Betis-Sevilla: todos los derbis deberían ser así
LA PREVIA. La rivalidad vuelve a tener Europa de trasfondo. El equipo de Setién quiere coronar su gran año y sellar al menos la sexta posición. El equipo de Caparrós, en racha, necesita ganar para no arriesgar su séptimo puesto. El delantero en el Betis y Jesús Navas en el Sevilla son las principales dudas
El derbi número 94 de la historia en Primera División va a enfrentar al quinto de la Liga y al séptimo. El quinto es el Betis y el séptimo, el Sevilla. Es posible que todo seguidor tenga en mente un derbi ideal y desee que ojalá se repitiese cual bucle un año tras otro: los habrá que prefieran a su equipo en lo alto de la tabla y al eterno rival cuanto más abajo, mejor; los habrá que prefieran un derbi que permita a su equipo estropear un objetivo al otro, desde Europa a una permanencia; e incluso los habrá que prefieran que no haya derbi y que el eterno rival esté en Segunda. Pero desde la objetividad, si eso existe, un derbi en la zona noble de la Liga, entre un equipo ya clasificado para Europa y otro que la ronda, se acerca mucho a ese ideal. Quizá sólo lo superaría un derbi con un título en disputa, pero que lo esté Europa tampoco suena mal. Ese choque se juega esta tarde, corresponde la penúltima jornada y puede congregar a 60.000 personas en Heliópolis. No va más...
Resulta difícil establecer qué contendiente está mejor. Difícil y absurdo, porque designar un favorito es un tópico estéril e inútil. El Betis, que con un empate se aseguraría la sexta plaza y con un triunfo dependería de ser mismo para acabar quinto, regresa a casa después de frustrar en San Mamés una fenomenal racha de ocho jornadas sin perder. El Sevilla, que necesita puntuar para no arriesgar su séptimo puesto, visita el Villamarín en una clara tendencia ganadora a raíz de su segundo cambio de entrenador tras una mala serie de once partidos sin ganar entre todas las competiciones. Si vence el Betis, puede dejar al Sevilla fuera de Europa. Y si vence el Sevilla, puede dejar al Betis al borde de la séptima plaza y de las tres rondas previas antes de la Liga Europa.
Históricamente hablando, son once los derbis que ha empalmado el conjunto de Nervión sin perder en Heliópolis. Su última derrota fue en la 2005-06 (2-1). Para contrarrestar esa estadística, el grupo de Quique Setién puede alegar que esta temporada ya venció en el inclasificable 3-5 del Sánchez-Pizjuán y que, en el contexto de una campaña bastante potente como local, viene de enlazar cuatro victorias seguidas en La Palmera. O que el Sevilla lleva cuatro desplazamientos ligueros sin ganar: su último éxito forastero fue el Día de Andalucía (0-1 en Málaga).
Esperar algo parecido a lo ocurrido en la primera vuelta se antoja improbable. El Sevilla ha pasado por dos entrenadores desde entonces y el sello de Joaquín Caparrós pasa por un grado de intensidad y esfuerzo en defensa que ni de lejos apareció aquella noche de Reyes. Y el Betis, aun con el mismo entrenador y la misma esencia futbolística, tiene a Bartra y también defiende muchísimo mejor. Siempre a priori, el guion del duelo puede pasar por un Betis que trate de dominar la posesión y elaborar largas posesiones y un Sevilla bien pertrechado atrás y con mucho peligro a la contra. A priori.
La primera diferencia de este derbi respecto al de hace cuatro meses, sin contar la del banquillo visitante, estará en las porterías: de Adán y Sergio Rico a Pedro y David Soria. A partir de ahí, a decir verdad, no tiene por qué haber muchas modificaciones a pesar del tiempo que ha transcurrido y de la evolución que han ido experimentando ambos equipos. Por parte heliopolitana, Setién recupera a Guardado y Barragán, Durmisi sustituirá al lesionado Junior y la gran duda es qué delantero será titular. Por parte nervionense, la mayor incógnita es si Jesús Navas estará apto para hacer de lateral tras un problema muscular, sin olvidar la posible ubicación de Nolito por la izquierda o Sandro en la vanguardia.