«El Ayuntamiento de Sevilla es una referencia en materia social en España»

Asegura que los sevillanos le dicen que lo está haciendo «bien», que va «por el buen camino». Admite que quedan cosas por hacer «pero los tiempos son los que son para cambiar la realidad de las cosas»

h - Actualizado: 26 may 2018 / 20:18 h.
"Ayuntamiento de Sevilla","PSOE","Balance de tres años de mandato","Juan Espadas"
  • El alcalde de Sevilla, Juan Espadas, hace un balance positivo de sus políticas sociales aunque admite que aún queda por hacer en este campo pues siguen existiendo personas con dificultades. / Fotos: Jesús Barrera
    El alcalde de Sevilla, Juan Espadas, hace un balance positivo de sus políticas sociales aunque admite que aún queda por hacer en este campo pues siguen existiendo personas con dificultades. / Fotos: Jesús Barrera
  • El regidor hispalense insta a disfrutar del momento turístico de la ciudad y descarta que haya «riesgos» actualmente. / Jesús Barrera
    El regidor hispalense insta a disfrutar del momento turístico de la ciudad y descarta que haya «riesgos» actualmente. / Jesús Barrera

El alcalde de Sevilla, Juan Espadas, alcanza su tercer año de mandato con la satisfacción de haber superado con buena nota los grandes exámenes de ciudad. Para ello ha hecho gala de su carácter negociador y ha alcanzado pactos con todos los partidos de la oposición, el último con el PP, a quienes reconoce que hayan «puesto por delante el interés de la ciudad». Aunque dice entender las críticas como parte del juego político y la «estrategia de desgaste al gobierno», lamenta que no se reconozcan «que se están haciendo las cosas bien». Entre ellas señala las políticas sociales –a pesar de la herencia recibida del PP–, el impulso del turismo, las iniciativas en movilidad –asegura haber «sacado del cajón la ampliación del Metro»–, o el desbloqueo de grandes proyectos que llevaban años estancados. Esos clásicos básicos que empiezan a ver la luz, como la antigua Estación de Cádiz, a punto de inaugurarse al 100 por cien tras 15 meses de obras, donde responde a algunas preguntas en una sala que huele a nuevo.

—¿El modelo de Estación de Cádiz es el que quiere para esos 30 espacios patrimoniales sin uso?

—La estación llevaba 20 años abandonada y sin uso, con un mercado provisional que al final se quedó casi en definitivo. Era un reto desde el mandato anterior. El señor Zoido lo intentó y no lo consiguió y nosotros nos lo marcamos también como una prioridad. En año y medio este barrio ha ganado un lugar vivo con una plaza, un mercado nuevo y una instalación deportiva de primer nivel... La apuesta de este gobierno municipal es convertir la rehabilitación del patrimonio en una línea directriz. Creo que no nos equivocamos si apostamos por poner en valor lo que era un patrimonio muerto y convertirlo en una fuente de generación de riqueza, empleo y oportunidades.

—¿Hay contenido e inversión para todo?

—Hemos identificado y diagnosticado 30 espacios singulares que son oportunidades de desarrollo social y económico. En cada uno tenemos una propuesta de uso no cerrada. Unos con finalidad cultural, social o deportiva y hemos valorado posibles modelos de financiación y gestión. Habrá proyectos en los que haya solo inversión pública; otros en los que haya pública y privada; una concesión, que garantizaría un canon al Ayuntamiento; y otros espacios singulares en los que vayamos a una fórmula de enajenación, siempre y cuando se determine el uso. Es decir, no vamos a vender sin saber qué va a haber luego allí. Primero pensamos qué necesita la ciudad y luego vemos qué promotor privado estaría dispuesto a comprarlo y desarrollar la actividad prevista.

—¿De qué espacios hablamos para esa fórmula de enajenación?

—Hay interés en la Gavidia y en el convento de San Agustín. Esos dos proyectos, a título demostrativo, significarían movilizar una inversión de unos 22 millones solo para adaptar los edificios. Esa opción permitiría generar recursos para poder financiar otros equipamientos que requieren de inversión pública como el pabellón de ingreso de La Ranilla. Al final, es una combinación de intereses.

