de construcción, «como sí ocurrió en Huelva, porque entendemos que debe pertenecer a la infraestructura y no a la empresa». Por eso creen que ante el auge del sector –gracias a la eliminación del tax lease por parte de la Unión Europea– los nuevos propietarios pueden impulsar «una actividad tan importante y con tanto arraigo en Sevilla. Caravaca, por supuesto, confía que también implique la recuperación del empleo.

Urbano Alonso constituyó Astilleros del Guadalquivir en noviembre de 2014 con un capital de 210.000 euros. La intención del empresario gallego era recuperar la actividad naval con la reparación de embarcaciones en una parte de los antiguos astilleros de Sevilla. Para ello el Puerto le otorgó una concesión inicial de 18 meses que no estuvo exenta de polémica, ya que en sus inicios ni sector ni sindicatos confiaban en la continuidad del proyecto. Además, Alonso tuvo que invertir 500.000 euros para rehabilitar el dique seco de la antigua atarazana y poder iniciar los trabajos.