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El ‘annus horribilis’ del ciclismo andaluz

El despido de Lobato de LottoNL-Jumbo confirma lo aciago que ha sido 2017 en Andalucía, que se queda sin representantes World Tour para el próximo año

19 dic 2017 / 12:11 h - Actualizado: 19 dic 2017 / 12:16 h.
"Ciclismo"
  • Lobato, en la pasada Vuelta a España. / El Correo
    Lobato, en la pasada Vuelta a España. / El Correo

El ciclismo andaluz suspira para que 2017 acabe de una puñetera vez. El año que truncó mil y una esperanzas en un deporte que pese a estar cogido casi con alfileres en la región, ofrecía, en sus albores, motivos para la esperanza. El último episodio, la gota que ha colmado el vaso de un 2017 lastimoso, es el despido de Juanjo Lobato del LottoNL-Jumbo, el último corredor andaluz que sobrevivía en la máxima categoría del ciclismo mundial, el World Tour.

El affaire del sprinter trebujenero con unos somníferos ha sido el detonante para que su aventura holandesa acabe de forma abrupta. El asunto no es, ni mucho menos, baladí. En la concentración que hace unos días el equipo mantenía en Girona, el ciclista andaluz habría hecho uso de un medicamento no prescrito por los servicios médicos de la escuadra neerlandesa, que aunque no aparece en la lista de sustancias dopantes, sí vulnera un estricto código interno. «No podíamos despertarlo ni aunque tiraran 25 caballos», llegó a declarar Richard Plugge, director de equipo del LottoNL-Jumbo. El caso ha acabado con el despido fulminante de Lobato, eso sí, y según reza el comunicado, bajo «mutuo acuerdo».

Con la salida de Lobato, y a la espera de ver por dónde reconduce su carrera, se pierden de golpe todas las esperanzas de ver a un andaluz en la máxima categoría del ciclismo mundial en 2018. Aunque aún está abierto el mercado, casi todas las plantillas de World Tour están confeccionadas, y nada hace indicar que el trebujenero halle hueco. Para más inri, con el estigma de ser despedido por el uso indiscriminado de medicamentos. Y además, tras un 2017 muy discreto.

Y es que este annus horribilis del ciclismo andaluz, lo ha sido también por el papel que ha jugado el sprinter en su primera experiencia en el extranjero. Solo lo alumbran una única victoria de etapa en el Tour de L’Ain y un segundo puesto en la etapa de la Vuelta con final en Tarragona. El resto, para olvidar. Ni siquiera en una Vuelta a España sin grandes sprinters y con etapas que eran una horma a su zapato, como la que finalizó en Tomares.

Pero no es justo cargar en el gaditano toda la responsabilidad para que el 2017 haya sido aciago. El otro andaluz que competía en un equipo World Tour, Javi Moreno (Bahrain Merida), también pasará la página de un año negro. También era su primera experiencia en el extranjero, y pese a que arrancó más fuerte que nunca, con su mejor puesto histórico en Andalucía (décimo), todo se fue al traste en el Giro de Italia, donde en la cuarta etapa fue expulsado tras una trifulca de carrera con el italiano Diego Rosa, a quién la organización no consideró enseñar la tarjeta roja. El jienense acudía a la corsa rosa con el mandato de ser uno de los lugartenientes de Nibali, que a las primeras de cambio se quedó sin un gregario importante. El equipo lo seleccionó para el Tour, donde lograría acabar en una discreta posición 119. Se le notaba fuera de forma, al ser un objetivo no planteado en su calendario inicial. Sí lo era la Vuelta, donde llegaba de nuevo con ganas de demostrar los porqués de su fichaje para la escuadra bareiní: de nuevo otro abandono prematuro, en la segunda etapa, tras una caída con fractura de mandíbula que dio al traste con todas sus ilusiones. Ahora Moreno mira al futuro en un nuevo equipo, el Delko KTM francés, de categoría profesional continental, donde espera remontar el vuelo.

Otras vicisitudes del año ciclista andaluz llegaron en forma de caídas, con lesiones importantes, como fue el caso del sevillano Antonio Piedra, que también renovaba ilusiones con su fichaje por el Manzana Postobon colombiano. En la disputa de la Volta a Cataluña, sufrió una severa caída que tras afectarle a rótula, escápula y clavícula lo mantuvo todo el año en el dique seco, incluso perdiéndose la Vuelta a España a la que su equipo fue invitado y en la que con toda probabilidad hubiera ocupado un lugar. Aún no está claro que pueda correr en 2018, dado que sigue en recuperación de las lesiones que sufriera allá por marzo.

Uno de los andaluces más destacados del año fue Maté, que corrió, y acabó, Tour y Vuelta, aunque siguen siendo infructuosos sus muchos intentos para alzar los brazos. El malagueño, también se las ha visto con la mala suerte, al empezar con mal pie, rompiéndose la clavícula en la primera carrera en la que participaba, en Mallorca.

Para colmo de males, el ciclismo andaluz también ha tenido otra noticia espinosa, vinculada con el dopaje. El joven Manuel Sola, stagiare con Caja Rural en el segundo semestre, y cuando estaba a punto de unirse al Boavista portugués para 2018, fue notificado como positivo en un control antidopaje tras una carrera sub-23. Por ahora está a la espera de confirmarse la sanción, aunque se desvanecen sus opciones de futuro. Porvenir que también pinta negro para otros tres jóvenes ciclistas andaluces que 2017 compitieron en la categoría Continental, como fueron Pablo Guerrero (Boavista), Rafa Márquez (Inteja) y Gabriel Reguero (Differdange) quiénes a día de hoy no tienen maillot para la próxima temporada.

Las noticias buenas llegan desde una pujante generación que quiere abrirse paso en la primera línea. Ejemplos como el almeriense Cristian Rodríguez que en las filas del italiano Willier Triestina cumplió una notable actuación en el Giro (top 25 casi toda la carrera para finalmente acabar 52) o el jienense Díaz Gallego, que siendo un neoprofesional, y a falta de ganar consistencia, ha hecho un buen año en el Cycling Academy. Rodríguez ha fichado por Caja Rural y Díaz sueña con correr el Giro en 2018. También son noticias positivas la llegada al profesionalismo de dos talentos granadinos, Álvaro Cuadros, que pasa con Caja Rural y Juan Antonio López-Cózar, conocido en el mundillo como Chupe, debutará en Continental con la Fundación Euskadi apadrinada por Mikel Landa. Ambos realizaron un 2017 espectacular en categoría amateur. Lo positivo, es que al menos, hay brotes verdes