Granja: “Ojalá llegue el día en el que los niños digan que son del Castilleja”

El entrenador del Castilleja ensalza a sus discípulos, elogia al Utrera de Miguel Ángel Montoya y lanza un mensaje de unidad a la afición para el tramo final de la temporada en Primera Andaluza.

06 may 2015 / 14:36 h - Actualizado: 06 may 2015 / 16:38 h.
"Castilleja CF","Primera Andaluza"
  • José Antonio Granja posa en la redacción de El Decano. / Bernardo Ruiz
    José Antonio Granja posa en la redacción de El Decano. / Bernardo Ruiz

José Antonio Granja Salvador (Sevilla, 5-8-1973) contagia la fe en un milagro que en Castilleja han bautizado con la palabra ascenso a Tercera División. Es el técnico del equipo revelación de Primera Andaluza, el torneo del que pretende huir el próximo 17 de mayo. Su semblante irradia optimismo en los días previos a la primera final, la de Villanueva.

—¿El Castilleja cree en la fe?

—Sí, por supuesto. Tanto los jugadores como el cuerpo técnico hemos creído en nuestras posibilidades desde el principio. Tenemos opciones de lograr nuestro sueño y eso impone.

—¿Cómo gestiona desde el plano mental la ambición de sus pupilos en los días previos a una final?

—Sabemos que no hay margen de error, y eso hay que digerirlo y asumirlo. La semana pasada fue mucho peor. Vi al equipo triste y un pelín falto de confianza después de caer en Utrera, así que para nosotros el partido ante el Lora era clave.

—La celebración del triunfo ante el Lora fue una liberación...

—Fue una reacción espontánea. Nadie quería reivindicar nada. Hubo gente que saltó al campo. Algunos suplentes salieron a correr y Juan rompió a llorar. La verdad es que fue algo muy emotivo.

—Líder a dos jornadas del final de Liga. ¿Vértigo?

—No. Yo estoy muy tranquilo. A la directiva le digo que no lance las campanas al vuelo y que siga como hasta ahora. En los últimos días no paran de llegarme mensajes de futbolistas que me dicen que lo vamos a conseguir. Ellos saben que aposté por ellos y que sabía que iban a hacer algo importante.

—En verano cuadraron uno de los presupuestos más modestos de la categoría y ahora dependen de su propia calidad para ascender...

—La verdad es que tener dinero no te garantiza hacer un mejor equipo. Es un orgullo estar peleando codo con codo con localidades de la tradición e historia futbolística de Utrera, Lebrija o Pozoblanco. El único equipo con una tipología diferente es el Espeleño, que ha apostado por hacer un plantel con dinero. Nosotros somos un grupo de hombres. Ojalá que el día 17 hayamos ascendido.

—¿Sus favoritos?

—A día de hoy Castilleja y Utrera. Vujadin Boškov decía que fútbol es fútbol, pero me extrañaría que al Utrera se le escapara en su casa.

—¿Con el triunfo ante el Lora enterraron algunos complejos?

—Creo que sí. El grupo está viviendo el final como un regalo. La gente me para por la calle y me dice que le apriete a los futbolistas y que no permita que se relajen.

—¿Castilleja y el Castilleja están preparados para competir en Tercera?

—Nunca se puede saber, pero sí es verdad que habría que cambiar muchas cosas. Necesitaríamos una mayor colaboración por parte del pueblo. Se debe de volcar cada domingo. Ojalá llegue el día en el que los niños digan que son del Castilleja.

—Habrá que mejorar en materia de cantera, ¿no?

—Es la asignatura pendiente del club. Hace dos años se impulsó el proyecto de la escuela y la cantera está creciendo mucho, pero el Castilleja no se puede permitir el lujo de tener al juvenil en Cuarta Andaluza –antigua Segunda Provincial–.

—¿Qué partido fue clave para adoptar una mentalidad más ambiciosa?

—Para nosotros fue clave empatar en Lebrija. Logramos un meritorio 3-3 con 9 en el campo. Después llegó la reclamación por presunta alineación indebida de Gerardo... Aquel momento fue determinante para que diéramos un paso hacia adelante.

—¿La noche del domingo pudo descansar tranquilo?

—Muy tranquilo y muy cómodo. Recuerdo que al acabar el partido les decía a mis familiares y amigos que estaba igual de cansado que los futbolistas. Acabé con las piernas y la espalda igual de cargadas que ellos.

—¿Imagina el día del ascenso?

—Bueno [gesto serio]... Es verdad que piensas en eso y te lo imaginas de muchas formas. Ojalá que después puedan cumplirse esos sueños.

—¿No ascender sería un fracaso?

—No puedo utilizar la palabra fracaso porque este equipo ha peleado y ha derrochado sangre, sudor y lágrimas para llegar hasta donde hemos llegado. Los jugadores están dando su salud en beneficio del colectivo. Hay veces que tengo que decirles que paren un poco y estén tranquilos. No hemos bajado los brazos en toda la temporada. Sólo puedo decirles chapeau sea cual sea el desenlace.