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Buscar otro 9, capítulo VIII

El Betis ha fichado a siete delanteros en el último lustro, pero sólo Dorlan Pabón, y de forma breve, triunfó. Es el gran reto de Torrecilla

04 jul 2016 / 07:00 h - Actualizado: 03 jul 2016 / 23:58 h.
"Real Betis","Rubén Castro","Jorge Molina","Van Wolfswinkel","Leandro Damiao","Miguel Torrecilla"
  • Rubén junto a Pabón y Molina, sin duda, los tres delanteros con mejor rendimiento en el último lustro bético. / El Correo.
    Rubén junto a Pabón y Molina, sin duda, los tres delanteros con mejor rendimiento en el último lustro bético. / El Correo.
  • Delanteros, al margen de Rubén Castro que jugaron en el Betis durante los últimos cinco años. / El Decano
    Delanteros, al margen de Rubén Castro que jugaron en el Betis durante los últimos cinco años. / El Decano

La planificación deportiva en el Betis sigue su curso y Torrecilla continúa en la búsqueda de un delantero de garantías que ayude en la tarea del gol al incombustible Rubén Castro. Se trata, sin duda, de la gran asignatura pendiente del Betis en su historia más reciente. Los números de Rubén Castro han tapado una carencia que en Heliópolis no han sido capaces de solventar hasta la fecha.

Desde la temporada 2010/11, curso en el que llegaron Jorge Molina y el propio Rubén, por el Villamarín han pasado hasta siete delanteros: Roque Santa Cruz, Dorlan Pabón, Leo Baptistao, Vincenzo Rennella, Braian Rodríguez y en esta última temporada, Ricky Van Wolfsvinkel y Leandro Damiao.

Al margen de Roque Sanata Cruz, que presentó números aceptables en su rendimiento, sólo el colombiano Pabón triunfó sobre el verde del coliseo verdiblanco. Fue en enero de 2013 cuando Dorlan aterrizó en Sevilla procedente del fútbol italiano. Llegaba para reforzar a un Betis que acabó la temporada clasificado para jugar competición europea. La aportación del futbolista cedido por el Parma fue trascendental. En 17 partidos jugados, el colombiano anotó 8 goles y prestó numerosas asistencias. Se convirtió en pieza clave para los verdiblancos, que no pudieron retenerlo a pesar de los esfuerzos por ficharlo.

Justo antes de la irrupción del delantero cafetero, otro sudamericano llegaba al Betis para ayudar en la siempre difícil tarea del gol. No necesitaba carta de presentación, su currículum lo decía absolutamente todo. Roque Santa Cruz generó una expectación tremenda entre la hinchada verdiblanca. Su estancia en el Villamarín se reduce también a una temporada, que pudieron ser más si no hubiese ido a Málaga. El jugador cedido por el Manchester City llegó a disputar 35 partidos oficiales con el equipo que, por aquel entonces, entrenaba Pepe Mel anotando un total de 7 goles. No se pueden considerar grandes números para un jugador de ciertas garantías en aquel momento, sin embargo, y en comparación con el resto de delanteros que han ido llegando desde que se marchó, se pueden considerar unos guarismos aceptables.

Tras estos dos jugadores, ninguno de los que ha llegado a la ciudad deportiva Luis del Sol ha brillado vistiendo la camiseta de las trece barras. En el verano de 2013 se decide reclutar a Braian Rodríguez. Un futbolista desconocido y que llegó a la avenida de La Palmera junto a Lolo Reyes. Los dos venían del desconocido Huachipato. La experiencia del ariete en Europa era nula y sus prestaciones en Sevilla dejaron números muy pobres que han propiciado tres cesiones a distintos clubes desde entonces. El uruguayo ha disputado un total de 15 partidos con la elástica verdiblanca dejando un saldo goleador de tan sólo 2 tantos.

Ese mismo año y en medio de una crisis institucional y deportiva, el consejo de administración comandado por Miguel Guillén decide, tras destituir a Mel y Stosic, pagar una cantidad cercana a los dos millones de euros al Atlético de Madrid por la cesión de Leo Baptistao. El hispano brasileño pasó sin pena ni gloria por un Betis que acabó descendiendo.

La aportación de Eduardo Maciá el verano pasado en materia de atacantes puede considerarse nula. Sobre la bocina del mercado, Ricky se convertía en verdiblanco. Un desconocido que tampoco dio resultado. Más tarde llegaría Leandro Damiao del que se ha hablado más por el costo de su fichaje que por su rendimiento. Más de un millón y medio por tres meses de trabajo; 3 partidos disputados y la friolera de cero goles.

En base a la historia reciente de los atacantes que han ido llegando, puede pensarse que Miguel Torrecilla se encuentra ante el gran caballo de batalla del Betis desde que llegaron Rubén y Molina. Una papeleta nada fácil de solventar. Quizá a la octava, sea la definitiva.

La mayor inversión

Como se ha venido contando en este periódico, la inversión en la contratación de uno o dos arietes (en función del coste y la forma de pago), debe ser la guinda a una planificación que cuenta con Rubén Castro como máximo exponente y que se pretende completar con la llegada del ansiado nueve que permita un relevo generacional para el canario el cual, por edad, no debe tardar en llegar. ~