No era una cuestión de tiempo ni de casualidades. El Betis rompió por fin su tremenda racha negativa realizando un buen partido de baloncesto, especialmente en el segundo cuarto, cuando por fin logró dar continuidad a una defensa intensa, que logró atrapar a un Obradoiro que llegaba como revelación de la temporada, en busca de una octava victoria que le acercara a la Copa del Rey. El Betis tuvo defensa y jugadores que cogieron por fin las riendas en ataque, que tomaron la responsabilidad, Ryan Kelly y especialmente Blake Schilb, el mejor anotador y el jugador que asumió los tiros más delicados, especialmente el triple que acabó por cerrar a 37 segundos del final, cuando el conjunto gallego se había colocado a cuatro puntos (76-72).
El Betis apuntó a un cambio sensible en el segundo cuarto. Fue entonces, tras los escarceos del primero, que gastaron los equipos en un intercambio de canastas más o menos intrascendente si no fuera porque uno de los jugadores claves de Obradoiro, Artem Pustovyi cometió muy rápido dos faltas. Los verdiblancos lograron el tan ansiado giro de intensidad y agresividad en defensa, con protagonismo de Nelson, que conformó una buena sociedad con Mikel Uriz, de nuevo el mejor director de juego del equipo. La defensa del Betis lograba incluso en varias ocasiones que Obradoiro no llegara ni a ejecutar tiros, o les permitía correr para lograr canastas fáciles. Además, otro cambio notable fue el acierto exterior de los sevillanos, que cuentan con el peor porcentaje de triples, pero que en esta ocasión acabaron el choque con un 10 de 20 (50%), cuando durante la temporada no alcanzaban ni el 30% en esta distancia.
El 47-26 del intermedio daba pie a los contrastes del día con el resto del curso. A la segunda mejor defensa de la liga, el Betis conseguía anotarle 47 puntos, cuando promedia 72; al peor defensa de la competición, la de los verdiblancos, con más de 90, encajaba sólo 26 en 20 minutos. 18 puntos de los locales llegaron de manos de hombres del banquillo.
Nadie, en cualquier caso, en San Pablo estaba pensando en una segunda mitad plácida. El nivel de angustia fue elevándose, porque el Betis se dejó la defensa en el vestuario, especialmente Ryan Kelly. Parcial de 0-0 de salida que frenó Schilb con un gran tiro de media distancia. Desde el triple, el Betis mantenía las distancias como para no entrar en pánico (55-47). Quintana tiró por primera vez de McGrath, y el exjugador de Obradoiro cerró el parcial con un triple (66-54). Los sevillanos encajaron 28 puntos en diez minutos, por 26 en los 20 anteriores.
Pustovyi, con cuatro faltas, empezó a hacer daño cerca del aro. Quintana dibujó una jugada y Kelly logró eliminarlo en un uno contra uno que además le reportó dos tiros libres. Pero la entrada del versátil Llovet para ocupar el puesto del cinco, dio más problemas si cabe al Betis, que se enfrentaba a un test de nervios porque los gallegos se colocaban a cuatro puntos. Momento para que surgiera un líder, y por fin el Betis lo tuvo: Blake Schilb, cuya calidad está fuera de toda duda, y a quien se le reclama que tome este papel, clavó el triple decisivo a 35 segundos, con el partido en el aire. Luego, hubo un carrusel de tiros libres, errores por uno y otro lado pero el partido ya agarrado para el Betis, que ha puesto una primera piedra para construir una escapada del descenso que se antoja aún casi imposible.
FICHA TÉCNICA:
Real Betis Energía Plus (22+25+19+17): Draper (5), Nelson (2), Schilb (23), Kelly (21), Anosike (3) -cinco inicial-, Sánchez (0), McGrath (5), Cruz (5), Uriz (9) y Golubovic (10).
Monbus Obradoiro: (21+5+28+23): Pozas (12), Thomas (17), Bendzius (9), Llovet (16), Pustovyi (10) -cinco inicial-, Sabat (3), Simons (3), Radovic (4), Spires (0), Navarro (0), Corbacho (3), Laksa (0).
Árbitros: Pérez Pizarro, Serrano y Sánchez Mohedas. Eliminaron por faltas a Pustovyi y Radovic.
Incidencias: partido de la jornada 11 de la Liga Endesa disputado en el pabellón San Pablo ante 2.600 espectadores.