Era un domingo húmedo de mayo. El almanaque fijaba el 2016 como punto de origen y una mujer caminaba con lágrimas en el rostro por Piscinas Sevilla. Era mediodía y el silencio sepulcral invadía el vestuario de la AD Nervión de Antonio Rueda. A apenas un palmo de la desolación, la fiesta. La AD San José había ascendido a la División de Honor gracias a un gol de un chico del barrio. José Manuel Román Jiménez, Plusco (Sevilla, 9-6-1994) desde que era un zagal de melena ondulada. Aquel día, el extremo del combinado de Antonio Delgado Caña, Pitero, y José Antonio Maldonado firmó una diana en el minuto 95 de un combate eterno. Y aquella sobremesa, rodeado de su gente, escribió su penúltima página con la formación del Felipe del Valle.
En la anterior campaña, el veloz atacante, con ofertas, optó por aceptar una propuesta de renovación de Dioni Arroyo, su entrenador entonces. En la máxima categoría autonómica brilló y formó, junto a Mario Begines, una banda diestra de postín. Al cierre del ejercicio regular computó 35 participaciones y festejó 11 goles, números que multiplicaron su cotización en el mercado provincial. Fue el pasado verano cuando el secretario técnico y el preparador de la Balompédica Lebrijana, Antonio Bustos y Joaquín Hidalgo, respectivamente, insistieron en su contratación. El extremo aceptó y rellenó el petate rumbo a Lebrija.
En el Municipal ha experimentado una progresión descomunal hasta intervenir en 17 encuentros, 16 con el dorsal de titular, y anotar 2 dianas, una con una sobresaliente y estética tijera en la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros ante el Sevilla FC C. Su capacidad de sorpresa en las retaguardias rivales propició que participara el pasado fin de semana en la primera fase del sector nacional de la XI Copa de las Regiones UEFA con la Selección andaluza de Paco Chaparro, que confió en su talento como delantero.
Retorno al origen
En Valencia, Plusco, criado en la cantera del Real Betis, anotó dos tantos y recuperó la figura de ‘9’ que exhibió en su carrera hasta que Juan Carlos Garzón se interpuso en su camino. El exentrenador de la AD San José apostó por su adaptación al rol de extremo, una demarcación a la que se acopló a la velocidad de la luz. El adiós de Garzón en el mes de noviembre de 2013 propició el aterrizaje de José Antonio Maldonado en el banquillo. El ahora secretario técnico del San Roque de Lepe exprimió sus dotes de atacante en el curso 2014-15, en el que fue capaz de batir el arco rival en 13 ocasiones en el grupo II de la Primera Andaluza, equivalente a la actual División de Honor.