1-1: Los guiones perfectos del divino destino

El Écija Balompié certifica su anhelado retorno a Segunda División B gracias a una mágica tanda de penaltis y a un inteligente control de la decisiva ansiedad.

24 jun 2017 / 23:14 h - Actualizado: 26 jun 2017 / 00:01 h.
"Écija Balompié"
  • Marrufo, Alejo y Fermín celebran el ascenso junto a Custodio Álvarez. / B. Ruiz
    Marrufo, Alejo y Fermín celebran el ascenso junto a Custodio Álvarez. / B. Ruiz
  • Ezequiel, eufórico, celebra el ascenso en el césped de La Murta. / B. Ruiz
    Ezequiel, eufórico, celebra el ascenso en el césped de La Murta. / B. Ruiz
  • Juan Delgado, emocionado después de obrar la hazaña. / B. Ruiz
    Juan Delgado, emocionado después de obrar la hazaña. / B. Ruiz
  • Núñez persigue a Marc Cosme, autor del 1-0. / B. Ruiz
    Núñez persigue a Marc Cosme, autor del 1-0. / B. Ruiz

De repente hubo lágrimas. Silencio y éxtasis. Fiesta y lamentos. La sombra de la desaparición y la infame excursión a Cartagena. El crujir de los tejados y los viajes a la amanecida. El Écija Balompié regresó a Segunda División B gracias a una liberación de energía y tensión de incalculable valor merced a una mágica tanda de penaltis y al destino, aquel guion que escriben los dioses. A los que imploran aquellos que se enfangan hasta el alma para ser fieles a un objetivo. A un destino. A un final. A un ascenso. A una liberación colectiva sin precedentes en la memoria del común de los mortales.

Sin tiempo para sortear los disfraces, el Olímpic exhibió su machete y asestó una cuchillada a la yugular de Fermín, fusilado en una acción de laboratorio. Marc Cosme, certero, abatió a la presa sin compasión y con la sensación de inaugurar el carrusel de riesgos. El Écija Balompié aceptó el atajo hacia el éxito y buscó el gol con un versátil 1-3-2-3-2 con Marrufo y David Castro en la sala de videomontaje y Juan Delgado y Alberto Castro en la definición. El partido era un intercambio de amagos cuando Solano, veloz, escapó de su par y fijó un centro al área. Un forcejeo aéreo originó una tensión helada cuando el colegiado, a un palmo de la jugada, señaló penalti.

Jandro asumió el reto y calibró el telescopio para firmar un lanzamiento que escupieron la madera y el alma de Fermín, que alzó el pulgar en señal de vida. Juan Carlos Gómez, serio, gritó de rabia y planificó el ataque a cielo raso. El Olímpic, veteranía y contacto, enlazó minutos de dudas que generaron un nuevo cuaderno de ruta con la lesión de Curro, relevado por Alejo. Un error de Fran Giménez en la entrega generó un combate cuerpo a cuerpo entre Juan Delgado y Paco.

El ritmo crecía y La Murta interpretaba la coral del desasosiego. La pieza era sonido celestial cuando Moyita, magia y talento, proclamó la rebelión popular. De sus botas nacieron las incursiones de mayor nivel de alerta cuando Juan Delgado indultó a Paco en un lanzamiento fiero desde la frontal. Con el público camino de la cantina para aliviar la sed, el intrépido Carmona, el chico de los pulmones de acero, invadió el espacio aéreo anfitrión y rubricó un zurdazo que escapó a apenas unos centímetros de la cruceta. Fue la última carta antes del armisticio del intermedio.

El Olímpic ingresó en el césped con superávit de confianza. Solano fue un incordio para Adri Crespo, que exigía la colaboracion de Carmona para secar al extremo costero. Marc Cosme, con un escorzo soberbio, repitió fuga en zona enemiga. Los anfitriones gestionaban el cuero cuando Juan Delgado, ciclópeo en las acciones de piloto, recibió el esférico y contactó con Moyita. El mediapunta de Osuna, un genio en el fango, dibujó un servicio descomunal para Ezequiel, que amortiguó el control, revisó el ángulo y conectó un disparo demoledor.

La fe y el éxtasis

El encuentro era un juego de alto riesgo. Una provocación para Moyita, que regaló un rondo a dos toques. Con David Castro como aliado y Ezequiel como destinatario. El extremo perdonó en dos ráfagas mortales que sólo registraron ilesos en el atestado. Con Juanito en la moqueta, Juan Carlos Gómez fue fiel a su filosofía creativa. Y a la calidad como patente colectiva e individual. En la prórroga, la formación azul persiguió su deseo con insistencia, perdonó en una aparición fugaz de Juan Delgado y se encomendó a los penaltis. Una mágica tanda que cerró un error de Pepín. El final. O el principio. O la curvatura del círculo.

FICHA TÉCNICA:

Olímpic de Xátiva: Paco, Escobar, Edu Serrano, Pepín, Fran Giménez, Polaco, Manu Fuster (Redondo 73’), San Julián (Juanma 79’), Marc Cosme (Corbalán 88’), Jandro y Solano.

Écija Balompié: Fermín, Carmona, Adri Crespo, Núñez, Curro (Alejo 26’), Marrufo, Alberto Castro (Ezequiel 58’), Manu Reina (Juanito 89’), Juan Delgado, David Castro y Moyita.

Goles: 1-0 Marc Cosme (02’). 1-1 Ezequiel (68’). Tanda de penaltis (3-4):

Jandro (Olímpic): gol

Juanito (Écija): gol

Solano (Olímpic): gol

Moyita (Écija): gol

Redondo (Olímpic): gol

Carmona (Écija): gol

Juanma (Olímpic): fuera

Ezequiel (Écija): gol

Pepín (Olímpic): fuera

Árbitro: López Cava (Castilla La Mancha). Amarilla a los locales San Julián y Escobar; y a los visitantes Marrufo y Juan Delgado.

Incidencias: Unos 3.000 espectadores en las gradas de La Murta. Unos 150 aficionados visitantes.