—Después de tres años, ¿se sigue viendo como el alcalde del cambio?

—Hombre, imagínese. Si le pregunta, por ejemplo, a un vecino de San Bernardo, claro que soy el alcalde que ha cambiado el barrio. Esto va de hechos concretos. La realidad se cambia tomando decisiones y con recursos económicos. Es difícil cambiar todas las realidades que me gustaría en tan solo dos ejercicios presupuestarios, porque del tercero solo llevamos dos meses. Hemos generado un volumen de inversión que solo ha tenido la ciudad en la época de mayor bonanza económica en el ecuador de los tres mandatos de Sánchez Monteseirín. Somos un gobierno serio. Estamos invirtiendo sin etiquetas, allá donde la ciudad lo necesita y en los barrios donde se necesita. Si en los próximos años seguimos con este ritmo de inversión la ciudad se va a volver a poner a punto.

—¿Qué ha mejorado en materia social?

—Este gobierno municipal comenzó el mandato encontrándose con una situación dramática. Tuvimos que preparar con urgencia un programa de verano para garantizar el alimento a menores; en los barrios donde más falta hacía la formación y la orientación sociolaboral, se habían desmantelado los servicios; y hubo que crear toda una red de ayuda a familias que no podían pagar la luz, agua o gas o que necesitaban una vivienda urgentemente como consecuencia de un desahucio. En tan solo dos ejercicios hemos adjudicado casi 600 viviendas para esos casos; creado una oficina municipal de derecho a la vivienda digna, que ha atendido a varios cientos de expedientes de personas que necesitaban orientación; hemos articulado un sistema de ayudas para quienes no pueden pagar por más de 1,2 millones en ayudas. Es decir, este es el camino. ¿Hemos terminado? No, por supuesto. Aún hay una crisis importante, seguimos teniendo barrios con dificultades, familias que no llegan a fin de mes y muchas que tienen todos sus miembros en paro. Son las que más me preocupan.

—¿Qué más hace falta?

—Más personal. Por eso queremos crear más plazas en servicios sociales, bibliotecas o puntos de información de la mujer. Necesitamos nuevas plazas con nuevos perfiles para atender las necesidades. En cambio, no necesitamos ya determinados tipos de puestos que llevan muchos años sin cubrirse y que perfectamente pueden amortizarse para crear otros y sacarlos a oferta de empleo público. Eso necesita del acuerdo con los sindicatos, por lo que les pido responsabilidad para que estén dispuestos a hacer esos cambios.

—¿Con ese personal se cambiaría la realidad de los barrios más pobres no ya de Sevilla sino del país?

—Hemos creado una red desde lo público que permita atender los casos más urgentes. Ahora, lo importante para salir de una situación estructural de emergencia es generar nuevas condiciones para que se genere riqueza. Por eso tan importante como generar respuestas urgentes a las emergencias sociales, es trabajar de manera ordenada para que la ciudad funcione. Solo seremos capaces de luchar contra situaciones de pobreza en algunos barrios si establecemos planes integrales que ataquen todo: el ámbito social, económico y el de la formación y orientación para el empleo.

—¿Y cómo se consigue?

—Esto no es fácil. No hay recetas mágicas. Sevilla está trabajando para conseguirlo. En innovación social, en pliegos y cláusulas que beneficien a las empresas que creen más empleo para personas en riesgo de exclusión social... Ayuntamientos como Madrid y Barcelona vienen para conocer nuestras políticas sociales. En lo social, el Ayuntamiento de Sevilla ahora mismo es una referencia en España. Aún así, soy consciente de que tenemos mucho que hacer todavía en Tres Barrios-Amate, en Torreblanca, Polígono Norte y Sur.

—Son reacios a hablar de El Vacie...

—Estamos haciendo una labor callada, seria, con recursos, con buenos profesionales, colaboración con las asociaciones no gubernamenta- les y con un montón de entidades que trabajan por eso. Todo ese mix de trabajo es el que está desarrollando este gobierno, pero los tiempos son los que son para cambiar la realidad de las cosas.

