-
El sevillista Ivi escapa de la presión del numantino Medina. / Manuel Gómez
La primera parte del Sevilla Atlético-Numancia es el más nítido reflejo de que los factores que influyen en el resultado de un partido de fútbol son casi inabarcables desde el ámbito teórico. Más de media hora de absoluto dominio del Sevilla Atlético frente a un oportunista Numancia y, al descanso, un marcador empatado.
Los franjirrojos se adelantaron tras una conexión entre Ivi y Cotán que el segundo cabeceó a la perfección, de la misma manera que el Numancia empató minutos después gracias a un gol de penalti –muy rigurosa la pena máxima– del exsevillista Jairo Morillas, que ponía fin a una sequía para su equipo de más de siete horas de juego sin anotar. Un dato demoledor para una plantilla que camina demasiado cerca del alambre. Y a ratos parece que hasta sin red.
Los pupilos del gallego Diego Martínez, que enlazaron su sexta jornada consecutiva sin perder, rara vez se arrodillan y los numantinos se dilataban progresivamente sobre el Sánchez-Pizjuán. La segunda mitad prometía. No obstante, todo quedó en eso. En promesas. La realidad azotó cualquier predicción.
Un augurio que se frustró, en gran medida, porque la pólvora estaba mojada. El apático fantasma que sobrevoló Nervión plantó un empate que, a priori, es insuficiente para sellar virtualmente el objetivo de ambos a la par que dejaba patente la necesidad de paliar estos vaivenes con la mira puesta en próximas jornadas. Toda una declaración de intenciones para seguir alerta.
Ficha técnica:
Sevilla Atlético: Churripi, David Carmona, Matos, Diego González, Bernardo Cruz, Cotán (Yan Eteki 72’), Borja Lasso (Aburjania 84’), Ivi, Fede, Curro (Pozo 62’) y Marc Gual.
CD Numancia: Aitor Fernández, Casado, Escassi (Íñigo Pérez 81’), Nacho (Dani Nieto 72’), Dani Calvo, Gutiérrez, Medina, Jairo (Pablo Valcarce 71’), De Galarreta, Mateu y Capilla.
Goles: 1-0 Toño Cotán (33’). 1-1 Jairo (39’).
Árbitro: Sagüés Oscoz (País Vasco). Amarilla al visitante Carlos Gutiérrez.
Incidencias: 2.603 espectadores en las gradas del Sánchez-Pizjuán.