El delantero Manuel Cordero Guillén (Sevilla, 2 de marzo de 1997) fue en su día uno de los canteranos más talentosos del Sevilla FC, cuya fábrica abandonó para tratar de triunfar en el Málaga CF. En La Academia de Martiricos se proclamó campeón de la Copa de Campeones juvenil, un torneo que se apuntó en una vibrante final ante el SFC, y forjó un carácter competitivo con el que aterrizó en Osasuna.
Después de una breve singladura en Tajonar, donde apenas ha intervenido en un partido de Liga con el filial de Osasuna en Segunda División B, el killer decidió mantener la forma en el Calavera de Rafael Ruiz, uno de los máximos aspirantes al ascenso a Segunda Andaluza. Debutó ante el Bellavista B, anotó un gol antológico e inauguró una era que pretende clausurar en diciembre con un nuevo fichaje rumbo a un club profesional.