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Pierre Oriola, en un encuentro de la temporada pasada en las filas de Baloncesto Sevilla ante Valencia. -
El Real Betis Energía Plus acude como David al duelo bíblico ante Goliat pero desprovisto de la honda que rompió los pronósticos. Un gigante como el mencionado filisteo, al que los textos sagrados atribuyen una altura de 2,90 metros le vendría que ni pintado al debilitado juego interior del equipo de Zan Tabak, que incluso con Luka Zoric en plantilla ha sido el talón de Aquiles especialmente por su escasa capacidad reboteadora. Hoy, además, tampoco estará Keny Chery, lesionado en el paupérrimo encuentro ante UCAM Murcia, y dado que entonces también sintió molestias musculares Nikola Radicevic, se puede decir que el Betis acude a una de las canchas más difíciles de la Liga Endesa casi sin base, con Juanjo Triguero como pívot titular y con Emanuel Cate, que hasta ahora sólo ha disputado 13 minutos totales en lo que va de liga, como su único relevo.
Si el Betis hubiera acudido con toda su plantilla hubiese sido realmente que sorprendiera al conjunto de Pedro Martínez, sexto en la tabla con cinco triunfos en 8 partidos, líder de su grupo en la Eurocup, donde ya está clasificado para el Top 16. Es un equipo muy compacto, aunque también sufre la baja de uno de sus mejores jugadores, Bojan Dubljevic, algo que agradecerá el Betis dados sus problemas en la pintura. Es el tercer equipo que más puntos valora de la Liga, ostentando el cuarto mejor ataque (83.7) y la cuarta mejor defensa (78), datos que hablan del buen equilibrio que tiene en el juego. Por contra, el equipo de Tabak no acaba de poner solución a sus problemas defensivos, y llega tras un partido donde nada le salió tampoco en ataque. Pero claro, en una proyección con un plantel que sólo contará con cuatro jugadores en la rotación, de los cuales dos de ellos casi no han tenido minutos en lo que va de liga (Rigo y Cate), y ya ser verá el estado físico de Radicevic, el Betis sólo podría aspirar en la Fonteta a encajar una derrota digna si no baja los brazos pese a la notoria inferioridad y Valencia no tiene el mejor día.
Será un partido especial para Pierre Oriola, que se enfrenta por primera vez al que fuera su equipo hasta el pasado verano, un club con el que se sintió muy identificado y uno de los jugadores preferidos por la grada del San Pablo desde que llegó en 2014 por su espíritu de lucha permanente.