—Hablaba de planes integrales, ¿en qué punto se encuentra el del Polígono Sur?

—Si hacemos un balance de infraestructuras y equipamientos que se han construido, se le daría sobresaliente. En vivienda también se ha invertido. ¿Es suficiente? Aún no, pero porque sigue habiendo un problema endémico, estructural. Es necesario contar con la base asociativa que está desarrollando, por encargo de la Administración y con recursos públicos, programas de abandono escolar, que atienden a las familias, de orientación... De todo eso hay datos y todos son positivos pero ninguno es suficiente porque la realidad es más dura que todas las respuestas que se han dado. Ya hemos invertido en infraestructuras, hay que fomentar la inversión en las personas. Es en eso en lo que estamos ahora mismo, mucho mejor situados que hace cinco o diez años pues hay infraestructuras, equipamientos y programas que antes no existían.

—Hablemos sobre movilidad, ¿qué novedades hay del Metro?

—El Metro es la infraestructura más compleja. Lo hemos sacado del cajón para ponerlo de nuevo como prioridad a la Junta de Andalucía y al Gobierno de España. La Junta así lo ha entendido y se comprometió con el Ayuntamiento en volver a reanudar las obras. Lo único que pidió es que igual que en la Línea 1 hubo un acuerdo de las tres administraciones lo haya también en la Línea 3. En este momento hay un proyecto, una propuesta, y que lo único que hay es que suscribir un acuerdo de financiación entre las tres partes. Fomento nos dice que no depende de él, que depende de Hacienda, de un señor que se llama Montoro. Que es él quien decide si se firma o no. Ése es el punto en que nos encontramos. Yo he sido el impulsor de ese proceso y ahí sigo. Y espero que antes de que acabe el mandato se haya podido producir esa firma.

—Pero no solo de Metro vive la movilidad de Sevilla...

—No es solo la solución. Hay otros elementos que ya está poniendo en marcha el gobierno municipal. Por ejemplo el tranvía, la conexión del aeropuerto con Santa Justa, que parece que Ciudadanos ha captado fondos... Y el transporte público y el bus, donde se ha hecho una apuesta potente por la línea exprés de Sevilla Este.

—¿Cómo casa ese plan de movilidad sostenible que preparan a la vez que se ponen en marcha esos proyectos?

—Lo que estamos haciendo es actualizar cuál es la demanda de movilidad. La ciudad ha cambiado, los sevillanos se mueven de manera diferente, y los últimos datos de los que se disponen son anteriores al plan general. Para hacer una estrategia de movilidad pensando en la Sevilla de 2030 tenemos que actualizar esos datos. ¿Eso significa parar y no tomar ninguna decisión? Hombre, hay cosas evidentes que tenía que hacer cualquier gobierno municipal como extender la línea del tranvía.

—¿Por qué es tan evidente la necesidad de ampliar el tranvía?

—Va a ser una línea más rentable que nunca. También socialmente pues va a duplicar el número de pasajeros que tiene actualmente cuando llegue a Nervión. Hemos diseñado un proyecto para que desde la Plaza Nueva a Santa Justa tengamos una conexión de gran capacidad, calidad. Por lo tanto, no es necesario pensar si vendría o no en una estrategia de movilidad. Es tan obvio... Incluso por una razón económica. La inversión que se ha hecho en el tranvía a San Bernardo, cuando de verdad va a ser más rentable será cuando duplique y pase de 15 a 30 millones de viajeros.

—Y su desarrollo, ¿eliminará o no árboles?

—Nunca va a haber menos árboles de los que hay, siempre va a haber más. Cualquier proyecto que implique la merma de zonas verdes debe compensarse pero va a estar configurado de otra forma. Ahora mismo dan sombra a los coches, yo pretendo que den sombra a los ciudadanos. Cómo, pues ampliando el acerado y generando un paseo peatonal a costa de reducir la vía de servicio y el espacio para el vehículo privado. Pero eso no es la obra del tranvía. Una cosa es la plataforma del tranvía, que es lo que estamos tramitando, luego vendrá el proceso de reurbanización.

