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Hervelle, Golubovic y Vucetic, en San Pablo. / ACBPhoto (F. Ruso)
Llamamiento del Bilbao Basket para que el pabellón del barrio de Miribilla sea «un infierno» para el Betis Energía Plus el próximo domingo. «No es que sea lo más parecido a una final, es una final», declaraba ayer a los periodistas el argentino Lucio Redivo sobre el parquet donde ambos equipos se jugarán buena parte de sus opciones de permanecer en la Liga Endesa la próxima temporada. Una sola victoria de diferencia entre ellos y un basket average de gran valor, de momento en manos de los vascos tras la victoria en San Pablo (86-94).
Bilbao y Betis sólo han ganado un partido de los últimos ocho, ambos ante el Divina Seguros Joventut. Los de Veljko Mrsic, que sustituyó a Carles Durán a finales de noviembre del año pasado, acumulan seis derrotas consecutivas, cuatro ante equipos de zona de play off, y entre ellos Barcelona, Real Madrid y Valencia. Es el equipo con peor valoración de la Liga Endesa, y apenas un punto estadístico donde destaca, el tiro de tres. Una especialidad ciertamente relativa, pero a tener en cuenta dada la debilidad de la defensa del Betis EP para este tipo de tiros, clave en el hundimiento ante MoraBanc Andorra, que acabó sumando 16 triples en San Pablo el pasado domingo.
Es el sexto equipo de la Liga en porcentaje de triples (36,09%) y cuenta con dos de los jugadores que más tiran desde esa distancia y más triples suman de media por partido. Son el ilustre veterano Alex Mumbrú y el alero bosnio formado en Málaga Dejan Todorovic. Entre ambos han lanzado 237 triples, con 91 aciertos. Suman cada uno algo más de dos triples anotados por partido. Todorovic tiene un porcentaje del 40,3%, por el 36,5% de Mumbrú. En el partido ante Gipuzkoa de hace dos jornadas, cayó por 71-74 pese a anotar 13 triples (de 26 lanzamientos), evidenciando dos de sus debilidades, el rebote (28-40) y las pérdidas de balón. Es el tercer equipo de la liga que más balones extravía, y es uno de los tres peores en rebotes. Entre esos tres está también el Betis Energía Plus, que arrastra durante toda la temporada la peor de las debilidades: su paupérrima defensa.