La trayectoria profesional de Guillermo Abascal Pérez sigue dando pasos firmes y cada vez más notorios. Este martes, el sevillano, de 28 años, fue presentado como nuevo entrenador del FC Lugano, equipo de la Superliga suiza que esta temporada llegó a disputar incluso la Europa League pero cuya trayectoria en el campeonato helvético le ha llevado a la zona baja de la tabla.
Guille Abascal se convierte, de este modo, en uno de los entrenadores españoles más jóvenes al frente de un equipo de Primera europeo. El salto al Lugano pone de manifiesto, sin duda, la capacidad de este técnico llamado a llegar lejos en el mundo del fútbol.
Abascal ha firmado contrato hasta el final de la presente campaña después de haberla iniciado en el banquillo del Chiasso, de la segunda división helvética, en la que hasta ahora era su primera experiencia como entrenador de un equipo profesional.
Formado como futbolista en el CD Heliópolis, Barcelona y Sevilla, y jugando hasta la edad de 19 años, Abascal inició pronto su trayectoria como técnico tras licenciarse en Actividad Física y del Deporte por la Universidad Pablo de Olavide y completar su formación con un máster en preparación física y readaptación de lesiones en el fútbol.
La cantera nervionense fue testigo de sus primeros pasos como técnico. Así, en 2013 trabajó como preparador físico en la categoría cadete y en el departamento de tecnificación con grupos específicos de jugadores (desde el Sevilla Atlético hasta alevines). Posteriormente comenzó a trabajar junto a Víctor Mañas, analista táctico de Unai Emery durante la etapa del técnico vasco al frente del Sevilla.
Abascal fue presentado oficialmente este martes a los medios de comunicación durante una conferencia de prensa antes de dirigir su primer entrenamiento. «Creemos que es la elección correcta: un entrenador joven lleno de entusiasmo como él puede hacer que demos este paso», declaró Angelo Renzetti, presidente del Lugano, convencido de la capacidad de este prometedor entrenador representado por Iván Córdoba.
Por su parte, Abascal dejaba claro que está dispuesto a aprovechar la oportunidad y responder a las expectativas. «Estoy convencido de que habrá salvación; de lo contrario, no habría aceptado ayudar a Lugano. Tengo mi propia forma de ver el fútbol y mis ideas. Sólo tengo que trabajar duro en estas seis semanas y devolver la confianza al club. Tendremos que jugar cada partido con la mente despejada y el deseo de defender esta camiseta», comentó el sevillano, cuyo debut tendrá lugar este sábado frente al Thun, rival directo en la zona baja de la clasificación.