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Gonzalo controla el esférico en el encuentro inaugural ante el Arcos. / Víctor Rodríguez
Arcos, Cabecense y Atlético Espeleño han sido las víctimas del Alcalá en una Liga repleta de favoritos. Con una plantilla diseñada bajo una economía de guerra y con un entrenador de la cantera, el cuadro de la Avenida de Santa Lucía ha firmado el mejor estreno de su historia en una categoría nacional. Además, el bloque blanco no ganaba sus tres primeros compromisos del certamen de la regularidad desde el ejercicio 1987-88, en el que, a las órdenes de Hipólito Lora, venció en la antigua Regional Preferente a UD Los Palacios, Marchena Balompié y Villafranco CF. La UD Bellavista fue el cuarto rival que claudicó ante una formación que pugnó hasta el final por el ascenso a la Tercera División.
El Alcalá es líder en solitario gracias a su pleno de puntos, 9 de 9 posibles, un balance que ha rubricado después de someter a Arcos y Atlético Espeleño en su feudo y al Cabecense a domicilio. Es la primera vez en la historia que el combinado alcoreño enlaza tres victorias consecutivas desde el estreno del certamen doméstico en una categoría de ámbito estatal. Concretamente, desde 1987 no conseguía vencer en sus tres primeras apariciones en la Liga. En la campaña 1987-88, el bloque entonces dirigido por Hipólito Lora fue capaz de imponer su dominio ante UD Los Palacios (1-2), Marchena Balompié (3-1) y Villafranco CF (0-3), rivales con los que se cruzó en la antigua Regional Preferente, equivalente a la actual Primera Andaluza. A modo de curiosidad, Lora reunió en su plantilla como jugadores al actual entrenador de La Barrera, Andrés Castellano, Rarra, o a Carlos Conejero, que ejerce como máximo responsable de la Estrella San Agustín. Al cierre del torneo, el once del extinto Francisco Bono perdió sus opciones de ascenso tras ceder en la última fecha ante el CMD San Juan de Fernando Pineda, a la postre campeón.
Con anterioridad, el Alcalá también fue capaz de encadenar tres victorias consecutivas en sus tres primeros encuentros del curso 1964-65, en el que, con Gonzalo Arias en el banquillo y en la extinguida Primera Regional, se impuso a CA Antoniano (1-2), Mairena (1-4) y el desaparecido San Rafael (2-3). La primera vez en la que firmó el registro de tres éxitos consecutivos en sus tres primeras apariciones en la competición liguera fue en el ejercicio 1946-47, en el que, en Primera Regional, aniquiló a Atlético Mairena (1-4), Osuna Bote (7-0) y Dos Hermanas (2-3), su última víctima de aquella serie, ya que en la cuarta cita cedió ante el Marchena Balompié (2-1).