Menú

Las oportunidades perdidas de Sevilla

El título de liga de Valencia Basket, con Joan Sastre, Pierre Oriola y Pedro Martínez, ejemplifica el fracaso histórico del Caja, incapaz de crear un proyecto trascendente en 30 años, los mismos que celebra la entidad de Juan Roig instalado en la cima del baloncesto nacional. En los noventa fueron rivales en los play offs.

18 jun 2017 / 18:23 h - Actualizado: 18 jun 2017 / 18:40 h.
"Baloncesto","Liga ACB","Pierre Oriola"
  • Joan Sastre, con el trofeo de la Liga Endesa. / ACB Photo
    Joan Sastre, con el trofeo de la Liga Endesa. / ACB Photo

El Valencia Basket es un espejo donde el por siempre Caja y desde el año pasado Real Betis Energía Plus puede mirarse para reflexionar sobre las innumerables oportunidades perdidas a lo largo de estos 30 años. El club taronja celebra en este 2017 su aniversario de tres décadas al igual que el club del San Pablo. Hubo un tiempo en que fueron rivales de play off en ciudades con una dimensión muy similar, hubo un tiempo en que, incluso, Valencia vio descender a su equipo hasta liga EBA mientras el Caja disputaba la final por la Liga. En el 30 aniversario, Valencia Basket se ha coronado campeón de Liga, en una temporada en la que ha disputado también las finales de Copa y Eurocup, mientras el Betis Energía Plus ha descendido deportivamente, después de varios años anunciando el batacazo, y lucha por salvarse en los despachos en los que se configura el nuevo modelo de competición del futuro, donde los sevillanos deberán decidir el rol que aspiran a jugar. Con el fin de la temporada, el Real Betis Energía Plus ya no pertenece a la ACB, y no podrá votar en su asamblea.

Calculan en Valencia que Juan Roig, el empresario dueño de Mercadona y del equipo de baloncesto, habrá invertido alrededor de 200 millones de euros para lograr por fin este éxito histórico. Valencia se ha convertido en el séptimo equipo en ganar la liga española. En 2009, tras varias temporadas decepcionantes, anunció que en 2011 dejaría de aportar financiación al club, que supone el 80% del presupuesto, que este año ha alcanzado los 13 millones de euros. Sin embargo, esa temporada, con menos dinero para gastar, conquistaba su segundo título de la Eurocup, y por ende se clasificaba para la Euroliga, juega la Copa y los play off. Roig, apasionado de este deporte, no se acabó yendo nunca y revitalizó su apoyo a la entidad, que volvió a ganar la Eurocup, con el excajista Velimir Perasovic en el banquillo, y a disputar los cuartos de final de la Euroliga, y dos finales de Copa...

Desde que la Caja de Ahorros Provincial San Fernando sacara adelante en 1987 un proyecto profesional de baloncesto, la inversión de la entidad bancaria, con sus distintos nombres por las fusiones, y hasta la absorción por parte de Caixabank en 2012, no habrá supuesto menos de 170 millones de euros. El Caja, en su mejor etapa, entre mediados y finales de los 90, llegó a manejar presupuestos cercanos a los 8 millones de euros anuales, el doble que en el último ejercicio. Fue la década de los 90 el mejor periodo, con 7 participaciones en play offs, dos subcampeonatos de Liga, 5 participaciones en Copa, con un subcampeonato y una semi final...

Fue también una etapa de estabilidad institucional, siempre ligada a las decisiones políticas de la Caja, y deportiva: dos presidentes, Juan Manuel López-Benjumea y José Antonio Parra; cuatro entrenadores, Alberto Pesquera, Alexandar Petrovic, Salva Maldonado y Javier Imbroda... Sin embargo, hubo un déficit de vertebración social, de relación con el baloncesto sevillano, que veía al Caja como un ente artificial que no jugaba de aliado. Con la financiación segura de la Caja, el componente masa social no fue una prioridad, y se perdió una gran oportunidad de construir un club de baloncesto real, más allá de ofrecer un gran espectáculo de baloncesto de élite.

Mientras en Valencia Juan Roig imponía una gestión empresarial, con una marca ya muy imbricada en el tejido social, aunque con no pocos vaivenes, en el Caja, la fusión con El Monte en 2001 empezó a dibujar un horizonte de cambios que ya fueron una constante, encadenando proyectos fallidos, entradas y salidas de presidentes, directores generales, directores deportivos, entrenadores y jugadores, diluyendo la identidad tanto como los colores: de Parra a José Luis Luna, de Luna a Juan Carlos Ollero, José Aguilar y Fernando Moral; de José Manuel Benedicto a Oriol Humet, de Humet a Sergio Parra, José Luis Mateo, Leo Chaves y José Luis Galilea; de Miguel Ángel Morate a Quique Gutiérrez, de Gutiérrez a Juan Llaneza, de Llaneza a Galilea, de Galilea a Berni Rodríguez...

Desde la histórica temporada 98-99, con las finales de Liga y Copa, el trienio con Joan Plaza en el banquillo, desde 2009 a 2012, con la presidencia de Ollero, la dirección deportiva de Llaneza y la general de Chaves, fue el único estable y exitoso, alcanzando la final de la Eurocup (2011), dos play offs y una Copa. Con Plaza debutó Joan Sastre, junto a Tomas Satoransky, dentro de una filosofía de club que apostaba por formar a promesas emergentes que explosionó con Kristaps Porzingis, y que se difuminó con el fiasco de la venta de la propiedad por parte de Caixabank a Jefferson Capital. Fue el final del camino en Sevilla para Joan Sastre, también para Beka Burjanadze, quien triunfa en Andorra, pero ya mucho antes el club dilapidó a Pedro Martínez, quien tras obrar el milagro de salvar al club en 2008, se vio en medio de la vorágine del despido de Humet, quien lo llevó a Sevilla.

La salida de Pierre Oriola, una apuesta de Galilea, al que trajo de Huesca, fue inevitable el año pasado en medio de la incertidumbre de la propia existencia del club. Se marchó a Valencia para ser campeón y cruzó el puente de dos proyectos de club en polos opuestos 30 años después.