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Askia Booker, en el entrenamiento de hoy en San Pablo. / RBEP
Con entrenamientos a puerta cerrada, con partidos de entrenamiento en el histórico Magariños de Madrid, cuna del Estudiantes, en clandestinidad obligada por un reglamento absurdo, el análisis del Betis Energía Plus para el partido trascendental del domingo ante el Joventut está rodeado de incertidumbres e incógnitas. El discurso oficial se embadurna de moderado optimismo, aunque no será hasta las 12.30 del mediodía dominical cuando se concrete el cuadro de realidades. El último contra el penúltimo, los dos peores equipos de la temporada en busca de una tabla de salvación.
«Vale más que una final porque están en juego la victoria y el ‘basket-average’, así que tiene un valor enorme», refería hoy Óscar Quintana, técnico verdiblanco, en ese doble objetivo de ganar y hacerlo por más de cinco puntos (81-76 en el partido de la primera vuelta).
Desde el 11 de febrero no juega el Betis, por el doble parón liguero con la Copa y la ventana de selecciones. «Hemos trabajado bien durante estas tres semanas, en el que hemos hecho también un buen trabajo para adaptar al nuevo». Y el nuevo es Askia Booker, la nueva apuesta para el puesto de base. «tiene muy buenas piernas, desequilibra en el uno contra uno y es un buen defensor, un jugador con mucha calidad táctica y física», aunque reconoció que «el príncipe azul no estaba en el mercado, Askia se asemeja mucho, el único pero es que es rookie en esta liga, siendo generoso y para entendernos, es un tipo de jugador como Mike James, además son amigos». «Se ha adaptado bien, ahora la prueba de fuego es un partido con la liga ya empezada y esperamos que dé el nivel que estamos viendo en los entrenamientos. Ya vimos pinceladas ante Estudiantes, está en una buena progresión».
Lo que no quiere ni por asomo es que sus chicos se relajen por aquello de los problemas económicos tan graves que atraviesa el Joventut. «Es una cortina de humo, le deseo a todo el mundo que resuelva sus problemas económicos pero deportivamente han tenido tiempo para resetear, habrá cosas que van a cambiar con el nuevo entrenador, roles, cuestiones tácticas y van a venir aquí a jugar una final con la misma intensidad y concentración que nosotros, no podemos pensar que los problemas de fuera de la cancha les va a afectar porque sería darles ventaja».
De hecho, hoy anunciaba el club verdinegro el fichaje de un jugador, el alero estadounidense, Demitrius Conger, procedente de la liga australiana, donde promediaba 19,6 puntos con porcentajes del 51,4% en tiros de dos y de un 39,3% en triples en el Illawarra Hawks. El año pasado jugó en Bélgica en el Port of Antwerp Giants.
También estrena el Joventut entrenador, Carles Durán. «Ha entrenado en Valencia o en Bilbao, hay conceptos que aparecerán en el Joventut hasta alcanzar lo que él quiere. Conoce la casa porque se formó en la Penya. Va a haber mucha tensión y nos tenemos que apoyar en nuestra gente, en nuestra afición, que nos tiene que dar esa energía como ocurre siempre aquí en San Pablo, para que el equipo tenga ese equilibrio y tenga tranquilidad para afrontar el encuentro».
Y dio la clave principal. «Debemos tener mayor control del rebote, si somos capaces de no dar segundas opciones estamos dando buenos pasos para dominar el partido y el control del mismo».
«Blake Schilb ha llegado con molestias y magulladuras y no vino a Madrid para el amistoso para darle descanso, porque además tuvo un viaje Bulgaria-Islandia que fue como el viaje de Willy Fog. Tiene 34 años y tenemos que cuidarlo».
Finalmente, lamentó la lesión de Txemi Urtasun, que estaba ayudando en los entrenamientos y su idea era incorporarlo al plantel, cuestión que dejó prácticamente descartada porque tendrá entre dos y tres semanas de recuperación de una dolencia muscular, así que el club sigue buscando en el mercado un escolta.