En busca de una segunda oportunidad

La historia de Antonio Luque, que cambió el Sevilla por el Inter en 2011 y ahora busca equipo

17 jul 2016 / 21:20 h - Actualizado: 17 jul 2016 / 22:44 h.
"El Otro Fútbol","Sevilla FC"
  • Antonio Luque posa para El Correo en las instalaciones del centro de alto rendimiento del exfutbolista Víctor Salas, en Sevilla.
    Antonio Luque posa para El Correo en las instalaciones del centro de alto rendimiento del exfutbolista Víctor Salas, en Sevilla.
  • Luque se entrena con uno de los preparadores del equipo de Víctor Salas.
    Luque se entrena con uno de los preparadores del equipo de Víctor Salas.

Hace cinco veranos, en julio de 2011, Antonio Luque Quintero (Pilas, Sevilla, 1994) aterrizaba en Italia dispuesto a comerse el mundo. Había apostado por un cambio radical a sus 17 años: dejar Sevilla para vivir en Milán, cambiar el Sevilla FC por el Inter. El asunto fue sonado. Una de las más firmes promesas de una de las mejores canteras de España hacía las maletas. El Inter había estado listo y el Sevilla apretaba los dientes de rabia. Tanta, que el asunto llegó a la FIFA, originó un cambio de planes para los canteranos en el club de Nervión y acabó con el futbolista en Milán pero sin el necesario transfer –el pase internacional–.

El fútbol –la vida– da tantas vueltas que hoy Antonio Luque se entrena en solitario en Sevilla, ha cambiado de representante y ha renovado, ya desde la madurez, sus miras. «Han pasado muchas cosas en estos años. Me equivoqué en la gente en la que confié», resume Luque para El Correo de Andalucía, como disimulando las ganas reales que tiene de que el mundo conozca cómo de estar entrenándose al lado de Sergio Ramos y bajo las órdenes de Vicente del Bosque se puede acabar pidiendo sitio en el equipo de tu pueblo tras sentirse traicionado y engañado por quienes una vez le pintaron el mundo color de rosa. «En verdad era todo espectacular, el recibimiento en el Inter, cómo se portaron conmigo, entrenarme con Diego Milito, Eto’o, Forlán, Zanetti y compañía en el primer equipo... todo. Pero no llegaba el maldito transfer y Ranieri no me podía convocar, que era lo que quería», explica el pileño, con dolor aún al no haber podido triunfar por causas ajenas a su talento como futbolista.

Ahora Luque, que se ha puesto en las alabadas manos del exfutbolista Víctor Salas para catapultarse de nuevo a un nivel físico top, ya puede hilar la historia de porqué su apuesta salió tan mal, aunque prefiere mirar al futuro: «Algo de culpa he debido tener, seguro, pero por confiar en mi anterior representante, que hacía cosas a mis espaldas y miraba por sus intereses, no por los míos. Como el Sevilla no mandaba el transfer acabé rescindiendo con el Inter y regresando a España». Pero el siguiente paso de Luque estaba otra vez fuera, en el 1º Decembro de Portugal, todo para obtener el transfer, que le llegó automáticamente, según la normativa FIFA. Con el papelito en la mano, Luque probó en el Lazio (2012). «Allí jugué en el filial una temporada realmente espectacular, pero un segundo año en un filial en Italia no es bueno, siempre ponen delante al más joven y mi representante no me lo dijo, es más, rechazamos ofertas de la Segunda española. Cuando me di cuenta era tarde, ya había empezado la temporada», cuenta emocionado un Luque que ahora se siente lo suficientemente «maduro» como para aprovechar «segurísimo» la oportunidad que le den.

Su carrera continuó en el Lucena (2014, Segunda División B), pero los problemas económicos del club abortaron el proyecto en sólo unos meses. La desesperación de Luque era tal que regresó a Pilas, no sin antes intentarlo en el Recreativo de Huelva, cuya dramática situación impidió cualquier éxito: «Necesitaba respirar, calmarme y empezar de cero». Y tanto. En los últimos meses se estuvo entrenando con la UD Pilas y ahora pide una nueva oportunidad en un filial: «Tengo edad para un filial y es mi prioridad, sea en la categoría que sea. Sé que hay gente que puede pensar que estoy acabado, pero se equivocan, la gente habla sin saber, ahora estoy en disposición de triunfar».

«LLEGUÉ A PENSAR QUE NO VALÍA»

No, no ha sido fácil la vida deportiva de Antonio Luque, que pasó de sentirse una estrella del fútbol a estar abatido en su casa de Pilas sin saber qué hacer. «Cuando empecé con Víctor Salas estaba hundido, porque el trabajo que hace su equipo no es sólo físico, que te ponen como un toro, sino mental. El profesional tiene que estar preparado mentalmente y yo ahora lo estoy, he madurado a base de palos, pensaba que ya no valía», explica Luque sobre las instalaciones del exfutbolista en el centro Antares, por donde pasan deportistas de alto nivel, muchos futbolistas de la Primera División española.

La mirada de Luque ya no es la misma de aquel joven ingenuo que aterrizó en Milán hace cinco veranos. Ahora el pileño, sin atreverse a tener representante fijo, quiere buscar un último tren hacia la élite, cualquiera que vaya al destino que una vez soñó, el de triunfar dándole patadas a un balón. Su mirada, sin embargo, sí que conserva la ilusión de aquel joven que compartía entrenamientos con las estrellas del campeón de Europa y de la selección campeona mundo: «Me muero por demostrar quién era y quién es Antonio Luque, porque sigo siendo el mismo futbolista. Necesito esa pizca de suerte que antes nunca tuve para que un equipo me abra la puerta. El club que me coja no se va a arrepentir, segurísimo. Me entreno tres o cuatro horas al día y ahora me como el balón. Estoy preparado». ¿Alguien necesita un lateral izquierdo?