—En 2015 anunció que daría una alternativa al Plan Centro, ¿en qué ha quedado?

—Precisamente en la información que salga de ese plan de movilidad sostenible, con más de 40.000 encuestas, vamos a ver cuáles son las pautas fundamentales de la conducta de los ciudadanos en el Casco Antiguo. Los residentes tienen que tener la garantía y la tranquilidad de que se van a poder mover sin dificultad. Cuando me refiero a residentes hablo también de familiares y amigos. Ese fue uno de los problemas del Plan Centro. Fue una aplicación tan acelerada que dejó muchas dudas respecto a eso. Por tanto, cualquier limitación del vehículo privado, que habrá que ir haciendo, pasa por garantizar que los residentes no se sientan cautivos o prisioneros.

—¿Han hecho balance del contrato de zonas verdes?

—Cuando estábamos arrancando con la nueva organización hemos tenido que, no aparcar, pero sí relajar la poda y la mejora de las zonas verdes para atender una urgencia por el crecimiento de la vegetación. Nos hemos dedicado a la limpieza antes de que llegue el calor y se complique. Cuando esté resuelto, volverá a recuperarse el planning normal.

—Usted ha pactado con toda la oposición. Todos critican los incumplimientos. ¿Qué perspectivas tiene para sacar adelante las próximas negociaciones de 2019?

—Los políticos hacen su papel y si tienen aspiraciones a gobernar Sevilla lo normal es que quieran que el que gobierna deje de hacerlo. Eso se consigue intentando desgastarlo. Lo entiendo dentro de la lógica política. Lo que hemos conseguido hasta ahora ha sido buscando el interés de la ciudad. Hay partidos que se retiraron del acuerdo porque pensaban más en sus intereses y estrategias de diferenciación que en el si lo que podíamos acordar era bueno para los sevillanos. Por eso se ha llegado a más acuerdos con unas fuerzas políticas que otras. No me preocupa que los grupos piensen que lo he hecho mejor o peor. Yo no he venido para eso. He venido para gobernar para el conjunto de los sevillanos.

—¿Entonces ve posible alcanzar acuerdos?

—Las declaraciones muchas veces son poses, fuegos de artificio, marketing... Yo soy más de humildad, de seriedad, de trabajar poco a poco y de buscar acuerdos. Creo que los acuerdos en este momento, en España, son el principal valor que la ciudadanía quiere. Pónganse de acuerdo, resuelvan nuestros problemas, dejen de tirarse los trastos y sean serios. Y probablemente de lo más serio que haya ahora mismo en política sea el gobierno de la ciudad de Sevilla.

—¿Y qué le dicen los sevillanos?

—Que siga así, que lo estoy haciendo bien, que me queda mucho todavía pero que voy en la línea adecuada.

«Es absurdo tener miedo cuando estamos logrando el objetivo de ser el destino más atractivo del país»

Uno de los temas de debate y que más critica suscita por parte de la oposición es el modelo turístico de la ciudad. Ahora que en Sevilla los récord son una constante, según avalan los datos, el alcalde descarta que haya problema alguno y lamenta que no se disfrute de lo que tanto se ha perseguido. «A veces somos crueles con nosotros mismos y no nos damos un respiro para disfrutar que era un objetivo de ciudad, ser el destino turístico más atractivo de España. Y estamos camino de conseguirlo. Necesitamos mejorar una planta hotelera y trabajar en determinados segmentos turísticos, como estamos haciendo, para captar ese turismo de calidad, ligado a la cultura. Lo que no podemos es que cuando estamos creciendo nos preocupemos y vayamos a reducir. Es sencillamente absurdo o cateto, de quien tiene poca idea de estas cosas. Ahora mismo no hay ni miedo ni riesgo. Pero el turismo también planifica y si vemos algún indicio, como pasa con los apartamentos turísticos, de que hay alguna dificultad a los residentes o al modelo turístico de la ciudad, trabajamos como otras ciudades para limitarlo y reorientarlo».