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El pívot checo del Baloncesto Sevilla, Ondrej Balvin, ante el pívot del Montakit Fuenlabrada Chema González. / Efe -
Ivan Paunic se va de LaDontae Henton. / Efe -
El técnico del Baloncesto Sevilla, Luis Casimiro. / Efe -
El pívot checo del Baloncesto Sevilla, Ondrej Balvin. / Efe
Si usted no quiere sobresaltos, lo mejor es que deje de acudir al pabellón de San Pablo o que apague su televisor, tablet o cualquier dispositivo móvil posible. Por el contrario, si usted está dispuesto a sufrir y a pasar del cielo al infierno y viceversa en cuestión de segundos, acuda al pabellón o conéctese a todo lo que pueda, porque este Baloncesto Sevilla ofrece sufrimiento pero también momentos de puro espectáculo; momentos que invitan a pensar que, pese a que la temporada no está siendo ni será fácil, este equipo, mezcla de juventud y veteranía y con un buen técnico al frente, piensa dar guerra.
Y si no, que le pregunten al Montakit Fuenlabrada. Llegó a San Pablo avalado por su gran campaña, por el buen hacer de jugadores como Popovic, Paunic, Tabu, Sobin y compañía, y dispuesto a sacar fruto de un Baloncesto Sevilla sumergido en una preocupante racha de seis derrotas. El pobre inicio local y la mayor concentración permitieron a los madrileños situarse con un 2-12 en el marcador a los tres minutos de juego. Un lastre que los hombres de Luis Casimiro afrontaron con entereza y comenzaron a destrozar a base de juego interior (seis puntos de Balvin y cinco de Oriola al descanso) y de mejoría defensiva para llegar al final del primer cuarto con un 20-26.
Fue entonces cuando el Baloncesto Sevilla se desperezó y se soltó. Las rotaciones y la aportación de Bamforth, Alfonso y Oriola, así como las pinceladas de un Nachbar que debe rendir muchísimo más, dieron la vuelta al partido. Mejoría defensiva, resultado inmediato, bien podría decirse. Todo ello bajo una buena dirección por parte del joven Hakanson y un hombre, Berni Rodríguez, erigido en pieza clave. Apareció el viejo rockero con canastas de enorme valor y dejó claro que este partido, vibrante , no se iba a escapar.
El Baloncesto Sevilla logró marcharse al descanso por delante (42-36). Seis puntos de ventaja, seis puntos de auténtico oro que serían determinantes en la recta final del encuentro. La aportación de Oriola (18 puntos y 5 rebotes), Balvin (14 puntos y 6 capturas), únida a la del joven, descarado y esperanzador Hakanson -el nuevo playmaker del equipo visto lo visto- con sus 9 puntos, 6 rebotes y 6 asistencias permitieron mantener el timón firme cuando Fuenlabrada se acercó a impulsos. Especialmente cuando Popovic sacó a relucir su calidad para dar la vuelta al partido a tres minutos para la conclusión (63-64).
El equipo de Luis Casimiro se había bloqueado por completo al inicio del último cuarto, pero allí estaba el genial Bamforth para arreglar las cosas. El estadounidense (19 puntos, con 5/9 en triples y 22 de valoración) acribilló a triples al Fuenlabrada, hizo y deshizo y lideró a un Baloncesto Sevilla que apretó y apretó en defensa para ganar el pulso en un final vibrante (85-78). Todo un premio, y merecido, al esfuerzo de este Baloncesto Sevilla que promete seguir dando alegrías a su afición.
FICHA TÉCNICA:
85 - Baloncesto Sevilla (20+22+18+25): Miljenovic (3), Bamforth (19), Berni Rodríguez (10), Nachbar (3), Balvin (14) -quinteto inicial-, Hakanson (9), Oriola (18), Cate (2), Alfonso Sánchez (7) y Henton (-).
78 - Montakit Fuenlabrada (26+10+14+28): Tabu (9), Popovic (10), Paunic (22), Wear (5), Sobin (14) -quinteto inicial-, Urtasun (4), JM González (-), Stevic (6), Úriz (2) y Smits (6).
Árbitros: García González, Castillo y Cardús. Eliminaron por cinco faltas al visitante Sobin (min. 39).
Incidencias: 19ª jornada de la Liga Endesa. Palacio Municipal de los Deportes San Pablo. 4.500 espectadores.