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Anosike percute sobre Fran Vázquez. / ACBPhoto (A. Pérez)
El Betis es como Godot. O Godot es esa victoria que nunca llega. Nunca llega el punto de inflexión en su juego, nunca se comporta como un equipo de élite, nunca. Puede jugar algunos minutos buenos, unos pocos, da algún arreón que además ayer vino de la mano de jugadores que llegaron para roles secundarios o terciarios, caso de Mikel Uriz. Los llamados y contratados para llevar el peso siguen sin aparecer. Sólo dos jugadores en dobles dígitos de valoración, y por poco: Kelly (11) y Nelson (12). Inexplicable que un jugador como Blake Schilb que con la selección checa jugó como una estrella la semana pasada, no anotara su primera canasta hasta que el partido estaba ya acabado (74-59), tanto como lo está este equipo.
El 0-10 de balance deja al colista muy cerca del desahucio, cuando aún restan siete partidos para atravesar el ecuador de la temporada. Del grupo más cercano de equipos en la tabla, ayer el Gipuzkoa Basket sumó su cuarta victoria, y ya veremos cómo acaba hoy la clasificación. La distancia puede ser insalvable en breve. Pero claro, especular sobre las dificultades de una remontada es ciencia ficción con un Betis que no gana nunca ni tiene visos de hacerlo, salvo que Rade Zagorac sea, más que un buen jugador de baloncesto, un genio o un mago. Los partidos del equipo de Quintana, como antes con Alejandro Martínez son como el Día de la Marmota. Nada cambia. Han estado dos semanas trabajando, según dijo el técnico cántabro, en la mejora de la defensa, y fue saltar al Santiago Martín y encajar 26 puntos en el primer cuarto. Eso, ante un Tenerife que tiene, junto al equipo del San Pablo, el peor ataque de la Liga Endesa. Es una constante que el rival del Betis tenga un acierto enorme desde el triple, y ayer no fue una excepción. En el 26-19 del primer cuarto, sumaban los canarios 4 de 5 desde el 6,75. Con Uriz de base, Golubovic, Alfonso Sánchez, descartado ya a McGrath como escolta, con Cruz en pista, el Betis mejoró en actitud defensiva y fue capaz de construir un parcial de 4-13 para equilibrar el partido (31-27). Pero entonces le entró la ansiedad en ataque, falló canastas increíbles, y San Miguel siguió martilleando desde el triple (44-32 al descanso).
Volvieron a escaparse los de Fotis Katsikaris, que siempre contaban con la salvaguarda del dominio en el rebote (42-22 al final del partido), y varios de sus mejores hombres en buen tono, como es lo normal, salvo en el Betis, que tuvo que recurrir a una zona para no perder la estela definitivamente (60-46). La estrategia fue agua de borrajas (70-54) y el resto minutos de la basura con todo resuelto. Lo que sucede con el Betis es una pesadilla.
FICHA TÉCNICA:
87. Iberostar Tenerife (26+20+24+17): San Miguel (14), Richotti (5), Ponitka (19), Abromaitis (11), Vázquez (10) -inicial-, Bassas (6), Niang (4), Tobey (2), Vrabac (4), Allen (8), Bonde y White (4).
70. Real Betis Energía Plus (19+16+19+16): Draper (12), McGrath (2), Schilib (6), Kelly (14), Anosike (3) -inicial-, Sánchez (5), Cruz (2), Uriz (7), Zagorac (3), Franch (3)), Gulovic (3) y Nelson (10).
Árbitros: García González, Calatrava y Munar. Eliminaron por cinco faltas personales al local Niang (min.31).
Incidencias: encuentro disputado en el Pabellón Insular Santiago Martín, ante 4.577 espectadores.